1924: fecha crucial para el cine en Córdoba
Cultura
Este año se cumple un siglo de aquel otro que fue cinematográficamente excepcional para la ciudad por la inauguración del Teatro Duque de Rivas y el rodaje de varias películas
El Teatro Duque de Rivas vivió posteriormente el estreno de la primera cinta sonora proyectada la provincia
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El año 1924 fue el de la inauguración en Córdoba del Teatro Duque de Rivas, que estaba ubicado en la avenida del Gran Capitán junto al edificio que ocupaba el antiguo Gobierno Civil, anteriormente Palacete del Marqués del Mérito. Abrió sus puertas reformado y con cambio de nombre -antes se llamaba Teatro Circo-. Su promotor y gerente fue el empresario Antonio Cabrera Díaz. Este popular teatro es pura historia del Séptimo Arte en Córdoba, ya que estaba dedicado a todo tipo de representaciones y proyecciones cinematográficas, además de a las actuaciones en su escenario de compañías de revista y variedades, así como a los concursos de los llamados cara al público organizados por las emisoras de radio de la época.
Ese mismo año, José Buchs filmaba en Córdoba capital la película La medalla del torero; y Jeanne Roques (conocida como Musidora) la cinta documental hispano-gala La terre des taureaux (La tierra de los toros), que tenía como coprotagonista al rejoneador cordobés Antonio Cañero -ambas mudas-. Eran la quinta y la sexta cintas que se rodaban en la capital tras La España trágica (1919), de Rafael Salvador; Carceleras (1922), de José Buchs; la producción hispano-francesa La sin ventura (La malchandeuse) (1923), de Benito Perojo y Emile-Bernard Donatie; y Rosario, la cortijera (1923), también de José Buchs.
El flamante nuevo Teatro Duque de Rivas ya había estrenado, como Teatro Circo, el 23 de octubre de 1896 la primera sesión cinematográfica que se pudo vivir en la provincia cordobesa. También sería pionero, el 10 de abril de 1930, a la hora de proyectar el primer film sonoro que se pudo visionar en tierras cordobesas, El arca de Noé, de Michael Curtiz.
Tal y como publicó Rafael Jurado Arroyo en su libro Los inicios del cinematógrafo en Córdoba (1997), el año 1924 fue cinematográficamente excepcional para la ciudad, "por la inusual longevidad de la temporada de verano, la inauguración del Teatro Duque de Rivas y el rodaje de dos películas". Jurado Arroyo destaca que hace ahora un siglo eran solo dos los cines de verano los que animaban las noches estivales proyectando películas de forma continua. Detalla que eran el Ideal Cinema, instalado en el "vetusto Coso de los Tejares", y el cine Victoria, un pequeño solar de la calle Santa Victoria habilitado como cine de verano.
"Los seriales (películas divididas en jornadas que se proyectaban durante varios días) y las películas cómicas dominaron la cartelera veraniega, siendo el gran acontecimiento de aquella temporada el estreno de Violetas imperiales (Henry Roussell, 1924), cinta francesa protagonizada por la mítica Raquel Meller. La proyección, dividida en dos jornadas (21 y 22 de agosto de 1924), tuvo lugar en el Ideal Cinema-Plaza de Toros", relata.
Jurado Arroyo insiste en que fue aquel de 1924 "un año crucial para Córdoba" en el terreno cinematográfico. "Diversos acontecimientos sacuden el panorama del espectáculo en nuestra ciudad. Destaca sobremanera la inauguración del Teatro Duque de Rivas, el antiguo Teatro-Circo del Gran Capitán, que abrió sus puertas tras una profunda transformación y con nuevo nombre", destaca.
Para añadir que la iniciativa del empresario Antonio Cabrera, figura destacada en el desarrollo de las empresas de espectáculos, revolucionó el panorama sociocultural y abrió nuevos caminos para una industria, la cinematográfica, que en Córdoba comienza a crecer de forma imparable. Una de las primeras consecuencias de la nueva etapa de este teatro, tal y como incide, fue el aprovechamiento del jardín de la entrada para convertirlo en cine de verano. Algo que sucedió en temporadas posteriores, bajo la denominación de Parque Recreativo.
Recuerda que la inauguración del Teatro Duque de Rivas tuvo lugar 23 de mayo de 1924, con la actuación de las cantantes Itálica y Cándida Suárez, la bailarina Carmen Diadema y el cómico Manolo Vico. "Las variedades ocupaban el escenario del renovado teatro en aquellos días marcados por la celebración de la Feria de Nuestra Señora de la Salud, pues, como era habitual, la cartelera cinematográfica desaparecía de los salones de espectáculos hasta la inauguración de la temporada de otoño", explica.
No obstante, los cordobeses tuvieron que esperar hasta el 15 de noviembre de 1924 para asistir a la primera proyección en el Duque de Rivas. "El estreno de Diego Corrientes (José Buchs, 1924) se convirtió en un acontecimiento social. Más, si cabe, teniendo en cuenta que la película se estrenó en la ciudad dos días antes de su presentación oficial en el Real Cinema de Madrid". detalla. La crónica de aquella sesión inaugural hablaba del “lujo y confort del nuevo coliseo, superando incluso al Gran Teatro, y de la excelente visibilidad, gracias a la nueva disposición de las butacas”.
Jurado Arroyo subraya que otro hecho notable, "ejemplo de la importante actividad cinematográfica que registraba Córdoba por aquellas fechas", se produjo con la llegada de dos equipos de rodaje a tierras cordobesas para filmar algunos exteriores y diversas secuencias en localizaciones típicamente andaluzas. "Se trata de La medalla del torero, una superproducción de ambientación taurina, y La hija del Corregidor, cuyo argumento recrea las andanzas del célebre bandolero José María El Tempranillo, entrelazándolas con el mundo del toro. Ambas estuvieron dirigidas por José Buchs, cineasta pionero que estuvo muy vinculado a nuestra tierra durante su actividad cinematográfica", relata.
El equipo de rodaje de La medalla del torero llegó a Córdoba, tal y como explica, tras haber rodado gran parte del metraje en tierras sevillanas. "Allí filmaron varias secuencias en el cortijo de Carmen de Federico y planos de la ganadería de Murube. En Córdoba se detuvieron tan sólo para completar los exteriores, pero Buchs, que ya tenía en mente rodar la siguiente película, decidió volver para centrar aquí buena parte de la acción de La hija del Corregidor", apunta.
Jurado Arroyo cuenta que el estreno de cada una de ellas tuvo gran repercusión en la cartelera cordobesa, "pues eran anunciadas con el aliciente de haber sido rodadas en Córdoba". La medalla del torero se estrenó el 18 de abril de 1925 en el teatro Duque de Rivas y tuvo una buena acogida por el público cordobés. "Mayor aceptación consiguió La hija del corregidor, estrenada en la misma pantalla el 5 de febrero de 1926", destaca. "La longevidad de la temporada de verano, la inauguración del Duque de Rivas y el rodaje de dos películas en tan breve plazo de tiempo" marcaron –en el terreno cinematográfico– aquel lejano 1924. Un "año excepcional" para la historia del Séptimo Arte en Córdoba del que se cumple un siglo.
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