Ruta en coche por Andalucía desde la Costa de la Luz hasta la Costa del Sol

Planes de verano 2021

Desde Ayamonte hasta Nerja, la ruta nos llevará de oeste a este por playas, miradores, chiringuitos y otras experiencias ineludibles del litoral andaluz que bien merecen la pena

Prepárate para la maravillosa ruta en coche desde la Costa de la Luz hasta la Costa del Sol
Prepárate para la maravillosa ruta en coche desde la Costa de la Luz hasta la Costa del Sol / Pixabay
Jero Cebrián

27 de junio 2021 - 07:30

Granada/Preparar un viaje por tierras andaluzas es fácil, hay cientos de rutas y rincones que descubrir, y por eso lo difícil es escoger. Imagínate recorriendo el litoral en coche a tu aire, sin prisas, parando donde te apetezca.

Porque a través de una ruta por carretera solo tú serás quien decida el destino en cada momento. Es la gran ventaja de este plan de verano. Así que, por qué no, te permitirá dejar atrás la rutina y las preocupaciones y saborear la belleza en libertad. Que falta nos hace después de estos años complicados para todos por la pandemia.

Un viaje para relajarse y descubrir bellos parajes, hacer un alto en el camino, en cualquier parte, y aparcar para saborear el sol, el agua, la arena y el buen vivir del sur. Y aunque es casi imposible decidir cuáles son las mejores paradas, os proponemos esta ruta desde la Costa de la Luz hasta la Costa del Sol. Es una simple propuesta, seguro que se quedan sitios fuera y no lo perdonan, pero, no lo olviden que, ante cualquier duda, simplemente hay que dejarse llevar por el el olor a mar. Seguro que merece la pena. Andalucía bien lo vale.

Ayamonte (Huelva)

Ayamonte (Huelva)
Ayamonte (Huelva) / Flickr

Comenzamos nuestra ruta en la ciudad de Ayamonte, que se encuentra situada junto a la desembocadura del río Guadiana, en la frontera con Portugal, país al que se encuentra unida por el magnífico puente Internacional del Guadiana, de 666 metros de longitud, así que es un buen punto de partida para este viaje. Se trata de una localidad importante, con un precioso centro histórico de aire señorial, en el que predominan bellas casas encaladas de blanco con balcones enrejados.

Vale la pena acercarse a la plaza de la Laguna, en el barrio de la Ribera, punto de encuentro de sus ciudadanos, llena de tiendas, bares y terrazas, dónde también se encuentra el Ayuntamiento y en la parte alta, donde hubo un antiguo castillo romano, ahora hay un hotel Parador que ofrece unas vistas panorámicas alucinantes. Además, en su restaurante se puede degustar la rica gastronomía onubense y portuguesa.

Isla Canela (Huelva)

Isla Canela (Ayamonte, Huelva)
Isla Canela (Ayamonte, Huelva) / Wikimedia

A seis kilómetros de Ayamonte se encuentra Isla Canela, con ocho kilómetros de fantásticas playas. Un entorno natural de marismas, caños, arenales y dunas. Es la naturaleza en estado puro, y lo mejor es que se ha mantenido intacta a pesar de contar con todos los servicios, lo que permite relajarse y disfrutar de maravillosos atardeceres.

Pero también se pueden recorrer a pie, en bicicleta o canoa, las rutas verdes de las salinas del Duque y las marismas, un hábitat natural para varias especies de aves acuáticas que tienen aquí su lugar de reproducción. Un paraíso natural.

Matalascañas (Huelva)

Parque Dunar de Matalascañas (Huelva)
Parque Dunar de Matalascañas (Huelva) / Archivo

Situada al lado del parque nacional de Doñana, la localidad de Matalascañas es el lugar perfecto para descubrir su fauna y su flora. La localidad cuenta con 5,5 kilómetros de playas de arena fina y dorada. Lo que la convierte en un paraíso para los amantes del sol y de los chiringuitos. Aquí se pueden degustar de manera especial las gambas de Huelva, y alguno de los vinos con denominación de origen.

Pero lo realmente importante es el mencionado parque de Doñana, que tiene tres tipos diferentes de ecosistemas: las marismas, los matorrales mediterráneos y las dunas. Esas últimas cambian de forma, tamaño, y posición por el efecto del viento. Desde Matalascañas hay un sendero de 1,5 kilómetros para recorrer una de las formaciones dunares más impresionantes de España.

