La hoguera se hizo con 250 kilos de leña y 80 litros de combustible
La columna de humo de la hoguera que José Bretón hizo el 8 de octubre en la finca de Las Quemadillas llegó a alcanzar más de 395 metros de altura. Fue detectada por cinco torres de control del Infoca, algunas de ellas situadas fuera del término municipal de Córdoba, como por ejemplo en Posadas. Según los técnicos en la lucha contra incendios de Córdoba, que ayer prestaron declaración, el acusado tuvo que usar más de 250 kilogramos de leña y unos 80 litros de combustible para conseguir prender un fuego de tal "potencia".
El Infoca detectó la columna de humo la misma tarde de los hechos, después de recibir el aviso de los puntos de observación. El director en Córdoba del servicio contra incendios de la Junta, Eduardo Nicolás Dueñas, señaló que todos los avisos convergían en un mismo punto, el polígono de Las Quemadas, pero que desde un primer momento se descartó que hubiese peligro de que se produjera un incendio forestal. "La columna de humo salía de un solo punto, por eso no se dio aviso de que podía producirse un incendio forestal", puntualizó. Después del análisis de los datos aportados por los controladores, se llegó a la conclusión de que el humo que emitía la hoguera era de color negro, por lo que, según Dueñas, se utilizó combustible para su combustión.
Con estos datos y los aportados por la Policía Judicial, meses después de los hechos los técnicos del Infoca realizaron una reconstrucción de la hoguera, para determinar el grado de calor que pudo llegar a alcanzar y los elementos concretos que se utilizaron para conseguir que prendiese con tal fuerza. El subdirector de Infoca en Córdoba, César Vicente Fernández, señaló que esta prueba se realizó en un terreno muy similar al de la finca de Las Quemadillas, situado junto al Campus de Rabanales. Las conclusiones de este informe, tal y como explicó, señalaban que Bretón tuvo que usar más de 250 kilos de leña, tomando como base los cinco centímetros de ceniza que se encontraron en la hoguera de la finca de los abuelos paternos. En cuanto al combustible, se tuvieron que emplear unos 80 litros, que según Fernández, "se añadieron de una forma dosificada y continua en el tiempo".
La hoguera, en concreto, se realizó en tres fases. La primera de encendido, que los expertos calculan que tuvo lugar entre las 15:00 y las 17:00 del 8 de octubre de 2011. Una segunda de gran combustión, entre las 17:00 y las 17:40, periodo de tiempo en el que se detectó la columna de humo negro y que desprendía un fuerte olor. "Los combustibles no producen un olor raro, pero sabemos que puede ser compatible con algún elemento orgánico como basura o, incluso, restos humanos", afirmó. En esta fase la hoguera llegó a superar los 1.400 grados en el área de influencia de la mesa.
La tercera fase se produjo cuando se dejó de añadir combustible y "se deja que se apague sola". Los agentes que acuden a la finca de Las Quemadillas horas después de los hechos, aún encuentran "rescoldos".
En la sesión de ayer también prestó declaración el especialista en georradar Luis Alviall, que "peinó" con un georradar de alta resolución y cámaras termográficas el terreno y la vivienda de la finca, pero sin detectar ningún rastro que le condujera a que los niños se encontraban en la finca.
Alviall realizó una serie de termografías en la zona de la hoguera, donde detectó una acumulación de calor muy alta, hasta el punto de que había fraguado la arcilla del suelo, "no correspondiendo su morfología con la de un fuego normal". De igual forma, el geólogo Jesús Díaz, que buscó en el subsuelo de la finca estructuras compatibles con un cuerpo, empleando diversas técnicas de prosprección, no detectó la presencia de cuerpos enterrados, lo que luego se comprobó con excavaciones.
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