Técnicos del Cabildo decidirán el futuro de la celosía tras su retirada
Semana Santa
La institución catedralicia inició ayer los trabajos de sustitución de la infraestructura que diseñó Rafael de La-Hoz, que en una primera fase se desarrollarán durante unos diez días.
Ya han comenzado los trabajos para hacer realidad la llamada segunda de puerta de la Mezquita-Catedral, un viejo proyecto del Cabildo para que las hermandades de la Semana Santa local puedan hacer estación de penitencia por el interior del que es el primer templo de la diócesis. El pasado sábado, la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) remitió oficialmente al Cabildo la comunicación de que ya tiene licencia para iniciar los trabajos y ayer ya había operarios en el Patio de los Naranjos preparando la retirada de la celosía -la número 17- que cubre uno de los arcos del muro Norte del monumento y sustituirla por otra idéntica, pero abatible. No obstante, según confirmaron fuentes de órgano catredralicio a este periódico, los trabajos propiamente dichos de desmontaje empezarán a primerísima hora del día de hoy y se prolongarán por espacio de "unos diez días más o menos".
Urbanismo remitió la comunicación de la licencia con un matiz en forma de recomendación al Cabildo demandada por el propio presidente del organismo autónomo, Pedro García. El también primer teniente de alcalde se basaba en le recomendaba al órgano catredralicio la conservación de la celosía -colocada durante la pasada de los 70 y diseñada por el arquitecto Rafael de La-Hoz Arderius-, así como "la adopción de medidas necesarias para facilitar su conocimiento, análisis y, en su caso, investigación posterior". Urbanismo se ampara además para realizar esta recomendación al Cabildo "en el reconocimiento de los valores del monumento de la Mezquita -Catedral y sus elementos, como Bien de Interés Cultural y como conjunto integrado en el Catálogo de Bienes Protegidos del Plan Especial de Protección de Conjunto Histórico de Córdoba, en la categoría de Monumentos Catalogados de la Villa con la denominación de MV-1".
Lo que hará el Cabildo con la celosía es algo que ni el propio Cabildo sabe de momento, según insistieron las propias fuentes del órgano catedralicio. "Todo dependerá de lo que estimen los técnicos; son los técnicos los que lo deben de valorar", relataron las fuentes. Lo que está claro es que el futuro de la obra de De La-Hoz no pasa por su destrucción. Estos técnicos son los arquitectos y arqueólogos que estarán presente en ese desmontaje que comienza hoy y "que se va a realizar de manera muy minuciosa; los técnicos van a realizar ese seguimiento muy minucioso y serán ellos los que decidirán el proceso que se sigue en la siguiente fase. Hasta que no acaba el desmontaje no vamos a tener nada definido y claro para continuar", precisaron las fuentes de la institución catedralicia.
La historia de la apertura de la segunda puerta de la Mezquita-Catedral ha tenido multitud de idas y venidas a lo largo de los últimos años. La Comisión Provincial de Patrimonio, perteneciente a la Consejería de Cultura, ya dio su visto bueno al proyecto del Cabildo en marzo de 2015, pero el departamento que dirige Rosa Aguilar decidió en noviembre de ese mismo año consultar sobre la conveniencia o no de la apertura a la Unesco después de que un informe emitido por el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios Histórico-Artísticos (Icomos), órgano asesor de la propia Unesco, no la aprobara y la desaconsejara. A esto hay que sumar el recurso de alzada que el arquitecto Rafael De La-Hoz Castanys -hijo del arquitecto que diseñó la celosía- presentó ante la Consejería de Cultura al considerar que se trataba de un ataque al monumento. El también arquitecto defendió entonces que el monumento "no puede permitirse tener una falsificación".
La Mezquita-Catedral fue declarada en 1984 Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco e Icomos defendía que la actuación acabaría por dañar esa declaración. Aguilar siempre defendió que, ante la duda, mejor preguntar a la propia Unesco, que emitió un dictamen que respondía a la consulta de la Junta dando el sí a la segunda puerta. Tras esto, la Comisión Provincial de Patrimonio estudió el expediente completo del proyecto, incluido el nuevo documento de la Unesco, para finalmente pronunciarse de forma favorable respecto al proyecto del Cabildo, como a finales del pasado año ratificó la Junta con la firma de una resolución. Antes incluso de que la Unesco se pronunciara al respecto, las cofradías de la Semana Santa cordobesa decidieron -tan sólo días después de que Cultura decidiera remitir el informe a ese organismo- apoyar al Cabildo decidiendo por unanimidad en noviembre de 2015 que todas pasarían por la Mezquita-Catedral en la Semana Santa de 2016. Hasta la pasada Semana Santa, 23 de las 37 cofradías realizaban estación de penitencia por el que es el primer templo de la diócesis. El año pasado, pasaron todas. Y es que la segunda puerta de la Mezquita-Catedral es una aspiración de casi una década de las hermandades penitenciales.
Al-Zahara cuestiona la seguridad de la Semana Santa
La Federación Vecinal Al-Zahara denunció ayer que el gobierno municipal "no está primando la seguridad y la accesibilidad en la Semana Santa 2017", con el traslado de la carrera oficial al entorno de la Mezquita-Catedral, "habiéndose plegado a una política de hechos consumados". Al-Zahara insistió en que no cuestiona "la legítima solicitud de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de trasladar la carrera oficial al entorno de la Mezquita-Catedral", pero "el Ayuntamiento tenía que haber antepuesto la seguridad de los asistentes, la accesibilidad de los residentes y a los comercios de la zona, y la repercusión para los habitantes de la zona del Campo de la Verdad, que ya se ven afectados por la Feria", antes que solo mirar "la mera rentabilidad económica y turística". Para ello, según recordó Al-Zahara, el Consistorio "se había comprometido a informar suficientemente a esta federación vecinal y a contar con sus propuestas al respecto, pero a menos de 35 días del comienzo de los recorridos procesionales, es materialmente imposible realizar un proceso participativo adecuado". Según Al-Zahara, "el vecindario afectado tendrá que sufrir fuertes restricciones en su vida cotidiana durante diez días, sin poder ni siquiera opinar sobre las mismas, ni siquiera a través del Consejo de Distrito Centro".
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