La defensa pide al jurado que obvie el "juicio paralelo" de los medios
Sánchez de Puerta afirma que su cliente pudo ayudar al secuestro de sus hijos, pero "no es un asesino"
Córdoba/El letrado José María Sánchez de Puerta, que defiende a José Bretón en el juicio seguido contra él en la Audiencia Provincial de Córdoba, acusado del asesinato de sus dos hijos, Ruth (seis años) y José (dos años), ha pedido al jurado que obvie el "juicio paralelo" al que ha sido sometido su cliente en los medios de comunicación y en el que "ya ha sido condenado".
Sánchez de Puerta, quien ha presentado su informe final, ratificando la petición de absolución para Bretón, apoyándose para ello en los 22 puntos que constituyen los hechos justiciables recogidos en el auto dictado en su momento por el juez, ha subrayado que lo de que su cliente ideo la muerte de sus hijos "es solo una suposición", en el marco del "juicio paralelo, en el que la opinión pública ya ha condenado a Bretón, desde el mismo día de su detención".
Es más, el letrado entiende que a Bretón "se le ha satanizado por cualquier gesto" y se la ha presentado, en todo momento, "como a un verdadero monstruo", por lo que pedido a los miembros del jurado que se guíen "por lo que han visto y oído" en el juicio, en el cual, según Sánchez de Puerta, "no se ha demostrado" si los niños "han muerto y no se ha podido demostrar cómo estos niños murieron", aunque se hayan presentado varias suposiciones, tales como que los asfixió o que les suministró tranquilizantes.
Sin embargo, "ello no cabe en el Derecho Penal, en el que hay que precisar la causa exacta de la muerte", ya que, "puestos a suponer, por qué no decir que murieron a causa de un accidente, por un golpe de calor, por ejemplo", según se ha preguntado el abogado, quien ha destacado que "para saber si ha habido prevalencia o alevosía tenemos que saber la causa de la muerte", especialmente cuando, en este caso, debían haberse conservado "huesos enteros" y no los pequeños restos fragmentados hallados.
Junto a ello, Sánchez de Puerta duda que los huesos que estudió la forense Josefina Lamas fueran los mismos que examinó al año siguiente el antropólogo forense Francisco Etxeberría, pues es "rarísimo", dado que Lamas es "una profesional con mucha experiencia" en este campo, que de los más de 100 huesos hallados "se equivocara con todos", afirmando que eran de animales, aunque rectificó tras el análisis de Etxeberría y dijo que eran humanos.
Para el abogado defensor, Lamas rectificó "de una forma extraña", pues incluso cuando Etxeberría la invitó a estar con él durante el análisis de los restos, ella respondió que ya había hecho su informe. Pero es que, además, se la expedienta y no se la despide, cuando lo normal hubiera sido el despido, y luego el expediente se archiva y sin sanción ninguna, según ha relatado Sánchez de Puerta.
A ello hay que sumar que "los huesos pudieron salir sin permiso desde la Comisaría de Canillas", en Madrid, luego la cadena de custodia estaría "totalmente rota", como también lo estaría después de haberse acreditado que "la hoguera fue removida varias veces".
En conclusión, lo que tiene claro Sánchez de Puerta es que su cliente "no es un asesino", aunque no ha descartado que "haya podido ayudar para que sus hijos no estén con su madre, pero no es un asesino", es decir, el letrado cree Bretón pudo incluso "dormir" con los tranquilizantes a sus hijos y luego entregarlos a una tercera persona en la autovía, situada junto a la finca de los abuelos paternos de los menores.
De hecho, para ahondar en el carácter de Bretón, su abogado ha dicho que fue su esposa Ruth la que, siendo novios, decidió que habría boda, y también fue la que determinó cuándo iban van a tener hijos, es decir, en el seno del matrimonio, que fue "feliz", es ella "la que tiene el mando en las fuertes decisiones" y Bretón "se amolda a las razones que le da", por ejemplo, cuando "Ruth decide irse a Huelva", aunque Bretón tenía trabajo en Córdoba, "y aún así aceptó", en un "gesto de generosidad" hacia su esposa, que es la que toma las decisiones en el matrimonio, sin que hubiera habido ninguna denuncia por malos tratos previa a la separación, que también decidió Ruth.
Eso y encontrarse la casa del matrimonio en Huelva vacía, le provocó a Bretón "un abatimiento" por el que precisa tratamiento psicológico y se vuelve a Córdoba con un régimen de visitas a los niños acordado, no impuesto por ningún juez. De modo que Ruth no estaba obligada a entregárselos y, según Sánchez de Puerta, no se entiende que se los dejara a Bretón si, como ha dicho Ruth, temía por sus hijos.
En cuanto a las supuestas afirmaciones hechas por Bretón al 'policía sombra', Sánchez de Puerta ha señalado que viene a relatar unos hechos con los que está buscando que el acusado pareciera "un monstruo" y, por tanto, un asesino, porque "el hecho de hablar de irse de putas no acredita que sea un asesino", siendo también extraño que el agente tardase "mes y medio en hacer un informe" sobre todo lo que supuestamente le dijo Bretón.
Respecto a los preparativos del plan para matar y quemar a sus hijos, el abogado defensor ha dicho que "el acopio de leña no está demostrado" y aunque sí que compró 271 litros de gasoleo entre septiembre y octubre, de esa cantidad solo sobran 31 litros, una vez llenado el depósito de su coche las cuatro veces que hizo las compras, lo que habría sido poca cantidad para la hoguera de grandes dimensiones que supuestamente hizo Bretón y la que, según ha insistido su abogado, los peritos no han podido precisar la existencia de acelerantes.
También se ha referido Sánchez de Puerta a la "comicidad" empleada por la abuela materna de los niños en su declaración, en la que "sollozó, pero no echó ni una lágrima", poniendo en duda el abogado que Bretón le dijera que no iba a ver más a sus nietos, ya que, si fue así, "¿por qué no se fue directamente a la Policía?, que es lo que habría hecho una abuela normal"
En cuanto a la declaración Juan David, primo de Ruth, Sánchez de Puerta ha recordado que había contado como Bretón, ya en la cárcel, supuestamente le dijo que los niños estaban muertos "y él se va a Huelva", en una segunda ocasión se supone que Bretón le dijo que los niños estaban vivos, y Juan David, de nuevo vuelve a Huelva, y que es tras el tercer encuentro con Bretón en la prisión, cuando le dijo que ya no hablaba más con él, cuando Juan David va a la Comisaría, lo que demuestra que, al igual en el caso de la abuela materna, "son totalmente falsas sus declaraciones".
A ello hay que sumar, por último, que "no se puede afirmar" que a las 10:30 del 8 de octubre cogiera el Kia Picanto y fuera con él a la finca familiar, pues no tenía las llaves, y quien lo identifica allí "lo hace después de que ha salido la imagen de Bretón en la televisión".
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