‘Miel de Granada’, un sabor mediterráneo incomparable
La tradición y el buen hacer de los cosecheros de miel granadinos han hecho que la Miel de Granada sea un producto genuino íntimamente ligado a Granada y a Andalucía
Allá por el siglo XIV, ya Ibn al-Jathib en su 'Descripción del Reino de Granada', comentaba la abundancia en la producción de miel de Granada en zonas que aún hoy conservan este recurso tradicional como una importante fuente de ingresos. Una mención que ha ido repitiéndose a lo largo de los siglos.
Entre los factores naturales que influyen directamente en la exquisita miel, hay que reseñar la orografía, el clima y la vegetación típicas de Granada. Por otro lado, también hay que destacar los factores humanos, entre los que se encuentran las tradicionales rutas de trashumancia que realizan desde hace siglos los apicultores granadinos. A pesar de que estas zonas de sierra han estado aisladas durante mucho tiempo, este hecho no ha impedido que la actividad apícola siempre haya jugado un importante papel económico y de diversificación de renta.
Asimismo, esta miel está presente en muchos platos típicos de la gastronomía tradicional granadina, como las cebollas enmeladas, berenjenas a la miel, costillas con miel, pollo con almendras y miel, perdiz a la miel, hojuelas o almojabanas.
Ubicación y variedades
La Denominación de Origen Protegida ‘Miel de Granada’ posee una zona de asentamiento de las colmenas y extracción que abarca todos los municipios de la provincia, aunque la mayoría de las colmenas se concentra en Huéscar, Granada, Ugíjar, Motril, Lanjarón y Otívar.
La provincia de Granada ofrece una gran variedad en su orografía y clima que favorece las rutas de trashumancia. Todo ello en busca de las distintas floraciones, con el objeto de producir miel la mayor parte del año. Así, aprovechando las diferentes cotas altitudinales, las colmenas viajan entre la sierra, los valles y la costa.
Por otra parte, el principal factor que confiere las especiales características de la miel de Granada se basa en la flora de la provincia. Ésta se extiende 300.000 en hectáreas de monte, ocupadas por plantas aromáticas. Esta circunstancia provoca que el aprovechamiento apícola sea muy importante. Además, un 70 por ciento de las explotaciones apícolas se encuentran establecidas en áreas protegidas, lo que le aporta un valor añadido a la miel obtenida. El Parque Nacional de Sierra Nevada, los Parques Naturales de la Sierra de Baza, Sierra de Huétor, Sierra de Castril y Sierras de Tejeda, Alhama y Almijara. La riqueza floral de estos Parques, junto a muchas especies botánicas endémicas, confiere unas características únicas a las mieles que en ellos se producen.
Múltiples propiedades
La ‘Miel de Granada’ es un alimento totalmente natural, al que no se le añade ningún aditivo ni conservante. Su alto contenido en azúcares le aporta la ventaja de poder conservarse durante mucho tiempo. Su consumo también aporta sales minerales ricas en potasio y de fácil asimilación, enzimas y ácidos orgánicos.
Asimismo, es muy energética y digestiva y mejora la recuperación muscular, por lo que es recomendable para deportistas y niños. Posee, además, numerosas propiedades beneficiosas para las personas aquejadas de problemas cardíacos, reuma y artritis, insomnio, y cómo no, resfriados y enfermedades respiratorias.
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