La Asamblea Antinuclear de Córdoba se concentra para conmemorar los bombarderos nucleares de Hiroshima y Nagasaki

La Asamblea Antinuclear de Córdoba se ha concentrado, como cada año, en la Glorieta de las Ciudades Hiroshima y Nagasaki para conmemorar el aniversario del bombardeo nuclear de estas ciudades. En la concentración, que reunió a un grupo de personas, se exhibió un Senbazuru, una ofrenda tradicional japonesa de 1.000 grullas de origami que se presenta tradicionalmente en Japón en este tipo de conmemoraciones.

Una vez más las personas asistentes a la conmemoración recordaron los accidentes nucleares de Chernóbil y Fukushima y reclamaron el cierre del cementerio nuclear del Cabril. En la concentración se dio lectura a diferentes documentos señalando las víctimas civiles por radiación provocadas por los ensayos nucleares en los EEUU, se mostró el rechazo de la Asamblea Antinuclear a la consideración del gas y la energía nuclear como energías verdes según ha dictaminado recientemente el Parlamento Europeo y se hizo referencia a "la amenaza nuclear" a partir de las recientes declaraciones de Antonio Guterres, secretario general de la ONU en la que afirmaba literalmente que el mundo está “a un solo malentendido o un error de cálculo de la aniquilación nuclear”.

Con todo ello y desde los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, "el desarrollo del arsenal nuclear de las principales potencias mundiales viene sometiendo a la humanidad a una amenaza permanente de destrucción que se ha recrudecido en estos últimos meses por el afán imperialista de los presidentes de Rusia y de Estados Unidos, apoyados por sus respectivos aliados, haciendo planear de nuevo sobre nuestras cabezas la sombra de una guerra nuclear".

"Esta vez el campo de batalla está siendo Ucrania, cuyo pueblo está sufriendo de forma dramática las consecuencias de una guerra cruel y devastadora, que se va prolongando en el tiempo y corre el riesgo de extenderse por Europa", recuerda el colectivo. La respuesta, consideran, "ha venido en forma de revitalización de la OTAN, políticas de rearme e incremento del gasto militar. La escalada de tensión internacional está así garantizada".

Los colectivos y organizaciones que integran la Asamblea Antinuclear de Córdoba vuelve a denunciar que "la carrera armamentística que mantienen las grandes potencias mundiales no solo es una amenaza para la seguridad y supervivencia de la vida en la tierra sino una absoluta inmoralidad, al dedicar ingentes recursos monetarios, materiales, de investigación y de trabajo a crear armas mortíferas en lugar de dedicarlos a garantizar la vida y la salud de la humanidad". Por eso, exigen que el Gobierno español ratifique el tratado internacional sobre la prohibición de las armas nucleares, auspiciado por Naciones Unidas, que ya han suscrito 122 países pero rechazó firmar en 2017 Mariano Rajoy, "obedeciendo a los intereses de la OTAN y Estados Unidos".