La Asamblea Antinuclear de Córdoba planta un nuevo ginkgo por el aniversario del accidente de Fukushima
Medio Ambiente
El Bosque de Fukushima se encuentra ubicado en los Jardines del Rocío, en el Parque de Miraflores
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La Asamblea Antinuclear de Córdoba conmemora este viernes 10 de marzo el aniversario de la catástrofe nuclear de Fukushima con la plantación de un ginkgo -árbol de los cuarenta escudos o nogal del Japón- para continuar formando El Bosque de Fukushima, que cuenta ya con 11 árboles, uno por cada año transcurrido desde el accidente.
El acto tendrá lugar en la zona conocida como Jardines del Rocío (calle José Luis Villegas Zea), frente al Centro de Arte Contemporáneo, en el Parque de Miraflores de Córdoba.
La organización ha recordado el citado accidente ocurrido el 11 de marzo de 2011 en la central nuclear de Fukushima a consecuencia de los daños provocados por el terremoto y violento tsunami posterior que asoló la costa este de Japón.
"Aunque la empresa propietaria de la central la exhibía como una de las más importantes y seguras del mundo, todos los sistemas fallaron y las elevadísimas temperaturas alcanzadas por los reactores hicieron estallar la central expandiendo material radiactivo por la atmósfera, el suelo y las aguas. Las personas que vivían en un radio de 20 kilómetros alrededor de la central nuclear tuvieron que abandonar sus hogares huyendo de la contaminación", ha detallado.
Como consecuencia, "más de 160.000 personas fueron evacuadas, de las que 40.000 aún no han regresado, porque un extenso territorio continúa devastado, desierto y con elevados niveles de radiactividad. El gobierno japonés está invirtiendo ingentes cantidades de dinero en las tareas de desmantelamiento de la central nuclear y descontaminación de su entorno, tareas que se prevé duren aún más de 40 años", ha añadido.
La plataforma también ha advertido de que los efectos de la radiactividad se han manifestado en un significativo incremento de cánceres entre la población y una elevada contaminación ambiental de las aguas y alimentos. Y lo peor es que, doce años después, el núcleo de los reactores mantiene temperaturas tan elevadas que requieren inmensas cantidades de agua para enfriarlos.
"Este accidente nuclear, el mayor de la historia tras el de Chernóbyl en 1986, vino a demostrar una vez más que la energía nuclear no es limpia, ni segura, ni barata, ni sostenible, como quieren hacernos creer las grandes corporaciones eléctricas que tantos beneficios obtienen de ella", ha subrayado.
Por ello, desde la Asamblea Antinuclear de Córdoba ha considerado tan importante mantener el recuerdo de las víctimas de Fukushima, de Chernóbyl y de tantos otros accidentes de centrales nucleares.
Por eso, ha exigido de nuevo al Gobierno español que" no ceda a las presiones que las empresas nucleares han intensificado para prolongar la vida de las cinco centrales que permanecen activas en nuestro país e, incluso, potenciar la generación de energía nuclear con el pretexto de reducir las emisiones de CO2".
Por el contrario, ha continuado, "debe mantenerse con firmeza el plan de cierre de todas las centrales nucleares, pues cuantos más años sigan abiertas, más prolongaremos el riesgo y aumentaremos la producción de residuos nucleares".
Igualmente ha pedido que el Gobierno español cancele los planes de ampliación del cementerio nuclear de El Cabril y fije un plazo para su cierre definitivo, abordando seriamente un plan de almacenamiento seguro de los residuos nucleares de media y alta actividad.
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