Bronpi cerrará el ejercicio con un aumento del 15% en su facturación

La compañía lucentina, especializada en estufas para leña y biomasa, tiene una filial en Oriente y acaba de recibir el premio Alas por su acción en el exterior

Proceso robotizado de montaje de los productos de la compañía Bronpi, en sus instalaciones de Lucena.
Félix Ruiz Cardador

01 de diciembre 2008 - 01:00

A mediados de los años 90 era sólo una empresa dedicada al bronce que, ante la crisis de los productos de decoración, decidía reconvertirse en una fabrica de estufas de leña. Ahora, una década después, es una de las principales compañías cordobesas, con más de 200 trabajadores, y una de las escasas firmas andaluzas que tiene filial en China. Se trata de la firma lucentina Bronpi Calefacción SL, a la que la Junta acaba de conceder el premio Alas a la implantación en el exterior y que tiene previsto acabar el año, pese a la crisis internacional, con un aumento de la facturación del 15% y una subida de las exportaciones cercana al 60% respecto al año anterior.

Detrás de esta rápida evolución se encuentra Joaquín Pimentel, la persona que, junto a su esposa, creó hace 25 años la firma Bronces Pimentel, antecesora de Bronpi. En su opinión, la clave de este vertiginoso desarrollo ha estado en la apuesta que han mantenido durante todo este tiempo por la tecnificación de su proceso de fabricación, que les permite realizar en su factoría de Lucena 50 modelos de estufas tanto para leña como para otros tipos ya elaborados de biomasa de madera. La fabrica se encuentra, al igual que la filial china, completamente robotizada, lo que les permite sacar al mercado "productos de calidad" que han superado las principales certificaciones que mantiene la UE en este sector, según explica el propio Pimentel. Detrás de este proceso se encuentra la decisión del empresario de dotarse de su propio departamento de innovación y desarrollo con el apoyo de la Junta de Andalucía.

La principal aventura de los últimos años ha sido sin embargo su decisión de salir al extranjero y captar nuevos mercados, un proceso al que Pimentel dice no verle aún límites. "Tenemos mucho margen para crecer", explica. La fase exportadora comenzó en el año 2000 y, tras menos de una década, les ha permitido estar presentes en mercados cercanos como Portugal, Francia, Italia o Inglaterra y otros más lejanos, como Estados Unidos o la Europa del Este. En total, en 2007 vendieron al exterior 2,2 millones de euros, lo que supone un 24% del conjunto de la facturación. Además, esta tendencia irá en los próximos años al alza, según intuye el empresario, lo que supondrá que el volumen de negocio en España y en otros países se equilibre.

El premio Alas concedido por la Junta no ha llegado sin embargo sólo por ese afán exportador, sino por la decisión más emblemática tomada por los rectores de Bronpi en los últimos años: la de abrir una filial en China, en una ciudad muy próxima a Pekín. El primer contacto de estos empresarios lucentinos con el gigante asiático surgió a raíz del encarecimiento de las materias primas, en especial del hierro fundido, algo que les llevó a buscar nuevos proveedores en aquel país. "Nos pusimos a trabajar con la empresa estatal, pero luego vimos que sería mejor abrir nuestra propia fábrica y se lo propusimos al jefe de producción, que ahora es nuestro socio", explica Pimentel.

La filial abrió al fin en 2003 y le permite a Bronpi sacar al mercado productos más baratos que los que se hacen Lucena, algo que les vale para entrar en ciertos mercados inaccesibles con precios más altos. "Lo curioso es que muchos pensaron que la apertura en China significaría una reducción de personal en Lucena, pero ha sido al contrario: estar allí nos ha permitido crecer aquí", sostiene Joaquín Pimentel.

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