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Que José Antonio Griñán es un político poco común ya se sabía, aunque fue ayer cuando supimos que es extraordinariamente poco común.
El presidente de la Junta comunicó al Parlamento, en un tono solemne y en el curso del Debate del estado de la Comunidad, que no volverá a presentarse a las elecciones autonómicas: Andalucía, como España -y esto fue un mensaje para Rubalcaba-, vino a decir Griñán, necesita "savia nueva". Y, por eso, él se marchará al acabar la legislatura, dejando el relevo a una Susana Díaz, su consejera de Presidencia, que ayer pisó los patios del Parlamento como una verdadera sucesora in péctore.
Vestida de blanco inmaculado, sonriente, Susana Díaz, de 39 años, deberá de ser elegida antes por la militancia en unas elecciones primarias, aunque todo el viento corre a su favor. Los críticos no tienen tiempo de organizase en el caso de que quisieran dar la batalla, y Díaz cuenta con el apoyo de todas las provincias, a excepción de la duda de Jaén y de una parte de la provincia de Cádiz. Los últimos en unirse han sido los de Granada. De momento, la presidenta del PSOE andaluz, Amparo Rubiales, una persona muy cercana a Griñán, ya ha avalado la segura candidatura de Susana Díaz a las primarias: "Reúne todas las condiciones del mundo" para ser presidenta. "Es una grandísima mujer, una grandísima política y también una grandísima amiga". Y si no fuera poco, remató su declaración, afirmando que las mujeres deben ser "cabeza de león, no colas de ratón".
La única opción de unas primarias reñidas sería que Mario Jiménez, vicesecretario del PSOE andaluz, diera el paso, pero no parece que vaya ser el caso. Ambos se han dividido los papeles. Jiménez quiere ir a Madrid. De este modo, si Susana Díaz fuera la única candidata, no habrá siquiera elección: será legitimar en las urnas una suerte de dedazo anterior.
La Ejecutiva socialista convocará hoy el calendario de primarias para que al final de julio ya tengan el nombre del candidato socialista a la Presidencia de la Junta en el año 2016. ¿En el 2016? ¿Seguro? Una fuente cercana a Griñán explicó ayer a este medio que la legislatura podría acortarse unos cuantos años, de tal modo que nos encontraríamos ante un panorama de elecciones anticipadas. Sin embargo, la sensación de muchos miembros del Gobierno andaluz y de los parlamentarios es que Griñán podría dejar también la Presidencia de la Junta al candidato elegido en las primarias antes de 2016. "¿Pero alguien se imagina a Griñán con Susana Díaz sentada cerca de él, de candidata, y a Valderas de vicepresidente? ¿Los tres?", explicó a este diario un miembro del Ejecutivo.
Otra fuente cercana al presidente confirmó que la intención personal de Griñán es dejar el cargo en la Junta antes de tiempo, ya sea mediante unas elecciones anticipadas o cediendo el puesto al elegido en las primarias; para ello, claro está, esa persona debería ser parlamentaria, y esa condición vuelve a recaer sobre la misma persona: Susana Díaz. La consejera de Presidencia sería la estrella del Gobierno y, así, podría solventar uno de sus graves problemas: el de la falta de conocimiento entre el electorado.
Si hubiera que fiarse del ambiente que se vivió en el Parlamento andaluz, también se diría que éste ha sido el último Debate del estado de la Comunidad de Griñán. Seguido desde la tribuna por su mujer, María Teresa Caravaca -un hecho poco común-, el presidente elevó el tono de su discurso, sonó a un legado político a favor de las políticas de igualdad, un canto a la socialdemocracia; es difícil imaginarse a este presidente un año más desde la misma tribuna, atareado con asuntos más mundanos como la gestión diaria de una administración. Al finalizar su parlamento, Griñán salió de la Cámara y marchó hasta la tribuna de invitados para recoger a su esposa. Fue el gesto, muy parecido a aquella última toma de posesión de Manuel Chaves cuando su nieta le acompañó y él la elevó entre sus brazos.
Sólo el tiempo dirá si Griñán, de 67 años, logra realizar esa aspiración personal, aunque en su decisión no sólo ha pesado eso -su edad-, sino también el de lanzar un mensaje aAlfredo Pérez Rubalcaba, dirigido a su línea de flotación. Griñán es de los que piensan que el PSOE debe renovar sus líderes cuanto antes y que aún es posible ganar las elecciones generales si se elige ya a un candidato a la Presidencia de Gobierno. En cierto sentido, el anuncio de Griñán es una inmolación ante Rubalcaba para que siga el ejemplo: yo, que soy el único presidente autonómico socialista de una comunidad de peso, me voy, ¿qué haces tú, Alfredo? En la cafetería del Parlamento, un secretario provincial socialista bromeaba con ello: la decisión de Griñán es "por Andalucía libre, España y la humanidad". Pero, claro, la particular inmolación de Griñán lleva aparejada un seguro. Seguirá siendo presidente federal del PSOE, y contará con mando para colocar o aceptar a uno de los candidatos socialistas a las primarias para la Presidencia del Gobierno. La impresión de algunos es que Griñán será senador o europarlamentario si deja la Presidencia de la Junta.
Fuentes cercanas a Alfredo Pérez Rubalcaba indicaron que el anuncio del presidente andaluz no iba a modificar su calendario de elecciones primarias a nivel nacional, que, en cualquier caso, deberían ser después de las elecciones europeas. Eso ya se verá, porque dirigentes del PSOE, como el castellano José Manuel Barreda, el madrileño Tomás Gómez o la catalana Carme Chacón aplaudieron la decisión del presidente.
Griñán ha hablado durante estos últimos días con varias personas antes de tomar la decisión, la semana pasada lo tuvo claro y el martes conversó con Alfredo Pérez Rubalcaba. El último tramo de su discurso del Debate del estado de la Comunidad lo dedicó a explicar las razones de su anuncio, que no son otras que la de forzar una renovación, tanto en el PSOE andaluz como en el federal. "Cualquier servicio público -explicó el presidente desde la tribuna-, cualquier oficio, se anquilosa y envejece si no se produce a tiempo la incorporación de savia nueva, capaz de recoger el testigo y avanzar en la carrera. Ésa es la vida. Ése es el fluir lógico y deseable de las generaciones todas las cuales deben aspirar a mejorar lo que recibieron. Lo mismo ocurre con la política. Un proyecto político de largo alcance tiene que renovarse permanentemente".
Griñán anunció que quiere que el PSOE adopte la limitación de dos mandatos y, si es posible, que se incluya en los estatutos. Él ha estado dos legislaturas, aunque sólo suma cuatro años en el poder, ya que accedió al cargo ante la dimisión de Chaves, y se desconoce cuánto tiempo más estará. Pero su opinión no sólo sirve para Andalucía, y así lo explicó en su discurso: "Con esto no me limito a comunicar una decisión personal: Quiero ser coherente con mi convencimiento de que nuestro país, y desde luego Andalucía, necesita remover todo lo necesario para revitalizar sus motores y la política no es un mero motor auxiliar de la sociedad. La política es el motor que nos puede hacer volar más alto. Sólo nuevos pilotos nos llevarán a nuevos horizontes".
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