Absueltos tres acusados por un accidente mortal en una obra

El Ministerio Fiscal sólo mantiene los cargos contra el arquitecto técnico

Un grupo de trabajadores, en una obra.
Un grupo de trabajadores, en una obra.
Á. R.

06 de marzo 2009 - 01:00

El titular del Juzgado de lo Penal número 2, José Carlos Romero Roa, avanzó ayer la absolución de un arquitecto y dos empresarios procesados por un accidente laboral en una obra de Rute. El magistrado avanzó el fallo al término de la vista oral y después de que la Fiscalía retirara los cargos contra estos tres encartados, para quienes en su informe provisional de acusación solicitaba tres años y ocho meses de prisión por sendos presuntos delitos de homicidio imprudente y contra los derechos de los trabajadores.

El siniestro se produjo el 6 de septiembre del año 2004 en una vivienda en construcción. El fiscal sólo mantuvo la acusación contra el arquitecto técnico -F. J. T. C.-, aunque rebajó la solicitud de condena a los tres meses de prisión. El fallecido, que trabajaba en la primera planta del inmueble, inclinó el cuerpo hacia delante sobre el borde del forjado, que carecía de barandilla, y se precipitó al patio de la vivienda. La caída, desde una altura de más de tres metros, le produjo la muerte casi inmediata por un traumatismo craneoencefálico que le lesionó los centros vitales.

El arquitecto de la obra -P. A. T. C.-, que se sentó en el banquillo como imputado, detalló que la "obra era sencilla" y que "no" advirtió "ninguna infracción ni grave ni leve" de la normativa de riesgos laborales. Aseguró, además, que el obrero fallecido "era el encargado de la obra", a lo que el arquitecto técnico -F. J. T. C., todavía imputado- añadió que el fallecido "daba las órdenes de todo lo que se hacía en la obra y no tenía que pedir permiso". Este experto alegó que en el inmueble "se veían medidas de seguridad" y que "normalmente estaban todos los trabajadores protegidos".

El testimonio del operario que acompañaba a la víctima en el momento del suceso fue clave para determinar la inocencia de tres de los cuatro procesados. "Él era uno de los socios de la cooperativa y actuaba como dueño y como encargado. Daba las instrucciones de seguridad", aseguró. El testigo recordó que el incidente se produjo cuando terminaban unos trabajos sobre un voladizo de la primera planta: "Me estaba explicando cómo teníamos que hacerlo cuando se cayó. Se ve que le tuvo que dar un mareo o un infarto, porque no intentó agarrarse en ningún sitio. En aquel momento hacía mucho calor", dijo.

El testigo aseguró que fue la propia víctima la que retiró la barandilla para poder terminar los trabajos: "Me dijo que no hacía falta poner andamio ni nada. Para mí no había ningún peligro", dijo el obrero, quien afirmó que la empresa facilitaba a sus trabajadores "todas las medidas de seguridad necesarias", incluidos cascos, arneses y botas especiales. Otros tres trabajadores corroboraron el interés de la empresa por el cumplimiento de la normativa de prevención de riesgos laborales. También fueron unánimes al asegurar que el fallecido no era un trabajador al uso, sino que hacía las veces de responsable. "Él era uno de los dueños", aseguró de manera rotunda uno de los testigos. La propietaria de la parcela también definió a la víctima "como un socio, como si la empresa fuese de él".

El inspector de trabajo que acudió a la obra recordó que, como consecuencia del accidente mortal, se propuso una sanción a la constructora por una infracción grave de las normas de prevención de riesgos laborales. En el momento de su muerte, la víctima tenía 35 años, estaba casado y era padre de dos hijos.

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