Playa El Palmar (Cádiz)

Playa El Palmar (Conil de la Frontera, Cádiz)
Playa El Palmar (Conil de la Frontera, Cádiz) / Wikimedia

Ya en la provincia de Cádiz y cerca de Conil de la Frontera, encontramos la hermosa playa de El Palmar. Son ocho kilómetros de arena fina y dorada a la que se accede a través de pasarelas de madera con el objetivo de ayudar a preservar el sistema de dunas que la forma. El ambiente despreocupado y los chiringuitos que se ubican, uno tras otro, en hilera, al otro lado de la carretera, hacen del lugar uno de los preferidos para disfrutar del mar por el día... y de la música en directo al atardecer.

Restaurantes, mercadillos, escuelas de surf... es un imprescindible para todos aquellos que visitan la costa gaditana.

Zahara de los Atunes (Cádiz)

Playa del Carmen (Zahara de los Atunes, Cádiz)
Playa del Carmen (Zahara de los Atunes, Cádiz)

Zahara es un bonito pueblo marinero famoso por la pesca artesanal del atún, por lo que es fácil degustar deliciosos platos realizados con atún en locales como la Taberna de El Campero o el Zoko Zahara, pero además, es imprescindible visitar el mercado de Abastos, al que llaman la 'Capilla Sixtina' por las pinturas de su techo, para descubrir los productos típicos de la zona.

Playa de Bolonia (Tarifa, Cádiz)

Duna en Playa Bolonia (Tarifa, Cádiz)
Duna en Playa Bolonia (Tarifa, Cádiz)

Una de las playas más famosas y fotografiadas, sin duda, es la de Bolonia. Salvaje, agreste, dunar, perfecta para sentirse libre y disfrutar sin tapujos. Una enorme duna de más de 30 metros de altura y 200 de anchura hace tan atractivo su paisaje. Una maravilla natural que atrae las miradas y a los visitantes. Además, cerca de la zona se encuentran las ruinas romanas de Baelo Claudia, del siglo I d.C., se trata de los vestigios de una antigua urbe romana en el que ver un gran teatro, cuatro templos, un foro, unas termas y la muralla.

Una localidad tranquila, alejada de todo, con casas bajas que permiten disfrutar de una playa casi virgen, y de los mejores chiringuitos de Andalucía. Un verdadero lujo para los sentidos. Imposible no relajarse en sus playas mientras se oyen las gaviotas.

Tarifa, por su parte, es llamada por los musulmanes AI-Yazirat Tarif (isla de Tarif), por lo que el pasado árabe de la localidad es evidente. Solo hay que pasear por su casco antiguo para darse cuenta. Calles empedradas y casitas blancas, llenas de pequeños comercios y restaurantes. Conocida como la capital del surf, el kitesurf y el windsurf, con más de 20 kilómetros de costa, y un viento que arrecia fuerte, ya sea de poniente o levante, es difícil resistirse a los deportes acuáticos... y a sus mágicos atardeceres.

Punta Chullera (Málaga)

Punta Chullera (Manilva, Málaga)
Punta Chullera (Manilva, Málaga)

Nos adentramos en la Costa del Sol y su parte más occidental de nuestra ruta. A 15 kilómetros de Estepona, en la frontera entre el Campo de Gibraltar, en Cádiz, y la provincia de Málaga, aparece Manilva. Si dejamos a un lado las playas, lo más interesante de este pueblecito andaluz son su castillo de La Duquesa, sus iglesias y el museo arqueológico.

Lo mejor es conducir por la carretera de la costa (A7) e ir de playa en playa. El trayecto desde Punta Chullera a Estepona está plagado de playas envueltas en paisajes que son una gozada. Las más recomendables son desde la de Chullera, hasta la de Sabinillas, pasando por la de las Arenas, la del Negro y la de las Gaviotas, de oeste a este de Málaga, en otras palabras. Es un lugar tranquilo, de aguas cristalinas, rodeada por un acantilado bajo que desemboca en pequeñas calas. Un baño en Punta Chullera, y así comenzamos nuestra ruta por la Costa del Sol.

Ronda (Málaga)

Ronda (Málaga)
Ronda (Málaga) / Sitios de España

No podemos irnos de Málaga sin conocer Ronda, por eso nos vamos de la costa un poco hacia el interior para conocer esta localidad malagueña. Técnicamente no es Costa del Sol, es cierto, pero si no has estado antes, es una maravilla. Eso sí, ten en cuenta que estamos hablando de un lugar eminentemente turístico, sobre todo en temporada alta. Si no hay mucha gente, lo aconsejable es aparcar por la zona de las calles San José, Sevilla o Molino y, luego, dedicar el día a tus piernas paseando por el centro peatonal de Ronda.

