Botella asegura que la escuela Félix Ortega es una "ikastola comunista"

La Escuela Municipal Infantil Félix Ortega "es una ikastola, una escuela integrada en la doctrina del Partido Comunista". Así de tajante se mostró ayer la edil de Educación, Infancia y Familia, María Jesús Botella, quien incidió en varias ocasiones en las tendencias políticas del centro de la calle Don Rodrigo. Botella hizo estas declaraciones en respuesta a los familias que acudieron al Pleno el pasado viernes para protestar por el posible cierre de la citada escuela y en el que fue amenazada. A su juicio, lo que pasó en el salón de plenos "fue una auténtica vergüenza" y recordó que hasta Capitulares han sido muchos los padres de otros centros los que han acudido en diferentes ocasiones para protestar, pero "nunca ante se vio lo que protagonizaron ellos: una falta de respeto". Para Botella, estos padres son "activistas políticos". La edil popular incidió en que esas familias que se desplazaron hasta el Ayuntamiento "no representan los intereses de sus hijos" y muestran "el rostro más intolerante y radical". "Lo que no vamos a hacer es mantener ningún privilegio porque sería proteger situaciones injustas", consideró.

El gobierno municipal aprobó en el Pleno del viernes pasado el plan de ajuste municipal, una iniciativa que salió adelante con el rechazo unánime de la oposición. En la sesión, a Botella se le acusó de mentir a la asociación de padres "a la cara" al garantizar la continuidad de la guardería. Sin embargo, la edil ayer no pudo concretar si la escuela continuará prestando servicio el próximo curso, a pesar de que el plazo de matrícula continúa abierto hasta el 18 de abril, dada su situación. Así, reconoció que su viabilidad "es complicada" y dijo que cada vez tiene "menos demanda".

Una de las opciones que maneja el Ayuntamiento para intentar mantener en funcionamiento la escuela es dividirla por etapas. Una de ellas sería para los alumnos de hasta tres años. Botella avanzó que se intentará "lograr el reconocimiento como escuela infantil, conveniar el centro con la Junta -un proceso que aún no ha empezado- y externalizar el servicio".

El problema de este centro, que se creó en 1968, es que no sigue el modelo de la Junta y que sus alumnos, cuando acaban su formación en Infantil, no tienen la plaza garantizada en ningún colegio porque no está adscrito a ninguno. La opción que maneja el Ayuntamiento para los niños de tres a seis años -etapa obligatoria- es matricular a los pequeños en los centros de la zona, tales como Lucano o Caballeros de Santiago. "Se estudiará que sea posible la transición a un nuevo modelo en el que ningún alumno se quede sin plaza", aseveró.