La decoración de la Capilla Real de la Mezquita-Catedral de Córdoba se someterá a una restauración
Patrimonio
El Ministerio de Cultura licita el contrato para estos trabajos que tienen un plazo de ejecución de 17 meses
Así luce ya la puerta de la Concepción Antigua de la Mezquita-Catedral de Córdoba tras su restauración
El Ministerio de Cultura y Deporte ha licitado el contrato para la conservación y restauración de la decoración de la Capilla Real de la Mezquita-Catedral de Córdoba por un importe que asciende a 641.444,82 euros, impuestos incluidos. Una vez adjudicados, los trabajos tendrán un plazo de ejecución de 17 meses.
La intervención, de carácter integral, tiene como objetivo garantizar la conservación de las yeserías y revestimientos de esta capilla y frenar el avance de la degradación del conjunto, lograr su estabilidad química y estructural, y facilitar su lectura.
En todo momento se respetarán los principios de mínima intervención, retratabilidad y estabilidad de los productos, que garanticen su compatibilidad con el bien sin alterar sus características físicas y estéticas.
La restauración de la Capilla Real se desarrollará según el proyecto redactado por el Departamento de Pintura Mural del Servicio del Servicio de Conservación y Restauración de Obras de Arte, Patrimonio Arqueológico y Etnográfico (Croapae) del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), organismo dependiente del Ministerio de Cultura y Deporte.
La Capilla Real se encuentra enclavada en el inicio de la segunda ampliación de la Mezquita llevada a cabo por el segundo califa omeya, al-Hakam II, y está flanqueada al oeste por la capilla de Villaviciosa (lucernario califal) y al este por la de la Conversión de san Pablo.
Su flanco norte mira hacia el coro de la Catedral renacentista y el sur hacia la cúpula lateral occidental de la macsura del oratorio califal. Para la mayoría de investigadores la Capilla Real fue fundada por el rey Enrique II de Castilla, en el tercer cuarto del siglo XIV, con objeto de dar sepultura a su abuelo Fernando IV y a su padre Alfonso XI, y según consta en la inscripción fundacional del muro oeste, esta obra fue mandada edificar por el rey Trastámara, acabándose en 1371.
La ornamentación de yesería se encuadra estilísticamente como mudéjar, con influencias tanto de la decoración nazarí de la Alhambra como del mudéjar toledano, sevillano y cordobés.
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