Alumnos del instituto Medina Azahara de Córdoba viajan a Japón de intercambio
Educación
Un grupo de estudiantes cordobeses devuelve la visita al centro Junior&Senior High School of Kogakuin University del país nipón
La Embajada Keicho que llegó a España en el siglo XVII también pasó por Córdoba
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Un grupo de estudiantes del instituto Medina Azahara, junto a una docente, han viajado esta semana hasta Japón, dentro del programa de intercambio de alumnado con el centro Junior&Senior High School of Kogakuin University del país nipón para rememorar el paso de la Embajada Keicho por Córdoba capital allá por el siglo XVII.
Fue a finales del pasado mes de octubre, cuando el centro educativo cordobés recibió a un grupo de estudiantes japoneses que siguieron la estela de aquella emblemática embajada japonesa, liderada por el samurái Hasekura Tsunenaga, llegó a España en 1614 con el objetivo de establecer lazos comerciales y religiosos entre ambos países.
Pues bien, ahora ha sido el turno de cinco alumnos del instituto Medina Azahara quienes han devuelto el viaje para conocer tierras niponas. Por el momento, según han indicado, han visitado ya el Monte Takao "desde el que se ve el Monte Fuji".
Además de esta visita, según han explicado a El Día, también han conocido el templo del Monte Takao, "el único que se conserva en Tokio". Junto a ello, este grupo también van a aprovechar su estancia en Japón para visitar santuarios y museos de la megalópolis de Tokio.
Aunque el paso de la embajada japonesa que lideraba el samurái Hasekura Tsunenaga por Córdoba fue reducido, en comparación con su estancia en la ciudad de Sevilla y su paso por Coria del Río, sí que dejó algo de poso en la ciudad de Córdoba.
Aquella histórica embajada tenía como misión entablar relaciones comerciales con España, entonces potencia mundial y, aunque no llegó a prosperar, sí permitió que, al parecer, algunos de esos samuráis se quedaran en Coria del Río (Sevilla) y su entorno.
Una vez finalizada la misión comercial, la embajada puso en marcha su viaje de regreso hasta Madrid y, en el camino, se detuvo en la capital cordobesa, donde fue recibida por el entonces corregidor, don Diego de Córdoba, y su caballería.
En la ciudad apenas estuvieron tres días, pero fue tiempo suficiente para dar cuenta de las viandas de la época con una comida de recibimiento en la actual casa del Judío, en la plaza de la Encarnación, mientras que su hospedaje se centralizó en la casa de los Fernández de Córdova, en la Casa del Bailío, que ahora es la Biblioteca Viva de al-Andalus.
Aquella comitiva nipona, integrada por más de medio centenar de personas, aprovechó su estancia en Córdoba para conocer la Mezquita-Catedral, además de las Caballerizas Reales, que estaban en pleno esplendor.
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