Un parón en la carrera de los futuros maestros

La decisión de la Junta de no convocar oposiciones para docentes de Infantil, Primaria y Educación Física obliga a miles de estudiantes a cambiar de planes tras meses de preparación

Aspirantes a las oposiciones de Infantil y Primaria que se celebraron en 2015 en la Universidad de Córdoba.
Aspirantes a las oposiciones de Infantil y Primaria que se celebraron en 2015 en la Universidad de Córdoba. / Álex Gallegos
C. Rocha · C. Cueto

07 de diciembre 2016 - 02:33

Sevilla/En junio de 2015, 29.528 aspirantes a profesor se disputaron 930 plazas en las oposiciones del cuerpo de maestros de la Junta. Por cada persona que logró su objetivo, hubo 30 personas que, después de un año estudiando, no lo consiguieron. La situación no es tan cruda como la de los 78 aspirantes por puesto que el domingo 27 de noviembre intentaron alcanzar un empleo fijo en Correos, pero el éxito en unas oposiciones sigue siendo complicado por pura estadística: muy pocas plazas y muchos aspirantes.

La tacaña tasa de reposición en el empleo público, provocada por los recortes, no ha ayudado a las miles de personas -muchas de ellas recién graduadas- que tenían las oposiciones como su objetivo principal. "Siempre lo tuve claro porque es una garantía de futuro", explica Elisa Mérida. Esta joven de Coín estudió en la Universidad de Huelva, donde también se especializó en Educación Física y ya se presentó a las pruebas de 2015. Quería repetir los exámenes el próximo junio y para ello está matriculada en un curso de repaso de los contenidos con otros compañeros que también pretendían volver a intentarlo. Pero no podrá hacerlo.

Educación ha decidido que en 2017 no habrá convocatoria para las especialidades de maestro de Infantil, Primaria y educación física. Son las más demandadas, puesto que en la última edición el 66% de los aspirantes optaron por ellas. Sí habrá para los que quieran ser profesores de Francés, Inglés, Música, Pedagogía Terapéutica y Audición y Lenguaje, así como aquellos que pretendían entrar en el cuerpo de profesores de Música y Artes Escénicas de Secundaria.

Aunque está por concretar el número de plazas que habrá en cada especialidad, los estudiantes de oposiciones que se preparaban para las tres especialidades que quedan pospuestas, como mínimo, a 2019 han visto truncado su plan de estudios. "Estoy en shock", apunta Mérida, que reconocía antes de conocer la noticia que "hay mucha desmotivación en general". "Estoy concienciada por la importancia que tiene luchar por la enseñanza pública y conseguir una estabilidad laboral pero, ¿qué opciones me quedan ahora?", se cuestiona la joven malagueña, que cree que la precariedad docente acabará afectando en el futuro "a los niños, que deben ser la base de la sociedad andaluza".

Francisco Navas, de Málaga, ha tenido más suerte porque ya estaba estudiando la especialidad de Francés, pero también incide en la importancia de la motivación para llegar a la meta de "una carrera de fondo". "Es lo más duro que he hecho a nivel académico", añade este docente, que es maestro interino de Francés en un colegio de Valverde del Camino.

La implantación en el sistema educativo andaluz del segundo idioma en dos cursos de Primaria provocó la creación de una bolsa extraordinaria que permitió a Navas lograr una plaza fija. "Con la interinidad estoy por delante de mucha gente e incluso yo lo veo injusto", asegura el joven malagueño. Reconoce que tiene menos tiempo para dedicarlo al estudio, aunque considera que los puntos extra que recibe por ser interino lo sitúan en una posición ventajosa.

"Muchos tomarán la alternativa del Francés", vaticina Mérida tras conocerse que no habrá examen de Infantil, Primaria y Educación Física, una especialidad que considera "básica para la buena salud de la infancia" en una comunidad con alta incidencia de obesidad. "¿Cómo previene la Administración esta situación si no convoca nuevas plazas y cada vez le presta menos atención a la Educación Física?", lamenta esta joven.

La principal queja de estos dos profesores radica en la escasez de oferta frente a la ingente demanda; pero hay más. "No hay un criterio fijo de ponderación", señala Navas, mientras que Mérida es más específica. Alude a un "temario desfasado" que incluye conocimientos que después "no podrían impartirse en un aula". También se queja porque "no hay unos contenidos de evaluación específicos" y mira incluso a la Lomce, pese a que parece que tiene sus días contados: "Limita mucho lo que podemos enseñar y no atiende a la diversidad. No deja espacio para innovar y encarar la enseñanza desde otras perspectivas".

Ambos se pueden permitir criticar el proceso de oposiciones porque ya tienen experiencia. No pueden decir lo mismo los nuevos aspirantes, muchos de los cuales se han quedado a las puertas tras el anuncio de la Consejería. "Hay gente que lleva ya un año estudiando, ¿y ahora qué? ¿Tres años esperando una plaza que quizás ni salga". Son palabras de Fátima García, de Sevilla, que lleva varios meses asistiendo a un curso preparatorio y critica que se pospongan los exámenes para Infantil, Primaria y Educación Física. Según su relato, prepararse para estas pruebas requiere una inversión de unos 2.000 euros "entre cursos, preparador y materiales". "Juegan con la ilusión de muchas personas y esto encima no es gratis", afirma García al tiempo que afea la "falta de seriedad" de la Administración andaluza por "cambiar las reglas del juego a la mitad del partido".

Pese a la desazón, esta sevillana cree imprescindible tener vocación docente para decidirse a optar por una plaza en el sistema público de educación. Por eso la extremeña Victoria Prieto, tras estudiar en su comunidad y hacer un máster en Huelva, se quedó en la capital onubense para preparar un examen que esperaba para junio. "Tenía claro que me quería presentar y no me iba a quedar en Badajoz porque no habría convocatoria hasta 2018", apunta Prieto, "pero ha sido un jarro de agua fría". Tras tres meses estudiando, la joven ha tenido que volver a su pueblo, Villanueva de la Serena, donde busca ahora un preparador para presentarse a las oposiciones en Madrid.

"Tengo que empezar casi de cero", lamenta Prieto, que considera que la situación era evitable. Cree que Educación sabía que había retrasos en las bolsas de las especialidades congeladas. "Al menos nos lo han dicho ahora y no en abril o en marzo, pero tampoco es un consuelo", apunta esta joven, que como el resto de sus compañeros demuestra su voluntad de seguir corriendo, pese a este bache, la carrera de fondo que es la preparación de unas oposiciones.

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