“El Archivo Municipal contiene la historia real de Córdoba, sin versiones”
Ana Verdú | Directora del Archivo Municipal de Córdoba
Lleva casi 30 años dirigiendo una entidad que es “muy necesaria” tanto para la vida cotidiana del ciudadano de a pie, “que es nuestro jefe”, como para la administración y el investigador
“Nuestro primer usuario es el ciudadano, al que servimos, nuestro jefe, yo siempre le digo a mis compañeros, los trabajadores del archivo, que nuestro jefe es el ciudadano”, asegura Ana Verdú, quien dirige el Archivo municipal desde 1992, un lugar en el que insiste en que “se hacen muchas cosas, todas muy diversas y nada monótonas”.
–¿Cuándo se creó el archivo?
–Tenemos constancia documental de que existía en 1327. Justamente de ese año tenemos un documento en nuestro archivo depositado que se refiere a la ciudad, se está refiriendo evidentemente al Cabildo, al Ayuntamiento, al prior y a los frailes del convento de San Pablo. En ese documento decían que permitieran sacar los privilegios que estaban allí para enseñárselos al Rey, que venía a la ciudad.
–¿Dónde estaba entonces el archivo?
–En esos momentos estaba depositado en una celda baja del convento de San Pablo, lo que hoy es la iglesia de San Pablo, y hasta el siglo XIX estuvo allí, cambiando de sitio dentro de ese recinto, lo cual fue nefasto para el archivo porque había mucha humedad y a lo largo de todos esos siglos hay documentos que se pudrieron por esa humedad. Después ya se trasladó al Ayuntamiento, a un emplazamiento donde está ahora mismo, y se fue ampliando.
–¿Desde cuándo está en la calle Sánchez de Feria?
–En el primer tercio del XIX pasa a estar en las Casas Consistoriales, en Capitulares, y en 1969 se traslada a Sánchez de Feria.
–¿Qué trabajo se hace en el archivo?
–Lo primero es inventariar y catalogar, para servir. No puedes servir un documento instantáneamente, como lo puede hacer el Archivo Municipal, y de eso me enorgullezco, si no está perfectamente inventariado y catalogado; o sea, localizable. Y además, a un click, con una aplicación informática que tenemos que es muy potente. Ese es el primer paso y es básico.
–¿Y a quiénes sirven?
–Tenemos la suerte de tener usuarios muy diversificados. Nuestro primer usuario es el ciudadano que requiere documentos del Ayuntamiento para la defensa de sus intereses. Ciudadanos que necesitan el proyecto de licencia de obra de su casa o el de licencia de apertura de su establecimiento, que necesitan consultar planos de cocheras o ver por dónde pasan unas tuberías, saber si su enterramiento es en propiedad o no, que necesitan un certificado de antigüedad de su empadronamiento familiar...y suma y sigue.
–O sea, que para el ciudadano de a pie el archivo tiene una utilidad básica.
–Así es. El ciudadano a veces se entera directamente de lo que hace el archivo porque acude aquí y a veces ni se entera de que el archivo está detrás, porque acude a un servicio municipal y el servicio municipal nos pide a nosotros los antecedentes administrativos que necesita. Ese es nuestro otro gran usuario, las diferentes dependencias del Ayuntamiento. Todo lo que se genera en el Ayuntamiento o se recibe en el Ayuntamiento pasa al archivo. De hecho, el archivo histórico es solo una pequeña parte del Archivo Municipal.
–¿En Córdoba es suficientemente conocida la existencia del Archivo Municipal?
–Creo que el Archivo Municipal es muy conocido en la ciudad porque los ciudadanos necesitan mucha documentación de este archivo para su vida diaria. Tenemos el orgullo de que ya los ciudadanos saben que si algo les corre prisa, o nos lo piden, si está en digital se lo mandamos en digital, y si no, vienen aquí y tienen el documento de inmediato. Tenemos la suerte de que saben de nuestra existencia por, por ejemplo, las necesidades de documentos de las mismas dependencias municipales, de la Gerencia de Urbanismo, que es, entre comillas, uno de nuestros más importantes clientes, por todo lo que se tiene que mover de expedientes de licencias. Incluso las que se han producido con anterioridad al funcionamiento de la Gerencia las tenemos en el archivo.
–¿A qué público no llegan como les gustaría llegar?
–Hemos estados muy preocupados por llegar a lo que llamamos el preusuario; o sea, los chicos y chicas de instituto. Gracias a nuestra labor de difusión, que ahora desgraciadamente la tenemos parada porque no tenemos sitio, nosotros estábamos muy preocupados por llegar al preusuario, al que es muy importante darle dos mensajes. El primero es que el archivo es un servicio público que te puede servir para tu vida cotidiana; estamos aquí, hacemos esto, y te podemos servir este tipo de documento. Y el segundo es que el archivo contiene la historia real de Córdoba, sin versiones, porque estos documentos que tenemos en el archivo componen la historia sin versiones de esta ciudad.
–Importante mensaje.
–Sí, ese doble mensaje yo creo que es muy importante dárselo al ciudadano que se está formando. Primero, para que sepa que tiene un instrumento para hacer la defensa de sus intereses como ciudadano, para transmitirle también que la tan cacareada trasparencia de la administración no es posible sin archivo y que el archivo está por facilitarle al acceso a la documentación que necesite y en tercera instancia que los documentos que son la base de la historia están aquí, y que la historia, aunque haya muchas versiones, no se la puede inventar cualquier historiador que se precie, porque aquí está el respaldo documental para decir si es cierto o no lo que sucedió.
