Arranca la restauración de la Maqsura de la Mezquita-Catedral de Córdoba, una joya de la arquitectura universal
Cultura
Los primeros andamios ya protegen la estructura, que no se somete a obras desde hace más de 100 años
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Los primeros andamios ya protegen una de las estructuras más emblemáticas de la Mezquita-Catedral de Córdoba. Las obras de la Maqsura, que hace más de 100 años no se restaura, han arrancado este miércoles 31 de enero con un importante acto que forma parte del 40 aniversario de la declaración del monumento como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
La Maqsura de la Mezquita-Catedral es una "obra extraordinaria" del año 961-965 y ahora se está sometiendo a una de las intervenciones más profundas de los últimos años. Los trabajos han comenzado por impermeabilizar y asegurar las estructuras y se hará en tres fases. Las dos primeras, ya efectuadas, las conforman los estudios previos y la redacción del proyecto. La tercera supone la ejecución de la restauración.
El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández; el deán-presidente del Cabildo Catedral, Joaquín Alberto Nieva; el arquitecto conservador, Gabriel Ruiz, el delegado Turismo, Cultura y Deporte de la Junta, Eduardo Lucena, y el alcalde de la ciudad, José María Bellido, han dado detalles de los trabajos. Sobre el papel, la intervención tiene un plazo de ejecución de tres años, pero existe la posibilidad de que se alarguen en el tiempo, porque en este tipo de intervenciones suelen aparecer hitos históricos que obligan al equipo de restauradores y arqueólogos a replantearse el trabajo. El Cabildo destinará 3.780.000 euros, que también podrían ser más.
En el último siglo solo se ha llevado a cabo su conservación y mantenimiento cotidiano, pero no una obra de tal importancia como la que hoy ha comenzado. Las tres cúpulas que componen la Maqsura tienen una estructura con unos zunchos de atado de madera de cedro que está perfectamente conservada, pero hay que restaurarla y protegerla de posibles ataques de termitas. Tras ello, la intervención seguirá "hacia abajo" consolidando "primero las fábricas de piedra y de cerámica" y después intervendrán las restauradoras de los mosaicos, pinturas y yesos hasta que quede "en un estado de conservación perfecto".
El Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH) hizo unos estudios de humedad y temperatura. Los resultados se compartieron en unas jornadas con arquitectos, arqueólogos e historiadores que dieron su visión y se descubrió que las humedades son antrópicas, es decir, consecuencia de la respiración humana.
Ante la aparición de síntomas de deterioro, el Cabildo ha decidido someter la estructura a estudio, del que surgió la redacción del proyecto y ahora arranca su ejecución. Es una pieza importante del monumento, destacan los especialistas, por lo que exige las mayores garantías científicas. Aún así, el arquitecto responsable ha explicado que "no vamos a aportar materiales ni técnicas nuevas", sino que todo se va a mantener "de acuerdo a la tradición". Los avances científicos de los que disponen los especialistas lo que van a permitir es poder analizar los yesos, las cales, los morteros y las piedras "para utilizarlos exactamente iguales", ha indicado Gabriel Ruiz, que ha agregado que "lo hacemos por un sentido del rigor histórico y para evitar el riesgo de rechazos, como ocurre con el cuerpo humano".
La obra se va a extender a las habitaciones que están detrás de las cúpulas: por un lado, el sabat (era un acceso privado, un puente, que permitía al califa de Córdoba dirigirse al mihrab de la Mezquita desde el alcázar) y, por otro, el tesoro. Precisamente en ellas, los arqueólogos han hallado unos sistemas de ventilación e iluminación que "eran importantísimos porque iluminaban el recinto con luz natural que venía desde la fachada y, además, se ventilaba el conjunto".
Entonces, se va a abrir estas ventilaciones que afectan a las habitaciones traseras para conseguir ventilar por medios naturales, es decir, no va a haber que meter aire acondicionado ni extractores, sino solamente vamos a dejar ventilar como se hacía originalmente, de manera natural.
Además, en las catas realizadas para este estudio se ha descubierto que las cúpulas estaban policromadas, aunque "ahora mismo" los especialistas creen que no se debe recuperar porque sería una obra de gran alcance y arriesgada ya que difícilmente se podría llegar a la conclusión de cómo eran exactamente.
Ruiz ha insistido en la importancia de esta parte del monumento. "Estás cúpulas cordobesas son las más antiguas cúpulas nervadas de la historia de la arquitectura universal", asegura, y agrega que "son el modelo, o uno de los modelos principales de la arquitectura nervada gótica que se desarrolló en Europa"
El proyecto, además, pretende responder a diversas preguntas históricas y técnicas relacionadas con la estructura original, la naturaleza de su cubierta, el diseño de sus ventanas y sistemas de iluminación, y la cronología de construcción.
Las dos intervenciones más importantes sobre esta pieza de la Maqsura han sido la ordenada hace exactamente dos siglos por el obispo Trevilla y realizada por Patricio Furriel en 1815 y la de 1912 de Velázquez Bosco. La primera intervención es de enorme importancia, no sólo porque representó la recuperación de esta valiosísima pieza, sino porque se trata de una de las más antiguas restauraciones realizadas en España en el sentido moderno de la acepción. La segunda, la de Ricardo Velázquez Bosco, se centró en el módulo oriental y en las cubiertas. Es decir, se lleva más de un siglo sin intervenir en este elemento y por ello es necesaria y oportuna una intervención integral, interior y exterior, arquitectónica y decorativa.
Durante el acto, también tomó la palabra el delegado territorial de Cultura de la Junta de Andalucía, Eduardo Lucena, quien mostró su apoyo y colaboración con el Cabildo, en un camino que ahora empieza pero que, en realidad, supone la continuación de un proceso en el que llevan trabajando ambas instituciones durante muchos años.
Por su parte, José María Bellido, felicitó a la institución capitular por el trabajo que desarrolla en la conservación del edificio, "pudiendo estar muy tranquila la ciudad de las manos en las que descansa el principal emblema del patrimonio cordobés", como así quedará constatado durante la celebración del 17 Congreso Mundial de la Organización de las Ciudades del Patrimonio Mundial que tendrá lugar del 24 al 27 de septiembre de 2024 en Córdoba.
Cerró el acto el obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, quien tuvo palabras de agradecimiento y felicitación hacia el Cabildo por "mantener siempre un espíritu de servicio para con la ciudad y ser ejemplo de buena gestión".
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