"En Andalucía la mayoría de los niños quieren ser funcionarios de mayores"

GEOGRAFÍA HUMANA · JOAQUÍN PIMENTEL

El empresario, premio Alas por su apuesta en el exterior, demanda una mayor conciencia hacia la figura del emprendedor · Desarrolla parte de su producción en China, donde también comercializa

"En Andalucía la mayoría de los niños quieren ser funcionarios de mayores"
"En Andalucía la mayoría de los niños quieren ser funcionarios de mayores"
Félix R. Cardador

07 de diciembre 2008 - 01:00

En los tiempos que corren, cuando es raro el día en el que no aparecen nuevos datos sobre la crisis económica, resulta alentador charlar con el presidente de Bronpi Calefacción SL. Esta firma lucentina acaba de ganar el Premio Alas por su acción empresarial en el exterior y, según su máximo responsable, cerrará el año en curso con un aumento del 15% en su facturación. Fundada hace poco más de una década, esta firma especializada en estufas de leña que cuenta con ya con su propia filial en China se ha convertido en una de las más importantes firmas exportadoras de Córdoba y los próximos años se auguran aún mejores. ¿Crisis? ¿Qué crisis?

-La Junta les acaba de conceder el premio Alas por su acción en el exterior, una distinción que muy pocas firmas andaluzas tienen. Supongo que habrá sido importante para ustedes.

-Para nosotros ha sido una gran satisfacción, por supuesto, pero entendemos que no se trata de un premio destinado exclusivamente a los clientes, sino que también se extiende a toda la plantilla, un equipo muy dinámico y preparado que tiene una media de edad de poco más de 30 y tantos. También entiendo que el galardón es una distinción a nuestra apuesta por la Innovación y el Desarrollo y a nuestro laboratorio de I+D, así como a nuestros departamentos técnico y comercial. Eso es lo que realmente nos hace innovar y evolucionar constantemente.

-Muchas empresas verán reducidos sus ingresos cuando acabe 2008. Ustedes, sin embargo, prevén un aumento del 15%. ¿Qué momento vive usted en este contexto de crisis general?

-Pues, sinceramente, nosotros estamos en un momento bueno, muy bueno. La leña y el resto de biomasas, que son los productos que usan nuestras estufas, son energías totalmente renovables y por eso tienen un gran presente y se les augura un futuro aún mejor. En principio, la previsión es esa, la de crecer un 15% en la facturación cuando acabe el año, y a eso hay que añadirle un aumento de las exportaciones cercano al 60% con respecto a 2007. Eso quiere decir que ha sido un gran año en lo que se refiere a la exportación y a la apertura de los nuevos mercados, algo en lo que tenemos que seguir incidiendo y diversificar más todavía. Nuestra filial en China es muy importante en ese sentido pues nos permite tener unos precios muy competitivos que nos dan la posibilidad de acceder a mercados con los que sería muy difícil estar con el precio de las estufas que fabricamos en Lucena. Estamos ya presentes en numerosos países, pero nuestro mercado principal sigue siendo Europa, tanto la occidental como la del Este.

-Bronpi vende sus productos en medio mundo. ¿Cuáles son las zonas en las que observan una mayor recesión?

-Pues nosotros es que, la verdad, ni siquiera la notamos. No sabría decirle donde están las cosas mejor y dónde mejor. Realmente, nuestras posibilidades de crecimiento en el exterior son tan amplias que ese tipo de cuestiones no nos afectan por ahora. Supongo que si algún día tocamos techo sí que notaremos esas bajadas del consumo.

-Hace relativamente poco tiempo decidieron constituir la filial china. ¿Fue tan complicado como puede parecer desde fuera?

