La Brigada Guzmán el Bueno X muestra todo su potencial en Córdoba: estas son las armas desplegadas en Letonia
Ejército de Tierra
El carro de combate Leopardo y el vehículo Pizarro son dos de las piezas de la muestra, que están presentes en la misión de la OTAN en los países bálticos
Fotogalería: Una visita en imágenes a la exposición de la Victoria
La Brigada Guzmán el Bueno X ha salido a las calles de Córdoba para ofrecer una muestra expositiva del material, los vehículos y algunos carros de combate con los que trabajan. Tanques y militares han conquistado este jueves la avenida de República Argentina, paralela al Paseo de la Victoria, y allí estarán hasta el domingo completando el conjunto de actividades que la Brigada celebra en conmemoración del centenario de las Unidades Acorazadas del Ejército de Tierra, que se iniciaron con el acto de homenaje a la bandera este mismo miércoles.
Como plato fuerte, este sábado por la mañana hay una jura de bandera civil que tiene lugar en el mismo escenario que la exposición. El programa lo completa una actuación de la banda de guerra el domingo a las 12:00.
Desde primera hora de la mañana, a pesar de que la lluvia y las condiciones meteorológicas no acompañaban, un goteo incesante de cordobeses ha visitado la exposición militar que se abrió a las 10:00 y se prolonga ininterrumpidamente hasta las 20:00. A un lado se encuentran las tiendas de campaña, montadas por cada una de las unidades de la Brigada X, que sirven como muestra de las capacidades de las distintas áreas, como la logística o la desactivación de explosivos.
También hay sitio para un altar en el que venerar a Santa Bárbara en el quinto centenario de su patrocinio a las unidades de artillería y que acompaña en cada salida de la unidad en misiones o maniobras.
Al otro lado, una hilera de vehículos y carros de combate con distintas capacidades -desde la antena satélite que va aportando datos y facilita la comunicación, pasando por los tanques pesados, hasta la defensa antiaérea- se suceden representando, "de manera conjugada", lo que vendría a ser "un despliegue táctico completo en el campo de batalla", es decir, "todo lo que se ve aquí, funciona de forma conjunta", explican a el Día el comandante José Fernández Fenech (jefe de la exposición) y el capitán Abraham Santa Palacios (jefe de proyecto) en una visita guiada.
Leopardo y Pizarro, de misión en Letonia
En el extremo más próximo al Mercado Victoria asoman "dos conceptos diferentes" de carros de combate que, además, acompañan a los 350 efectivos de la Brigada Guzmán el Bueno X que se encuentran desplegados en la misión de la OTAN en Letonia.
El carro de combate Leopardo, de fabricación española con patente alemana, es un vehículo de guerra pesado de 62 toneladas que se mueve gracias a un motor de 1.500 caballos de potencia, pudiendo alcanzar una velocidad de 72 kilómetros por hora, campo a través. "Un árbol a su paso es mantequilla", apunta el capitán Santas. Con una tripulación de cuatro personas -un piloto, un tirador, un cargador de munición y un jefe que comanda las operaciones-, va cargado hasta los topes con la posibilidad de almacenar hasta 42 disparos. Se pueden emplear dos municiones: la flecha, diseñada para penetrar fortificaciones u otros carros de combate de alta protección; y la munición rompedora, que se utiliza para batir objetivos que se encuentran al descubierto o con un grado de protección mínima.
El vehículo de combate de infantería Pizarro, de producción completamente española y ensamblado en la fábrica de Santa Bárbara (Alcalá de Guadaira), posee un cañón de 30 milímetros acompañado por una ametralladora coaxial. A diferencia del anterior, este vehículo es mucho más ligero con un peso de 30 toneladas, lo que le permite gozar de una gran autonomía y movilidad sobre el terreno. Al frente del coche, una tripulación de tres soldados -dos tiradores y un conductor- dan cobertura a otros seis militares que se portan en la parte trasera. Su principal función, explica el comandante Fenech, "es llevar a las tropas al terreno de asalto con un grado de protección".
Operación Balmis
En un stand aparte, se rinde homenaje a la reconocida Operación Balmis que obligó al Ejército, y por ende a la BRI X, a prestar sus servicios en las calles de Córdoba y todos los rincones (pueblos y pequeñas aldeas) durante el inicio de la pandemia para cumplimentar las labores de desinfección en las calles, residencias de mayores, prisiones, comisarías, estaciones, etc. "Los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado se vieron desbordados", recuerda el capitán Santa, defendiendo la disponibilidad "total y permanente con la sociedad para lo que se nos encomiende", poniendo también de ejemplo las actuaciones en Filomena.
La unidad de artillería fue una de las encargadas de ayudar en esas labores a la unidad de NBQ (Nuclear, Biológica y Química). Dentro de la carpa, se exponen los trajes y mascarillas especiales con los que se llevaron a cabo. En ese apartado, Santa destaca que la "alta preparación de los militares, día a día", propició que no hubiera apenas infecciones entre los militares y no se tuvieran que interrumpir las capacidades de una unidad, porque los procedimientos de desinfección personal se llevaron "a raja tabla".
Para el comandante Fenech, la operación Balmis, que duró más de tres meses, servirá como "una fuente de experiencia para todo". Además, resalta que fue la primera misión en territorio nacional y se saldó "con unos resultados magníficos".
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