Bebés 'reborn', mucho más que un juguete

creación

En Córdoba, artesanas como Ana Jiménez fabrican estas réplicas que causan furor entre los niños

Su uso se ha extendido incluso al ámbito terapéutico

Ana Jiménez, con uno de los muñecos 'reborn' que ella confecciona. / Reportaje Gráfico: Jordi Vidal
R. C. L.

25 de marzo 2018 - 01:57

¿ha oído hablar alguna vez de los muñecos reborn, esos bebés hiperrealistas que podrían pasar por uno de verdad? Si todavía no lo ha hecho, quizás sea porque sus hijos ya crecieron, aún son demasiado pequeños o no tiene descendencia. Lo cierto es que este juguete tan especial se ha convertido en un producto cotizado y una de las peticiones predilectas de los niños de mediana edad como regalo de primera comunión o para la Navidad, pero también en un objetivo de coleccionismo e incluso en una herramienta terapéutica.

Los bebés reborn son, además de todo eso, un producto de artesanía y cuya producción requiere de una habilidad especial. Tanto es así que las personas que se encargan de su fabricación son considerados artistas dentro del gremio y sus trabajos se cotizan en base al nombre del creador. Es obvio que un producto de este tipo no se encuentra en cualquier sitio, aunque en Córdoba hay varios artesanos que se dedican a su producción. Es el caso de Ana Jiménez, que desde hace años trabaja este producto en la tienda de juguetes Baby Reborn, que dirige junto a su marido, situada en la calle Platero Sánchez de la Cruz número 2. "Yo soy maestra de Infantil y tengo bastante experiencia en la elaboración de manualidad, siempre se me dio bien trabajar con las manos", explica Ana sobre su primer contacto con la fabricación de estas réplicas de bebé.

Claro que los reborn son algo más que una manualidad. Su fabricación comienza con la recepción del material, un vinilo que suele proceder de Alemania si es de primera calidad, pues en el país germano es donde se originaron estos muñecos en tiempos de la II Guerra Mundial y donde se ha mantenido cierta tradición en su elaboración. El vinilo debe pasar por varias fases y pintado y horno hasta ir tomando forma, para posteriormente añadirle los ojos y el pelo, que puede incluso ser natural y que conlleva un proceso muy laborioso de injerto uno a uno. El resultado es espectacular: bebés que incluso al peso y al tacto podrían pasar por uno de verdad.

Un producto que requiere de tanta dedicación y cuyos materiales son tan cuidados, lógicamente, alcanza precios importantes. De hecho, en casos en los que los compradores son coleccionistas o los artesanos son de renombre, se pueden llegar a pagar cifras astronómicas. En Baby Reborn, según cuenta Ana Jiménez, se pueden conseguir desde los 300 euros aproximadamente, algo que según ella misma cuenta "puede parecer caro pero si cuentas realmente la cantidad de horas de trabajo que hay que dedicar a cada uno de ellos, para nada lo es".

Estos muñecos tienen como principales destinatarios a "niños a partir de los seis años y hasta los 13 ó 14", cuenta Ana, pero también "personas adultas y gente que tiene colecciones personales". Los reborn son un regalo muy demandado en la época de las primeras comuniones y también, lógicamente, en Navidad.

Aunque Ana Jiménez los comercializa junto a muchos complementos para ellos en su tienda física, internet ha permitido a estos artesanos abrir una oportunidad de mercado. Así, a través de su web www.rebornbaby.es esta cordobesa especializada en la fabricación de estas réplicas recibe muchos encargos de distintos puntos del país. Los muñecos pueden incluso hacerse a imagen y semejanza de algún ser querido, y los resultados son realmente sorprendentes.

El boom de estos muñecos ha coincidido además con su uso en terapias específicas con personas que sufren deterioros cognitivos como consecuencia de algún tipo de enfermedad. Sus beneficios han quedado acreditados en diversos estudios internacionales y los terapeutas de algunos centros sanitarios, como el San Juan de Dios de Granada, han comprobado el efecto positivo que generan en personas que presentan cuadros de angustia, ansiedad o depresión, como por ejemplo los pacientes con Alzheimer u otras patologías. La riqueza terapéutica de estas réplicas de bebé se explica por la tranquilidad y paz que a los mayores les despierta el acunarlos, lo que reduce drásticamente los niveles de estrés del paciente, que además recibe como refuerzo positivo el encargo de cuidar del bebé.

Su origen está en los búnkeres de la II Guerra Mundial

La creación de bebés reborn tiene sus orígenes en Alemania, durante los años de la Segunda Guerra Mundial. La obligación para la población civil de pasar largos períodos de tiempo en los búnkeres o refugios para evitar los bombardeos llevó a algunas madres a reformar las muñecas de sus hijas para darles un aspecto nuevo con cualquier material que tuvieran a su disposición. Más adelante, en la década de los 90, la fabricación y el coleccionismo de bebés reborn se extendió hasta Estados Unidos y, desde entonces, ha ido surgiendo una industria en torno a este tipo de muñecas que se ha extendido al resto del mundo.

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