-Que va, que va, fue muy fácil, nada problemático. Todo surgió cuando se produjo un aumento de las materias primas, en especial del hierro fundido, y eso nos llevó a comprar a China. Una vez allí comenzamos a trabajar con la empresa estatal, pero ese sistema no nos acababa de convencer, pues trabajaban con técnicas muy atrasadas y sacaban un producto que no alcanzaba la calidad suficiente como para sacarlo a los mercados occidentales. Fue entonces cuando le propusimos al jefe de producción de la compañía estatal crear una empresa conjunta, y él aceptó. Una vez creada, comenzamos a fabricar componentes para las estufas y finalmente productos completos..

-Y ahora, ¿cuál será el siguiente paso?

-Pues nuestro próximo reto será crear una red comercial en la propia China, pues creemos que allí también comienzan a darse las condiciones para que exista una interesante demanda interna. Hace unos años es cierto que no existía una clase media, pero en los últimos años eso ha cambiado con la rápida subida de los salarios. Además, los chinos son exigentes y demandan productos innovadores y de calidad. En definitiva, lo que queremos es que nuestra filial china no sea sólo un centro de producción cuyos productos se venden en Europa, sino que también nos gustaría que pudiese dar cobertura a esa demanda interna.

-Para usted, ¿qué es la aventura empresarial?

-Yo la compararía con una partida de ajedrez, en la que hay que sopesar mucho cada movimiento para cometer así el mínimo de errores posible. La empresa también se puede comparar con un niño pequeño que no crece nunca y al que hay que estar cuidando con mucho mimo todos los días. En Andalucía yo creo que carecemos, en general, de esa cultura emprendedora. Cuando el presidente de la Junta, Manuel Chaves, nos entregó el premio yo le dije que uno de los grandes problemas de Andalucía es que todos los niños quieren ser funcionarios, y casi nadie quiere por contra emprender desde el sector privado y asumiendo riesgos. Yo no tengo nada en contra de los funcionarios, que también son necesarios, pero una sociedad requiere de personas que emprendan e innoven. Esa mentalidad es necesaria y en Andalucía no se da en la medida que debiera. Eso es lo preocupante.

-Hablábamos antes de la filial china. ¿Son muy distintos los trabajadores de allí de los de aquí?

-Mi experiencia con los trabajadores chinos es muy satisfactoria. Destacaría de ellos que son personas muy trabajadoras y también muy nobles en el trato. Por el contrario, su gran déficit es que carecen de la formación técnica y la formación comercial de la que goza un trabajador europeo. Para paliar eso, nosotros hemos apostado por la formación y hemos creado unos grupos de trabajo tanto aquí como allí. A veces vienen empleados chinos a pasar una temporada en Lucena y en otras ocasiones son los de aquí los que se marchan allí. Y la verdad es que está funcionando, pues todo lo que se les explica a los chinos ellos lo captan de forma muy rápida.

-¿El fenómeno de China se podrá repetir en otro país del tercer mundo?

-Creo que es muy difícil, o tal vez imposible, que se den en otro país las circunstancias que se han dado en China. Tenga en cuenta que allí había de todo: tanto materias primas como productos industriales, al menos los básicos. Es decir, que si necesitas un componente para fabricar una televisión, lo encuentras. Sin embargo, si tú te vas a un país africano eso no es así lamentablemente. Conseguirás, como es lógico, una mano de obra más barata que en España, pero la falta de esos componentes te impedirá producir o, en todo caso, te encarecerá mucho el proceso.

-Hablemos de la crisis general que nos azota. ¿Cuándo saldremos de ella?

-Yo intuyo que Europa, si los bancos comienzan a facilitar la concesión de créditos, van a salir de forma rápida de la crisis, mientras que a España le va costar algo más. Aquí el peso de la construcción era muy fuerte y el parón inmobiliario ha sido muy acusado. Como mínimo, preveo que se tardarán dos ó tres años en que las ruedas vuelvan a girar con normalidad y pueda así restablecerse la demanda. En nuestro sector, por el contrario, los próximos años se espera que sean muy buenos, pues la leña está muy de moda dado que se trata de una energía renovable. Desde que nace el árbol hasta que se corta los beneficios para el medio ambiente son muy grandes, muchos más elevados que la contaminación que pueda generar su combustión.

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