El Ballet Nacional de España llega a Córdoba con la obra 'El loco'
Cultura
La compañía pondrá en escena en el Gran Teatro este viernes 3 de marzo un espectáculo renovado que no se representa desde hace 18 años
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El Ballet Nacional de España trae a Córdoba El loco. Se trata de una obra cuya dirección de escena corre a cago del dramaturgo Paco López y que está inspirada inspirada en la peripecia artística y existencial del bailaor Félix Fernández El loco y su desgarro interior tras seguir hasta Londres a Diaghilev, Massine y los Ballets Russes para estrenar El sombrero de tres picos. Un espectáculo de danza sobre la danza del que se podrá disfrutar en el Gran Teatro este viernes 3 de marzo a partir de las 20:00. Una reflexión actual sobre el artista y sus demonios. Un vívido elogio de la locura.
"Córdoba se reencuentra con la danza al más alto nivel, con una obra que vuelve a escena renovada y actualizada 18 años después de su estreno", ha sentenciado la edil de Cultura, Marian Aguilar. "Celebramos el 150 aniversario de Córdoba con esta apuesta con ese sello escénico de Paco López y con la garantía de Javier Latorre en la coreografía", ha añadido. Aguilar ha detallado que la obra "es un tributo a la locura como herramienta clave del proceso creativo, una mirada al desarraigo y un tributo también a las más diversas manifestaciones del arte".
La trama
Paco López ha detallado que fue un personaje real, el bailaor Félix Fernández, al que apodaron El Loco, quien inspiró esta obra, que está basada en su vida. El Loco debió de nacer en algún lugar de la provincia de Sevilla, allá por los últimos años del siglo XIX, en el seno de una familia muy pobre. De cómo transcurrieran su infancia y su adolescencia, no nos ha quedado memoria cierta; pero es fácil imaginar que el niño Félix debió de crecer en la calle, entre juegos y miserias; lejos de los libros, los números y las escribanías.
El director de escena ha destacado que probablemente, Félix conocería el flamenco de una manera natural: en las fiestas familiares, en las gañanías, durante las faenas de la trilla o, quizá, presenciando la actuación de algún cantaor de renombre en el transcurso de una celebración religiosa. "Lo cierto es que, hacia 1915, nos encontramos con el joven Félix Fernández convertido en un afamado bailaor que goza del mejor cartel en los más populares cafés cantantes de la época. En uno de ellos, el Novedades, conocería Félix a las personas que iban a cambiar radicalmente el curso de su vida", ha sentenciado.
Aquella noche, ha relatado López, Félix conoció a Diaghilev, el gran empresario ruso amigo personal del Rey de España; a Massine, coreógrafo, y a Tamara Karsavina, primera bailarina de los Ballets Russes. Diaghilev estaba preparando su nuevo proyecto para los escenarios de todo el mundo: un gran ballet de tema español, en el que participarían el compositor Manuel de Falla y el pintor Pablo Picasso y que llevaría por nombre El sombrero de tres picos.
"No acaba de quedar claro si lo que Diaghilev ofreció a Félix Fernández fue un trabajo como maestro de baile para la compañía, con el fin de que le transmitiese un cierto aire español a sus maneras dancísticas clásicas; o si se llegaron a acordar que Félix bailase el personaje del Molinero, el primer papel masculino de la obra. Lo cierto es que el 22 de julio de 1919, la noche del estreno en Londres de El sombrero de tres picos, fueron Massine y Karsavina la pareja protagonista".
"¿Y Félix? Había desaparecido unos días antes de esa noche, sin dejar rastro. Pero nos lo podemos imaginar vagando perdido por el laberinto de las calles londinenses; lamiéndose las heridas de su desesperación, de su fracaso", ha indicado.
El director de escena ha indicado que la policía lo encontró en la iglesia de Saint-Martin-in-the-Fields. "Algunos vecinos, escandalizados, habían dado el aviso de que un hombre andrajoso, casi desnudo, baila como un poseso en el interior del templo. La escena no deja lugar a dudas. La policía lo detiene y lo conducen al sanatorio de Epson. El internamiento es inmediato. El diagnóstico médico, irrefutable: esquizofrenia catatónica", ha continuado. "En el sanatorio de Epson pasó 22 larguísimos años de dolorosa convivencia con su fracaso como artista, en el transcurso de los cuales los momentos de locura se alternarían con otros de insufrible lucidez", ha añadido. Veintidós años con una única obsesión: la de bailar, bailar y bailar, hasta ser capaz de protagonizar esa farruca, esa danza perfecta por la que él, Félix Fernández, sería recordado por los siglos de los siglos.
La obra
El director del Ballet Nacional de España, Rubén Olmo, ha detallado que la obra comienza a modo de flashback con El loco a punto de morir en el sanatorio, momento en el que empieza a recordar toda su vida. "Es un espectáculo que habla de un personaje, pero, sobre todo, lo que hemos pretendido es que sea una reflexión sobre el ser humano y sobre la creación, y también sobre los peligros que afectan al artista en particular y al ser humano en general cuando entiende que merece algo y por lo que sea se le niega".
El bailarín, profesor y coreógrafo Javier Latorre ya destacó sobre el espactáculo que "hemos puesto en pie una obra ante todo romántica, una historia de amor entre el hombre y la danza". Para añadir que "han pasado 18 años desde que escribí estas palabras que para mí siguen vigentes, pero El loco que hemos puesto en pie esta segunda vez es muy diferente al que fue, y ha evolucionado, espero que para bien, al igual que lo hemos hecho todos los involucrados en esta creación, a la que hemos tratado de añadirle estos 18 años más de experiencia, vivencias y conocimientos técnicos y artísticos". La música es de Manuel de Falla, Mauricio Sotelo y Juan Manuel Cañizares.
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