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Mikel Lejarza
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El 63 por ciento de los andaluces se siente preocupado por los problemas del medio ambiente, pero este porcentaje disminuye considerablemente en la disposición de los ciudadanos a asumir costes personales para su mejora. El dato lo recoge el Ecobarómetro 2007, que presentó ayer la consejera de Medio Ambiente, Fuensanta Coves, en Almería. Esta encuesta, realizada por el Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA), organización dependiente del Centro Superior de Investigaciones Científicas, pretende seguir las valoraciones de la población andaluza sobre la situación medioambiental, las políticas de las administraciones y las acciones personales y colectivas.
A pesar de que crece el porcentaje de preocupación por la situación del medio ambiente andaluz, la población no llega a convencerse de que hay que pagar para mejorar la situación. Al ser cuestionados los entrevistados sobre un hipotético gravamen sobre los carburantes, el 43,3 por ciento está de acuerdo con adoptar una medida de este tipo. El 46,6 por ciento de los andaluces se mostró en contra de esta medida, a pesar de que el 52,5 consideró el cambio climático un problema prioritario a nivel global.
Tampoco sienta muy bien subir más el recibo del agua, como impone la Directiva Marco europea. El 39,4 de la población rechaza esta medida. Al ser cuestionados sobre cuáles son las políticas más eficaces para conseguir un ahorro efectivo en el consumo de agua, sólo el 4 por ciento de los encuestados apuesta por subir el precio. Aun así, la escasez de agua es el segundo problema ambiental que se considera más importante de Andalucía, como recoge la encuesta.
El vicedirector del IESA, Eduardo Moyano, destacó las diferencias entre los ciudadanos sobre la valoración del desarrollo urbanístico. Según el informe, el porcentaje de encuestados que aseguraron que el urbanismo había empeorado el paisaje y el medio local aumenta en proporción al tamaño de las poblaciones. La cifra asciende a un 34,7 por ciento de media, aunque preocupa más en las grandes ciudades.
Los andaluces han mejorado su impresión sobre la situación ambiental respecto a 2006 en 5 puntos. En total, un 38 por ciento de los encuestados calificó esta realidad de buena o muy buena, frente a un 36,5 que la definió de regular y un 25,4 de mala o muy mala. El principal problema ambiental de Andalucía continúan siendo los incendios forestales. Sobre el estado de las ciudades, el ruido y la suciedad son las grandes preocupaciones.
Coves destacó que en los siete años que lleva elaborándose este estudio, las políticas de la Junta han incrementado su valoración en 12 puntos. Los andaluces sitúan al Gobierno andaluz en el segundo lugar, detrás de la UE, para depositar su confianza en temas ambientales.
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