Siete días de marzo en La Orden
La barriada onubense en la que fueron agredidos varios agentes vive desde entonces el día a día bajo control policial
La barriada de La Orden, al norte de Huelva, ve desde hace siete días más uniformes azules de lo que ha venido siendo habitual en sus calles hasta entonces. Y más aún en Gonzalo de Berceo, escenario el domingo pasado de un altercado que derivó en graves disturbios y que, por el momento, ha concluido con siete personas en prisión acusadas de atentado a agentes de la autoridad, desórdenes públicos, daños e incendio. La Orden sí hace ahora honor a su nombre. Todo está bajo control. Nadie se mueve fuera del visor de los agentes de la Policía Nacional que vigilan los movimientos de los vecinos.
Es verdad que el transcurso del tiempo ha suavizado la presión policial, que en los días inmediatamente posteriores incluía el control, con nombres y apellidos, de todo aquel que intentaba acceder a su vivienda. En los corrillos de los vecinos podía oirse una queja extendida: "Esto es un abuso de autoridad". Y precisamente en un comportamiento similar de los agentes agredidos el domingo pasado situaban el origen de los incidentes. "Tiraron al suelo al joven [detenido el mismo día] antes de que pudiera enseñar su documentación, y el padre salió en su defensa. Cualquiera hubiera hecho lo mismo".
La respuesta fue furibunda. Numerosos vecinos atacaron a los agentes que realizaban el control, que resultaron heridos y se vieron obligados a pedir refuerzos. A partir de ahí la batalla campal en una barriada en la que aún no se han apagado del todo los rescoldos de las hogueras de aquel domingo. Es más, dos días después, un camión del servicio de recogida de basuras era apedreado por un grupo de incontrolados. Y la Policía tuvo que volver a estrechar el cerco.
¿Son Los Pitufos -como se conoce a los edificios de la calle Gonzalo de Berceo- un gueto dentro de la misma barriada? Según Francisco Ramos, presidente de la asociación de comerciantes de La Orden, "esa calle es un mundo aparte en el que muchos tienen su propia ley, y otros, la gente trabajadora, ha optado por marcharse con el paso del tiempo". Hay vecinos que llegan a comparar a la calle con un cáncer para el resto de La Orden.
El caso es que Gonzalo de Berceo padece desde hace años el virus de la inseguridad: ataques a autobuses urbanos -la empresa concesionaria cambió el itinerario de las líneas 1, 2 y 7-, disparos a un coche policial en 2006, altercados con heridos en 2007 por un desahucio, tirones, quema de coches y de contenedores, menudeo de droga y robos a comercios... La cadena tendría fin, según el Defensor del Onubense, Manuel Rodríguez, si Ayuntamiento y Junta unieran sus recursos para erradicar los elevados índices de marginación social que sufre la zona.
Y lo ocurrido hace siete días en La Orden es el botón de una muestra: los agentes policiales (Nacional y Local) sufrieron el año pasado en Huelva hasta 82 ataques, según datos de la Unión Federal de Policía (UFP). Estas agresiones arrojaron un balance de alrededor de 110 policías heridos de diversa consideración, con tres de ellos graves.
Por otra parte, Angélica Mora, hija y hermana de los cuatro primeros detenidos por los disturbios, negó ayer la participación de sus familiares en las agresiones a los policías y pidió a la autoridad judicial que "dé con los culpables". Mora, que calificó los incidentes de "lamentables e inadmisibles" mostró unas fotografías tomadas desde una de las viviendas de la zona (las mismas imágenes que la defensa de los imputados ha presentado a la instructora) de los primeros momentos de los incidentes, en las que aparecen sus cuatro familiares, varios policías y algunos vecinos, que "no llevaban palos ni otro tipo de objeto".
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