Carlos Aladro: "El IMAE da un servicio excelente y será maravilloso si podemos explorar más cosas que hacer"

Entrevista al gerente del Instituto Municipal de Artes Escénicas de Córdoba

El actor, director y gestor cultural llega a Córdoba para ponerse al frente de los teatros municipales aportando su amplia experiencia en el sector de las artes escénicas

Carlos Aladro, en las gradas del Teatro de la Axerquía de Córdoba. / Juan Ayala

Con una intensa carrera sobre las tablas y en la gestión cultural, Carlos Aladro acaba de aterrizar en la gerencia del Instituto Municipal de Artes Escénicas de Córdoba (IMAE). Licenciado en Interpretación y en Dirección de Escena por la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid, reconoce que aún está "empapándose" de todas las vertientes que engloba este organismo, pero tiene claro que ha venido "a pasarlo muy bien" y a poner su experiencia al servicio de la ciudad.

Ha trabajado como actor y director de escena para La Abadía, la Compañía Nacional de Teatro Clásico y para compañías independientes como Grumelot, Kamikaze, Matarile y Fundación Siglo de Oro, además de su propia compañía, Teatro en Tránsito. Su último trabajo sobre las tablas ha sido El pato salvaje, una de las obras maestras de Henrik Ibsen, que estrenó el año pasado en el Teatro de La Abadía, de cuya fundación ha sido director general.

-¿Cómo ha sido su llegada a Córdoba?

-Ha sido una sorpresa maravillosa. Me informaron de que el puesto había salido a concurso y me pilló en un momento en el que había terminado con mi puesto anterior. Entre las varias posibilidades que estaba contemplando me pareció que esta era una oportunidad fantástica. Me llamaron a finales de agosto y hace apenas diez días que he llegado.

-¿Se ha empapado ya de todo lo que es el IMAE?

-Estoy en fase de empapamiento porque el IMAE es muy grande, tiene una trayectoria muy larga y yo vengo de cero prácticamente. Estoy conociendo a los compañeros del equipo, los mecanismos de funcionamiento, los propios espacios escénicos, la programación...

-¿Conocía los teatros municipales de Córdoba? ¿Había venido alguna vez?

-Hace unos cuantos años vine a actuar al Gran Teatro con la Compañía Nacional de Teatro Clásico con la obra La Estrella de Sevilla. Creo que luego volví con La Abadía como ayudante de dirección. También he venido como turista a Córdoba, pero no tenía mayor conocimiento. Luego, cuando tienes que abordar un puesto de gerencia, hay una fase de profundización en todos los departamentos y en las personas, que en este caso llevan muchos años aquí.

"Vengo a aportar mi bagaje, mi experiencia, mi pasión por las artes escénicas y por el servicio público"

-¿Qué expectativas tiene?

-Pasarlo muy bien y, sobre todo, dar lo que yo he puesto a disposición en mi postulación al cargo. Yo vengo aquí a aportar mi bagaje, mi experiencia, mi pasión por las artes escénicas y por el servicio público de artes escénicas, que es lo que representa el IMAE desde sus propios estatutos, y ponerlo al servicio de la ciudad de Córdoba, del sector de las artes escénicas y de la función pública. Esa es mi expectativa, mi propósito y mi tarea.

-Desde lo que conoce del IMAE, ¿quiere hacer algún cambio?

-Llevo poco tiempo y sería una irresponsabilidad por mi parte tomar cualquier tipo de decisión y tampoco mi propuesta de funcionamiento es así de personalista. El enfoque que traigo y que he aplicado en todas mis tareas de gestión es facilitador: yo vengo aquí a ser un intermediario, una persona que atiende, que escucha y que trata de poner en comunicación los diferentes elementos de la ecuación de las artes escénicas de una ciudad. Ahí intervienen muchos factores. Mi papel es ser el nodo que pone en comunicación esa red y, a partir de ahí, tomar las mejores decisiones. No lo vivo como una cuestión personalista, sino como un trabajo que se hace en comunidad y además bajo las premisas de un Ayuntamiento, un equipo de Gobierno, un alcalde y una concejala que son los que por voluntad popular tienen ese mandato delegado. Yo, como gerente de una institución municipal, también estoy al servicio de ese mandato. Con respecto a las artes escénicas, estoy al servicio de los ciudadanos y de las demandas del sector. Con toda esa información y comunicación, espero tomar las mejores decisiones para la ciudad en su conjunto.

