Largas colas en hora punta en la A-7 por el corte del Cañarete

La malograda carretera del Cañarete, que separa Aguadulce con la capital de Almería, una vía por la que circulan una media de 15.000 vehículos diariamente de media y creciendo, continúa cortada y acarreando serios problemas a los vecinos de ambas zonas que dependen de una conexión con garantías por motivos laborales y de habitabilidad.

Esta carretera continúa cortada desde el pasado 1 de enero, cuando una serie de desprendimientos de rocas causaron un socavón “enorme” en la calzada, ya arreglado como se ha podido comprobar, pero no así la malla que sostiene los macizos rocosos a esa altura de la vía, apenas unos cientos de metros de la gasolinera Bayyana. Sin embargo, desde entonces, ya más de 15 días, el secretismo por parte de la administración competente sobre esta vía, el Gobierno central, ha sido constante pero lo que es peor es, sin duda, la incertidumbre.

Desde el corte, tal y como pasara en 2016 con el último corte que se prolongó durante seis meses, las largas caravanas a diario en horas puntas en la autovía A-7 como única vía disponible en este momento y, día sí y día también, los alcances, están marcando cada jornada con la correspondiente desesperación y problemas de conciliación para miles de almerienses.

La Subdelegación del Gobierno, por el momento, no da información acerca del estado de la carretera del Cañarete, las acciones necesarias a acometer de cara a su futura reapertura, cuánto podría dilatarse en el tiempo y, por supuesto, tampoco si es necesaria una inversión que lleve a cabo una transformación profunda en este trayecto en el que su escasa fiabilidad es patente debido a la concurrencia de desprendimientos.

Afortunadamente, en este último lance, no ha habido que lamentar ninguna víctima, después de la última que fue la de un taxista en abril de 2016. Tan sólo unos meses fue cuando había estado cerrada al tráfico porque se resquebrajó la ladera a la altura de la Gruta y se realizaron trabajos de consolidación de este talud en un punto distinto al que intervinieron en abril de 2014. Las últimas obras de emergencia que propiciaron el corte del eje costero se realizaron por fases con una inversión de más de 1,3 millones de euros, a los que habría que sumar otros 298.000 del ramal de acceso desde la zona norte de Aguadulce a la Autovía del Mediterráneo para paliar la prolongada interrupción del eje de la costa que estableció horas de acceso para uno y otro sentido con circulación interrumpida por la noche y sólo un carril. En aquella ocasión el derrumbe de grandes rocas se produjo en el kilómetro 432 al rajarse la malla protectora y caer grandes rocas a consecuencia de un fuerte temporal de lluvias en noviembre de 2015.

Por el momento, además de las miles de personas afectadas que están volcando sus iras a través de redes sociales por el estado de la vía y por la falta de respuestas sobre su reapertura, también ha habido administraciones como el Ayuntamiento de Roquetas que ha trasladado a Subdelegación de Gobierno la necesidad de darle celeridad a los trabajos. Además, desde el Consistorio roquetero se incide en la “necesidad” de que el Gobierno de España acometa la construcción del tercer carril de la A-7 en el tramo El Parador-Almería para mejorar el tráfico entre la localidad y la capital almeriense. Por el momento, solo se conoce que la Guardia Civil de Tráfico advirtió de que los trabajos de reposición de la carretera iban “para largo”, mientras que desde Subdelegación que ya se ha elaborado un informe de daños a la espera de poder concretar una propuesta de actuación, que aún no ha trascendido, y que tendrá que ser aprobada posteriormente por Fomento para iniciar los trabajos.

En este contexto, y pese a que una vez arreglado a la vista está que nunca se ha podido garantizar ninguna solución definitiva ante la fragilidad de este macizo montañoso por el que transcurre la carretera, se antoja necesaria la ejecución de un tercer carril que lleva en redacción desde septiembre de 2018 y que ya tenía que estar sobre la mesa.

En este sentido, el diputado nacional del PP, Juan José Matarí, se comprometía hace unos días con el alcalde de Roquetas de Mar y presidente del PP de Almería, Gabriel Amat, a formalizar en el Congreso de los Diputados una iniciativa con la que el Grupo Parlamentario Popular inste al Gobierno a impulsar y ejecutar con carácter prioritario el proyecto de esta vía complementaria en la Autovía A-7 entre Roquetas de Mar y Almería (tramo enlace 429 – enlace 438) y que el martes se materializó.

Lo que sí queda claro es que los acantilados de la Nacional 340 entre Aguadulce y la capital han recibido millones de euros en la última década en una permanente operación renove que no logra resultados, porque siguen escupiendo rocas sobre este vial de manera inesperada, provocando una inseguridad víal grave e impropia de este tiempo, más aún cuando ya no es necesario ni que arrecien las precipitaciones como ocurriera en la madrugada de Nochevieja, cuando se motivara el último incidente y actual corte. Los principales perjudicados, miles de habitantes de ambos núcleos de población, y que dependen de una conexión fluida y de garantías, piden explicaciones y soluciones.