La gripe de Errejón que puede salvar a Sumar en Andalucía

El líder caído no asistió el lunes por la tarde a la inauguración de la nueva sede del partido en Andalucía, ¿por qué?

Una 'casa del pueblo' pero en moderna

Esther Gil de Reboleño, Lara Hernández y Esperanza Gómez en la inauguración de la sede de Sumar en Sevilla. / Juan Carlos Muñoz

Estaba anunciado en los carteles como principal invitado en la inauguración de la primera sede del Espacio Sumar en Andalucía. Era el lunes de esta semana, pocas horas antes de que saltara el escándalo que avergüenza a sus compañeros de partido. Pero Íñigo Errejón no apareció y así evitó que su última imagen pública como portavoz de Sumar fuese en Andalucía donde la formación está intentando coger músculo. ¿Por qué no vino? ¿Acaso ya sabía lo que se estaba cociendo en las redes? ¿O había otro motivo?.

La versión oficial fue que tenía gripe. Pero esa gripe bien podría haberse llamado cautela ante las dificultades que tiene la marca Sumar por estos lares del Sur. Eso, o que además del machismo, también le imprime carácter la visión mesetaria de España. Íñigo Errejón no se ha prodigado mucho por la comunidad más poblada de España, (afortunadamente dicen ahora las que tienen que lidiar con su herencia política y que no sabían nada del comportamiento que se gastaba). Porque Andalucía no ha contado nunca mucho para Sumar. Yolanda Díaz sólo miraba al Norte cuando empezó a tejer alianzas para sacar adelante este proyecto político. Rara vez ha pisado tierras andaluzas, salvo para algún mitin electoral (el último en las elecciones europeas en el mes de junio) o para algún acto aislado como vicepresidenta del Gobierno de Pedro Sánchez.

¿Qué es lo que pasa? Izquierda Unida tiene en Andalucía uno de sus mejores bastiones electorales y una importante red política de militancia; con afiliados persistentes, los comunistas siguen siendo importantes en muchos municipios andaluces y por eso no es raro que los dos últimos coordinadores generales de esta formación sean de esta tierra; al malagueño Alberto Garzón lo ha sustuido el cordobés Antonio Maíllo. 

Y aquí está una de las claves porque precisamente bajo su mandato, IU está intentando recomponer el espacio a la izquierda del PSOE en una coalición electoral unida, bajo un mismo paraguas y que sirva para aumentar los votos en lugar de dispersarlos como ha sucedido hasta ahora. Incluyendo también a Podemos como sucede en Andalucía donde hay una fórmula de convivencia que se quiere exportar por todos los rincones del país. En esta estrategia, Sumar en Andalucía es (¿o era?) un escollo que buscaba protagonismo propio en contra de los intereses de IU.

Y, para lograrlo, Sumar en Andalucía ha abierto una sede física, un lugar donde hacer política... y la competencia a IU que será clave a la hora de repartir los equilibrios internos, tan complicados en esta zona de la izquierda y que estuvo a punto de llevar al traste la coalición electoral Por Andalucía. No quieren que les pase lo mismo en las autonómicas de 2026 y por eso las diferentes fuerzas políticas están ya preparando sus huestes.

Ahora, con el caso Errejón, Sumar está seriamente tocada pero ¿quién sabe? quizás el desdén con el que el líder caído los trataba en Andalucía sea ahora una oportunidad para seguir adelante. 

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