El Museo de Bellas Artes de Córdoba saca del anonimato 14 dibujos del barroco madrileño
Cultura
Las piezas pertenecen a diferentes autores madrileños, como Francisco Rizi de Guevera, Ángelo Nardi o Luca Giordano
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El Museo de Bellas Artes de Córdoba ha sacado del anonimato 14 dibujos de su colección de la época barroca de autores madrileños, que expone junto a otros trece y a la publicación de un catálogo en el que presenta el proceso de investigación que ha hecho llegar a atribuir la autoría de estos trabajos.
"La mayoría de los dibujos que llegan al Museo son anónimos, excepto los de artistas muy conocidos, como Antonio del Castillo (Córdoba, 1616-1668) o Juan Miguel Verdiguier Triq (La Ciotat, Toulon, ¿1706?-Córdoba, 1796)", ha señalado en una entrevista José María Palencia, asesor técnico de la pinacoteca cordobesa, de la que fue director entre 2013 y 2021, y responsable de la catalogación de los catorce dibujos.
Los trabajos se muestran en una "exposición dedicada a los dibujos madrileños de la época barroca con la que el Museo pretende mostrar parte de sus fondos que normalmente no expone al público y dar difusión en cuanto a la labor de investigación de sus fondos", explica su director, José María Domenech.
Palencia precisa que la labor de investigación que realizan durante los últimos años ha permitido atribuir los catorce dibujos a diferentes autores madrileños, como Francisco Rizi de Guevera (Madrid, 1614-San Lorenzo del Escorial, 1685), Ángelo Nardi (Vaglia di Mugello, Casa Razzo, 1584-Madrid, 1665) o Luca Giordano (Nápoles, 1632-1705), que es un artista napolitano que llegó a España a finales del siglo XVII y estuvo trabajando para el rey en los palacios reales, en El Escorial y el Palacio Real de Madrid.
Dibujos de la Casa de Fernán Núñez
Asimismo, se han adscrito trabajos "a círculos de determinados artistas, cuya autoría no se conoce con seguridad, del que se destaca en el conjunto los ocho dibujos preparatorios para las batallas o hechos notables para la Casa de Fernán Núñez, que fueron encargados por el séptimo duque de Fernán Núñez en Madrid a dos pintores madrileños, José Jiménez Donoso (Consuegra, Toledo, 1632-Madrid, 1690) y Matías de Torres (Aguilar de Campoo, Palencia, 1635-Madrid, 1711)".
Estos dibujos, afirma José María Palencia, "sirvieron para que la Casa de Fernán Núñez mostrara sus linajes y su ascendencia antigua, su nobleza, a partir de los que se hicieron dos series de pinturas, una de las cuales se conserva en el actual Palacio de Fernán Núñez aunque mermada".
El especialista explica que el proceso de atribución de la autoría de una obra "es una labor de tiempo, en el que primero se estudia la filigrana de dibujo y la marca de agua de papel para ver si puede ser una marca de época, y después se hacen diferentes estudios comparativos con otros dibujos existentes en otros museos".
"Los dibujos españoles están repartidos entra la Biblioteca Nacional, el Museo del Prado y el Museo de Valencia y también en diferentes museos extranjeros como pueden ser la National Galery de Londres o el Metropolitan Museum de Nueva York", explica.
Perfilar detalles hasta la conclusión
A partir de ahí, subraya, “con todo el acerbo que se conoce de un artista, se van perfilando detalles y maneras de dibujar hasta que se llega a la conclusión de que puede ser de un determinado artista, una conclusión que a veces puede ser que sea errónea pero que, indudablemente, estamos más cerca si nos aproximamos a un determinado artista que si mantenemos un dibujo en el anonimato".
En todo caso, en su opinión, una atribución "aporta un mayor conocimiento a determinados artistas y a trabajos preparatorios a determinadas pinturas".
En esta línea, señala que "hay un dibujo de un angelito que aparece en diferentes cuadros de un mismo autor, Bartolomé Pérez de la Dehesa (Madrid, hacia 1634-1698), y era anónimo, pero hemos podido localizar el mismo angelito en dos cuadros, con lo cual la autoría es correcta y además entendemos un poco mejor el proceso creativo de una obra".
También, amplía, "hay otro dibujo de Alonso del Arco (Madrid, hacia 1635-1704), que estaba como anónimo y fechado en 1789 y precisamente coincide con una intervención que hace en una ermita de Segovia, en cuyos techos aparece el mismo motivo de angelito, con lo que sabemos que fue un modelo que el artista plasmó en diferentes composiciones, pinturas y también pinturas murales".
Tiempo de investigación y hallazgos fortuitos
Valorar el tiempo que lleva una atribución es "muy difícil", comenta José María Palencia, "porque es una labor de investigación de muchísimo tiempo que, a veces, es incluso fortuita porque repasando libro, catálogos que llegan de otros museos, se da uno cuenta que existen otros dibujos aquí que permanecían anónimos".
Al Museo de Bellas Artes de Córdoba la mayoría de los dibujos llegan en dos momentos, recuerda su asesor técnico, en 1877 por la compra de la colección de José Saló y Junquet, a la muerte de este pintor catalán afincado en Córdoba, que fue director del Museo y coleccionista de dibujos, y en 1917, que se suponen que se trató de una adquisición al conde de Torres Cabrera, Ricardo Martell Fernández de Córdoba, aunque no hay constancia documental.
La labor de catalogación de los dibujos la comenzó Fuensanta García de la Torre, directora del Museo entre 1981 y 2012 y la continuó Palencia, que espera que el 80 o el 90% de sus fondos tengan un “mejor conocimiento en años próximos”.
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