Como dijo alguien, lo primero es lo principal: hay que dirigirse a primera hora al puente Nuevo, levantado por el arquitecto Martín de Aldehuela en 1793 que une la Ronda vieja con la moderna, para asomarse a uno de sus balcones y admirar las fabulosas vistas que se despliegan desde sus imponentes 100 metros.

Marbella (Málaga)

Puerto Banús (Marbella, Málaga)
Puerto Banús (Marbella, Málaga) / Spain.info

Volvemos a la Costa del Sol, porque, aunque parezca mentira, Marbella es una de las ciudades andaluzas que más sorprenden al visitante. No te lo esperas. Más allá de sus playas, el lujo, las compras, los yates y su fastuosa historia, esta ciudad posee una esencia andaluza que solo se nota en vivo y en directo. Por eso, no hay que dudar en adentrarse en su casco antiguo, pasear por sus pintorescas callejuelas, adentrarse en la plaza de los Naranjos o dejarse arrastrar por su belleza señorial y el aroma a jazmín.

Eso sí, hay que darle una oportunidad a la noche marbellí. Primero una velada en alguno de sus restaurantes con estrella Michelin. Marbella cuenta con tres restaurantes con una estrella. El Messina, de la mano del cocinero argentino Mauricio Giovanni; el Skina, un clásico en la Costa del Sol, y la atrevida cocina de El Lago.

Y un poquito de turismo de fiesta. Tras la cena, para divertirse, tomarse una copa y bailar hasta el amanecer, vale la pena trasladarse a Puerto Banús. Entre las apuestas más fiables, están Nikki Beach y Ocean Club, ambos situados en la playa, donde se celebran conciertos, espectáculos de todo tipo, fiestas y donde es incluso posible ver alguna que otra celebridad.

Benalmádena (Málaga)

Teleférico de Benalmádena (Málaga)
Teleférico de Benalmádena (Málaga) / Wikimedia

Después de Marbella, a menos de 50 kilómetros hacia el este, la parada será Benalmádena. Al que le fascinen las alturas y las vistas de paisajes espectaculares, solo tiene que ir a Benalmádena. Es otro de esos pueblos con un casco histórico que merece la pena conocer. Su museo de arte precolombino Felipe Orlando es una visita obligada, ya que acoge una de las mejores colecciones arqueológicas de España.

Pero es especialmente interesante subir con el teleférico hasta la cima del monte Calamorro (800 metros de altitud). Son 15 minutos de duración, pero la panorámica que espera al final es toda una recompensa. Los paisajes de la costa, la provincia malagueña y de Sierra Nevada son formidables, y, en los días claros, incluso se puede avistar Gibraltar y la costa africana.

Frigiliana (Málaga)

Frigiliana (Málaga)
Frigiliana (Málaga) / P. M. B. E.

Al otro lado de Málaga después de la visita a Benalmádena, apenas cinco kilómetros separan "el pueblo más popular de Málaga" de nuestra última parada de la ruta, cuando acabemos en Nerja. Una vez allí, en la blanca Frigiliana, conviene dirigirse a su casco histórico, donde se ha habilitado un aparcamiento. En temporada alta no es fácil aparcar, puesto que, en los últimos años, está siendo uno de los pueblos más visitados de Málaga.

Frigiliana es uno de los lugares con más encanto de España. Ubicado junto al parque natural de las Sierras de Almijara, Tejeda y Alhama, este pueblo blanco fue declarado conjunto histórico artístico y es uno de los centros históricos de origen árabe mejor conservados en España.

Nerja (Málaga)

El Balcón de Europa en Nerja (Málaga)
El Balcón de Europa en Nerja (Málaga) / Pixabay

Acabamos nuestra ruta empezada en Ayamonte con la parte oriental de la Costa del Sol, habiéndonos recorrido de oeste a este una parte de la costa andaluza, acabando en Nerja, el famoso pueblo donde se rodó la serie Verano Azul (nota para los nostálgicos: el barco de Chanquete aún es posible verlo a poca distancia del mirador del Balcón de Europa). A parte de darse una vuelta por sus callejuelas y de visitar su popular cueva, un milagro de la geología iniciado hace cinco millones de años, y como sugerencia, sería explorar los acantilados de Maro.

Esta es una magnífica manera de acabar con el mar -y nuestra ruta-, de la Costa del Sol. Gracias a la población de posidonias, las aguas de esa área son de una transparencia inverosímil. El plan es alquilar un kayak y navegar el paraje natural de Maro-Cerro Gordo. Los acantilados allí alcanzan los 75 metros de altura y es posible ver cascadas que caen sobre el mar, grutas y recónditas calas.

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