–El archivo además será un lugar especial al que acuden los investigadores, ¿verdad?
–Sí, de muchas partes del mundo. Nuestro Facebook, sin ir más lejos, tiene 23.753 seguidores. Además de los ciudadanos de a pie y de los servicios municipales, nosotros tenemos indudablemente un usuario clásico, que en un momento dado en la antigüedad era el único usuario de los archivos, que es el usuario investigador. El investigador, el erudito, sigue siendo nuestro usuario y afortunadamente está muy bien servido. La mayoría de las veces le servimos por internet, porque tenemos un gran archivo histórico y una parte muy importante de ese archivo histórico está digitalizado. Empezamos a digitalizar hace muchísimos años cuando apenas digitalizaba nadie y a microfilmar en una primera instancia.
–¿Cuándo se considera que un documento es histórico?
–Pues se puede considerar desde primera hora; o sea, en función de su trascendencia. No tiene un plazo que diga a partir de tales años un documento es histórico. Yo recuerdo cuando se firmó con el Estado la cesión de todos los terrenos del Plan Renfe, algo tan perseguido por la ciudad a lo largo de los años. Entonces era Manuel Pérez el alcalde y cuando se firmaron esos documentos me lo estaban haciendo llegar como oro en paño en una carpeta; o también la concesión del título a la Fiesta de los Patios de Córdoba como Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco, eso también llegó al archivo de inmediato y eso, como lo anterior, tiene consideración de histórico desde el mismo momento en el que se produjo. Insisto, el hecho de que un documento se considere histórico no está en el tiempo, sino en la trascendencia que para una ciudad pueda tener.
–¿Cuántos documentos hay en las instalaciones del archivo?
–Eso sería imposible de calcular, lo que sí le puedo decir son las unidades de instalación que llevamos en la cantidad de cajas de archivos que tenemos en todos los depósitos con los que contamos. El archivo tiene más de ocho kilómetros de documentos, 8.425 metros lineales, repartidos en cuatro grandes depósitos. Aquí, en Sánchez de Feria, tenemos dos plantas de depósito, en Capitulares tenemos otras dos y además tenemos dos naves en un polígono industrial.
–¿Qué parte del archivo está digitalizado?
–El archivo digitaliza sus diferentes tipos de documentos y de expedientes en función de la demanda. Para el grupo de los investigadores fundamentalmente hemos digitalizado los documentos de altísimo valor histórico, los primeros desde el siglo XIII. También hemos digitalizado los documentos que son los constitutivos de la primera parte de la historia de la ciudad a través de lo que son las series de las actas capitulares, el equivalente a lo que serían los libros de actas de pleno. Para lo que son los usuarios investigadores también y para el público en general hemos digitalizado por ejemplo las series que tienen que ver con la geneaología, los expedientes de limpieza de sangre y la serie documental de padrones. También hemos digitalizado los libros de cementerios y, por la demanda que tiene para toda la ciudadanía continua y permanentemente, estamos digitalizando los expedientes de licencias de obras particulares.
–¿Cuáles son los tesoros que hay en estas instalaciones y que destacaría?
–Por ejemplo, los primeros grandes documentos históricos, los libros de actas. También es un gran tesoro la fototeca del Ayuntamiento, tanto la fototeca de la parte documental como la biblioteca artística, tenemos aquí obras de los más importantes fotógrafos del mundo. Y tenemos cada vez más cerca contar con lo que es la historia reciente de nuestra ciudad recuperando la memoria visual de Córdoba a través del archivo de la Televisión Municipal.
–¿Cómo va ese proyecto?
–Llevamos ya seis años digitalizando cintas analógicas con el handicap de no tener ya reproductores para reproducir esos formatos antiguos, ahora mismo inexistentes. No obstante, con un ímprobo esfuerzo por parte del Archivo Municipal lo estamos haciendo y creo que en un par de años podremos acabar con la digitalización de estas cintas que desde 1984 recogen la historia reciente de Córdoba. Podremos ver cómo estaba la ciudad antes de las transformaciones urbanísticas brutales que se han llevado a cabo o la historia escrita por grandes personajes en todos los ámbitos, el político, el cultural, el ciudadano....
–¿Es el espacio el problema más acuciante que tiene el archivo?
–Evidentemente, pero no solamente el espacio físico. Los documentos físicos los tenemos repartidos en cuatro grandes depósitos, aquí en Sánchez de Feria está el archivo histórico, hay un gran archivo central administrativo en Capitulares y luego tenemos dos grandes archivos intermedios administrativos en dos naves de la ciudad, en un polígono industrial. El gran handicap sigue siendo el espacio donde almacenar los documentos electrónicos, que, de igual manera, el archivo tiene que estar en disposición de servirlos y, por lo tanto, de tener un tratamiento documental sobre ellos. Lo que ahora estamos requiriendo continuamente al Ayuntamiento es espacio en los servidores donde almacenar esa documentación electrónica.
–¿Qué es lo que queda por clasificar?
–Todo lo que entra en el archivo entra clasificado. Eso significa un inventariado y una puesta a disposición de inmediato en la aplicación informática. Nada queda, todo lo que entra al archivo, absolutamente todo, está a disposición de servirse de inmediato. Lo que sí queda aún es mucho por digitalizar.
También te puede interesar
Lo último