El acuífero de Doñana empeora más allá de la sequía
La explotación de los recursos hídricos subterráneos por parte de la agricultura está perjudicando a los ecosistemas terrestres
A pesar de que dos grandes fincas han liberado 10,5 hectómetros cúbicos, la evolución es desfavorable
La CHG considera que el año hidrológico ha sido el periodo más seco desde 1970
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El acuífero de Doñana se encuentra peor de lo que cabría esperar por la actual sequía. El último informe de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) sobre estas aguas subterráneas indican que los niveles en 11 de los 16 sectores estudiados son peores de los que se calcularía si sólo se considerase la falta de lluvias. Están en situación de "alarma". Ello se debe a que la explotación humana del acuífero, básicamente por la actividad agrícola y en menor medida por el abastecimiento de algunas zonas urbanas, está comprometiendo el equilibrio hídrico hasta el punto de que está afectando de modo negativo a los ecosistemas terrestres.
De las cinco masas en las que la Confederación divide este amplio acuífero de 2.409 kilómetros cuadrados, tres están declaradas sobreexplotadas de modo oficial, pero el informe del año hidrológico 2022-2023, que acaba de terminar, indica que la situación ha empeorado. Y eso a pesar de que las extracciones han disminuido en 10,5 hectómetros cúbicos porque se compró una finca que tenía derecho a riego, los Mimbrales, y se llevó agua en superficie a la zona del arroyo de Don Gil.
La Confederación cuenta con una amplia red de piezómetros que miden el estado del acuífero, son 160 puntos que vienen dando datos de la masa de agua desde el año 1994. Con ellos, se elaboran estos informes, el último de los cuales es de diciembre de este año. La conclusión es que tres de las cinco zonas en que se divide están en mal estado cuantitativo (sobreexplotadas) y dos de ellas presentan problemas por contaminación química. Estas son las de La Rocina y Almonte.
El Informe preliminar sobre el estado de los acuíferos del entorno de Doñana, correspondiente al año hidrológico 2022-2023, indica que la precipitación fue de 323 litros por metro cuadrado, el 62% de la media, por lo que se considera un año "seco", prolongando así un período iniciado hace una década, considerada como la más seca desde 1970. Pero la situación es peor que la que cabe esperar de esta sequía en varios sectores, como las cabeceras norte y sur de La Rocina, el sur de Villamanrique y el norte del Rocío. La preocupación es máxima en la zona de las lagunas de agua dulce que se encuentran junto al cordón de dunas de la costa.
El Ministerio de Transición Ecológica está desarrollando un plan para devolver el equilibrio hídrico a la zona, que pasa por un trasvase de 19,9 hectómetros cúbicos para liberar concesiones subterráneas y el desenganche de la urbanización de Matalascañas. Para Juanjo Carmona, de WWF, estas actuaciones deben ser urgentes porque la situación afecta ya a los ecosistemas terrestres.
Alrededor del norte de Doñana hay una amplia superficie de cultivos bajo plástico, de unas 5.400 hectáreas, de las que casi 800 hectáreas se riegan de modo ilegal. La Confederación ha ido cerrando buena parte de los pozos ilegales. Los técnicos de Confederación precisan en el informe que "el actual grado y modo de explotación de los recursos subterráneos del acuífero compromete su buen estado y el de los ecosistemas terrestres que de él dependen, lo que se evidencia en que tres de las cinco masas de aguas subterráneas que forman el sistema no alcanzan el buen estado cuantitativo".
Medidas propuestas
En opinión de los técnicos de la CHG, esta situación "obliga a la administración hidráulica a tomar una serie de medidas para asegurar el no deterioro, así como a realizar todas las acciones posibles para revertir este mal estado con vistas al horizonte de 2027". También consideran "urgente" que por parte de la autoridad competente se tomen medidas para mantener los niveles de nitratos dentro de los marcados por la normativa".
La CHG declaró el 16 de julio de 2020 en Junta de Gobierno declarar en mal estado tres de las cinco masas (Almonte, Marismas y La Rocina) y en riesgo de no alcanzar el buen estado químico el de la Rocina. Ahora se suma la preocupación por contaminación en la de Almonte. Confederación propone el "incremento cero" de la superficie susceptible de obtener concesión para riego, la aplicación rigurosa de la legalidad, el cierre de captaciones ilegales y la eliminación de regadíos no legalizables, además de traer agua mediante el trasvase para desenganchar pozos.
Se plantea como horizonte la vuelta en 2027 a la situación del año 2000, lo que requerirá como mínimo la implementación completa del trasvase de 19,99 hectómetros cúbicos previsto en la Ley 10/2018, así como medidas para disminuir las extracciones en la zona de contacto entre las masas de agua Almonte y Marismas con aportación de aguas superficiales incrementando.
También el uso conjunto de aguas reguladas, no reguladas, regeneradas y subterráneas de modo que estas disminuyan sustancialmente o recarga artificial en aquellas zonas donde sea viable. Por último, se apuesta por la elaboración por parte de la administración de Planes de Extracción, que garanticen el cumplimiento de los objetivos planteados; el refuerzo de la guardería fluvial, o la incorporación de la modelización hidrogeológica de Doñana al trabajo cotidiano de la CHG para el apoyo a la toma de decisiones.
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