La resaca del 28-A dificulta la relación del PP andaluz con Vox
Susana Díaz insta a Pablo Casado a que rompa con Vox en Andalucía si cree que son “de extrema derecha”
Francisco Serrano amaga con no negociar los Presupuestos de la Junta si continúan los "insultos"
La resaca electoral del 28 de abril se está dejando notar en Andalucía. El Pleno que se celebra en el Parlamento entre el jueves y el viernes será un buen termómetro para saber cómo están afrontando los partidos andaluces el resultado de las generales.
Los socialistas aplazarán cualquier consecuencia orgánica de la pugna soterrada que, todavía, mantienen Susana Díaz y Pedro Sánchez. En el otro lado tienen más problemas. PP y Ciudadanos dedicaron el lunes y el martes a vender el buen estado de su relación, a pesar del vuelco naranja al sur de Sierra Morena. Pero responsable del principal dolor de cabeza del Gobierno bipartito es su socio parlamentario de Vox.
El presidente nacional del PP, Pablo Casado, quiere volver al centro. Juanma Moreno y los suyos creen que nunca llegaron a irse del centro, pero su jefe nacional tiene que hacer esfuerzos para convencer a los votantes que lo han abandonado.
Cree Casado que muchos lo han hecho por su competición con Vox, por lo que dedicó su primera comparecencia tras la debacle del 28-A a atizar a Santiago Abascal y a los postulados de su partido.
Casado abrió la puerta a un gobierno a la andaluza poco antes de abrir los colegios electorales. Los votantes le negaron lo que permitieron a Juanma Moreno, en coalición con Juan Marín y con los votos del grupo que dirige Francisco Serrano.
Este miércoles, el presidente de Vox en la Cámara andaluza, tras las “mamandurrias” de Casado contra Abascal, ha recordado que sus 12 escaños son imprescindibles para que el Ejecutivo andaluz pueda sacar adelante sus primeros Presupuestos de la Junta.
Juan Bravo, consejero de Hacienda, se ha comprometido a presentar un proyecto en los próximos 30 días, antes del 1 de junio, pero Serrano ha sugerido que “corre el riesgo de que no haya contactos” entre su grupo y el Gobierno regional para desatascar las cuentas de 2019.
“Si hay que sentarse para negociar presupuestos no es correcto pegarle una patada a la silla e insultar al que se tiene que sentar contigo para aprobarlos”, ha publicado Serrano en su cuenta de Twitter. El dirigente de Vox ha seguido los pasos de su jefe, Santiago Abascal, quien se quejó el martes por el ritmo de aprobación de los acuerdos que firmaron con los populares.
Es una de las tesis más recurrentes de los diputados del partido, pues consideran que el Gobierno de PP y Cs no tiene prisa por acabar, por ejemplo, con la Ley de Memoria Histórica para convertirla en una de Concordia.
En la bancada de la oposición no piensan dejar pasar la oportunidad de erosionar las relaciones entre el Ejecutivo y sus socios parlamentarios tras el giro de Pablo Casado. La propia secretaria general del PSOE, en un acto de presentación de candidatos a las municipales en Alhaurín de la Torre, ha aprovechado que el jefe del PP calificase por primera vez a Vox de “extrema derecha” para lanzarle un recado. “Si de verdad cree queha espetado Susana Díaz.
En esa misma idea abundó Mario Jiménez, portavoz socialista en la Cámara, quien este miércoles ha urgido al presidente de la Junta, Juanma Moreno, a romper el “pacto de la vergüenza”. Considera el dirigente del PSOE que las declaraciones de Casado sobre Vox “desautorizan en toda regla” la estrategia del PP en Andalucía y al Gobierno de Moreno”.
Jiménez cree que la polémica entre Casado y Abascal debe tener “efectos inmediatos”, así que, si el jefe del Ejecutivo no toma decisiones al respecto, “estará ante un ejercicio de cinismo y de hipocresía sin precedentes”. “Si le queda algo de coherencia, que salga de la madriguera en la que está desde el 28 de abril y responda con coherencia a los andaluces", ha sentenciado.
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