La mujer de Del Valle solicita el traslado a la prisión de Granada para estar cerca de su marido
Isabel García se encuentra en el centro penitenciario Sevilla I como "preso protegido" después de quejarse de tener "problemas con sus compañeras"
La mujer de Santiago del Valle, Isabel García, ha solicitado a la dirección del centro penitenciario de Sevilla I el traslado de prisión con objeto de estar cerca de su compañero sentimental, quien se encuentra en la cárcel de Albolote (Granada) cumpliendo condena por abusos a su hija y de manera preventiva como presunto autor de la muerte de Mari Luz Cortés.
Fuentes penitenciarias explicaron que la interna llevó a cabo esta solicitud, vía instancia, poco tiempo después de que su compañero sentimental ingresara en la cárcel granadina. Isabel García, que desconoce todavía si le concederán el traslado, se encuentra en prisión cual "preso protegido" ya que, al principio, "se quejaba de que tenía problemas con sus compañeras". No obstante, las mismas fuentes precisaron que la reclusa "no es problemática" en su vida diaria.
La última vez que Del Valle y su esposa pudieron verse las caras fue el pasado 11 de septiembre en la capital hispalense, donde el presunto asesino de Mari Luz Cortés y su compañera sentimental fueron condenados al pago de una multa de 270 euros por tomar fluido eléctrico de manera ilegal cuando habitaban una chabola sita en la Ronda del Tamarguillo de Sevilla en el año 2007.
Isabel García, que cumple condena por "consentir" los abusos sexuales de Del Valle a su propia hija, ya ha comparecido en diferentes ocasiones ante el juez ofreciendo versiones contradictorias del caso Mari Luz, llegando incluso a aseverar que su marido no hizo nada porque ese día ni siquiera vieron a la pequeña Cortés.
García, con una "personalidad notablemente influenciable y manipulable", cumple ahora la pena impuesta en 2002 y ratificada en 2005 sobre los presuntos abusos de su marido contra su hija, cuya sentencia explica que la participación de la mujer en los hechos es "clara", ya que "no sólo se realizan los actos lúbricos sobre su hija menor en su presencia, sino que no realiza ningún acto para evitarlos, contribuyendo a imputar los mismos, falsamente, a otra persona" y a pesar de que en alguna ocasión le dijo al acusado que no le hiciera eso a su hija, "lo consintió" y "nunca hizo nada para impedirlos".
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