Los baños árabes de Santa María reabren en Córdoba con una original propuesta cultural y gastronómica

Patrimonio

El monumento desarrolla un proyecto para que los turistas y cordobeses puedan viajar en el tiempo a través de una experiencia sensorial que aúna la visita turística y la cocina

Un recorrido fotográfico por los baños árabes de Santa María en Córdoba

Interior de los Baños Árabes de Santa María. / Miguel Ángel Salas

En plena Judería de Córdoba, en la calle Velázquez Bosco, se encuentran los baños árabes de Santa María, un emplazamiento único datado en el siglo X que acaba de reabrir sus puertas para acoger a aquellos visitantes que quieran disfrutar de una experiencia cultural y gastronómica basada en las tradiciones cordobesas más arraigadas.

Estos baños, que antaño fueron de uso público, pertenecen al grupo Doble de Cepa desde hace tres meses. Su responsable, Laura Roda, explica que la nueva iniciativa pretende aunar gastronomía y cultura a través de una experiencia sensorial que recreará las costumbre de Córdoba de aquella época.

De esta forma, los visitantes que se acerquen a este lugar desde ya podrán disfrutar de una visita guiada en la que se les explicará las partes principales del inmueble y posteriormente, si lo desean, podrán completar su experiencia con una recreación gastronómica de las recetas características de la Córdoba musulmana.

Algunos de estos platos serán mazamorra, salmorejo de naranja o albóndigas de boquerones fritos, esta última una receta que cuenta con más de 200 años de historia. Tal y como cuenta Roda, su propia tatarabuela, natural de Camponubes, una aldea de Priego de Córdoba, tenía por costumbre freír el pescado que llegaba hasta aquellas latitudes debido a que la calidad del mismo no era del todo excelente por la recóndita ubicación en la que se encontraba.

Toda la cita está centrada en Córdoba y su apuesta por el producto cordobés; por ello, desde Bodegas Maillo de Montilla han colaborado con la carta, ofreciendo sus vinos amparados por la Denominación de Origen (DO) Montilla Moriles. La cerveza que se servirá será la cordobesa Mezquita.

Además, toda la materia prima es de comercio justo y huertos locales de Córdoba. "Si tenemos que ir a algún supermercado, optamos por el Grupo Deza. Creemos que es importante en este momento defender lo nuestro", destaca Laura Roda. La decoración la completa la cerámica y menaje procedente de talleres artesanos de La Rambla.

El objetivo de esta empresa es atraer tanto al turista como al cordobés: "Queremos quitar el estigma de que la Judería es para el turismo". La empresaria, de hecho, asegura que su negocio ha podido sobrevivir a la crisis económica provocada por el coronavirus gracias al cliente cordobés.

Laura Roda en la sala templada de los baños árabes. / Miguel Ángel Salas

Laura cuenta más detalles sobre esta propiedad, cuyos gestores han pasado por varias manos, desde el Cabildo hasta el marqués de Torres Cabrera. Excepto en este último periodo, en toda su historia siempre ha estado abierto al público. Y, pese a ello, "este espacio es un gran desconocido para los cordobeses", comenta. En los últimos años, estos baños árabes se convirtieron en un tablao flamenco.

La nueva experiencia, que ha dado comienzo este lunes 2 de agosto, cuenta con un horario de 11:00 a 13:30 y de 17:00 a 20:30 para al actividad museística, y de 13:30 a 16:30 o 20:00 a 00:00 para la parte gastronómica. La iniciativa estará vigente todos los días menos los martes.

También se contarán con eventos puntuales, como la presencia de un venenciador el próximo viernes 6 de agosto y música andalusí para la cena de este primer día.

En el emplazamiento solo se procederá al emplatado, pues la cocina se encuentra en el restaurante Doble de Cepa, muy próximo a los baños de Santa María, por lo que se hará trazabilidad para poder atender a los clientes que se encuentren en los baños.

Una parada en la ruta

La apertura de este monumento ha supuesto una nueva parada en las rutas turísticas que realizan los guías en su recorrido por la ciudad y, desde ya, este espacio engrosa la lista de paradas obligatorias que los turistas y cordobeses deben realizar cuando pasean.

Según el guía oficial de turismo de la Junta Álvaro Vilas, este tipo de iniciativas privadas hacen que existan mayor oportunidades para realizar turismo en la ciudad, y más aún en los meses de estío. "La impresión de los turistas es que Córdoba es muy bonita pero por las tardes no hay nada y los lunes también está todo cerrado".

Los baños árabes de Santa María están declarados Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de monumento desde el año 2003. Este espacio cuenta con un patio central que corresponde a lo que sería la sala templada; el techo de esta zona quedó al descubierto debido a una obra en 1521, cuando también se puso el empedrado cordobés para tapar lo que sería la piscina principal. En este momento, también se dio acceso al interior mediante una puerta desde calle Velázquez Bosco.

Su época de construcción coincide con la de la Mezquita Catedral y Medina Azahara. En la sala principal se conservan dos pilones y un suelo de terrazo rojizo de más de 500 años. En este espacio se ven las columnas y capiteles romanos y, según Laura Roda, uno de estos capiteles está considerado por la Junta de Andalucía como capitel visigodo; no obstante, "los historiadores que se acercan lo sitúan en la época postromana".

Interior de los Baños Árabes de Santa María. / Miguel Ángel Salas

La sala interior correspondería al hammam de agua caliente, en el se puede apreciar un suelo cincelado a mano. A la derecha, se ven unas escalinatas con cuatro escalones que corresponde al acceso original del baño. Como características peculiar, los lucernarios de la sala están ciegos, debido a la construcción de la parte alta del edificio.

En el interior se ve un túnel que conduce hasta un aljibe, una zona con una profundidad de 27 metros, de los 17 siguen colmados de agua. También hay una sillería en la parte izquierda y se cree de la existencia de otra que se encontraría tapiada.

Entres los muros, se puede distinguir una columna que parece indicar que anteriormente existía una construcción romana previa.

Por último, Laura Roda especifica que el mantenimiento de este espacio es "muy costoso, se sostiene a pulmón". Actualmente, no cuenta con ninguna subvención ni ayuda. El monumento sigue generando humedad, además de todo el acondicionamiento previo que han debido hacer para poder convertirlo en el espacio actual.

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