Carlos Aladro, en la zona de oficinas del Teatro de la Axerquía. / Juan Ayala

-Dentro de los espacios escénicos españoles, ¿qué nivel tiene el Gran Teatro de Córdoba?

-Desde la percepción de algunos organismos que se dedican a medir estas cosas, he podido consultar que Córdoba es la cuarta o quinta ciudad de Andalucía mejor considerada de interés cultural genéricamente. Hay un desfase entre la importancia y la relevancia de disponer de una institución como el IMAE, que es una cosa extraordinaria porque no hay tantas ciudades que tengan un organismo administrativo y de funcionamiento como éste, que desde el Ayuntamiento gestiona todas las artes escénicas de la ciudad. A lo mejor eso no se visibiliza fuera, pero lo verdaderamente importante es que da el servicio hacia dentro, que sirve a sus ciudadanos. Una cosa esencial y estructural del teatro es que es efímero y local: el teatro lo haces en presente y aquí, el teatro retransmitido es televisión, es otra cosa. El teatro es artesanal, ancestral, una cosa antigua y primitiva en el mejor sentido del término. Desde mi punto de vista, creo que hay mucha confusión con los rankings; lo importante es la cantidad y calidad del servicio que das. Y el IMAE, desde lo que he conocido estos días, da un servicio excelente por la capacidad que tiene y por los datos de ocupación. Para mí es un privilegio venir a contribuir a que eso siga siendo así y será maravilloso si podemos explorar más cosas que hacer.

-¿Qué podemos esperar de la programación de esta temporada?

-Espero que en breve podamos presentar el último trimestre del 150 aniversario (del Gran Teatro) y explicar con más detalle lo que va a ocurrir hasta enero y próximamente podamos informar de la programación de enero a junio.

"El teatro es artesanal, ancestral, una cosa antigua y primitiva en el mejor sentido del término"

-¿Cómo ha sido el primer encuentro con los trabajadores del IMAE?

-La acogida del personal está siendo excelente. Me siento muy contento y muy bien recibido. Es un equipo humano impresionante, con personas que llevan prácticamente toda su vida profesional dedicadas al teatro, lo cual es digno de admiración. La verdad es que está siendo bastante emocionante encontrarse con esta tripulación y espero ganarme su respeto y su confianza para poder liderarles en este papel que me toca de capitán de la nave de los locos de la mejor manera posible puesto que creo que se lo merecen.

-¿Tiene intención de reunirse con los profesionales que hacen teatro en Córdoba?

-Estamos preparando una serie de encuentros sectoriales, que espero que sean posibles en las próximas semanas, en los que quiero presentarme al sector y escucharlo de manera comunitaria para que encontremos formas válidas de interlocución. Los encuentros los haremos por disciplinas para que sean más reducidos. Lo quiero hacer cuanto antes para que me conozcan y para poder escuchar sus demandas, quejas y deseos. Creo que mi condición de forastero es una gran oportunidad para mí y para todos, y parto desde ese desconocimiento intentando aprovecharlo como una virtud, como una tabula rasa. Me quiero aproximar con la mayor humildad a todas las expresiones artísticas, culturales y de las artes en vivo en general.

-Dos de los acontecimientos más importantes que organiza el IMAE son el Festival de la Guitarra y el Concurso Nacional de Arte Flamenco, ¿los conocía?

-Sí, no he estado nunca, pero me sonaban como eventos de relevancia a nivel nacional. Soy un gran aficionado a la guitarra, un instrumento que maltraté de joven durante un tiempo, y soy un neófito total del flamenco, que escucho como un amateur al que le gusta mucho, también por aquello de mis raíces jerezanas, que algo te resuena dentro.

El gerente del IMAE, Carlos Aladro, en el parque Cruz Conde. / Juan Ayala

-Es actor, director y gestor, pero últimamente está más volcado en la gestión. ¿Echa de menos la interpretación?

-Hace poco hice de actor en una serie de bastante difusión, así que me quité esa espinita y mi último espectáculo lo dirigí el año pasado. Más o menos cada dos o tres años dirijo un espectáculo. Tengo una buena convivencia con mi artista. Afortunadamente, la madurez te trae un poco de calma a este respecto. Digamos que el ímpetu juvenil por "hacer, hacer, hacer" se va templando y cuando ahora abordo un trabajo creativo estoy casi más interesado en el proceso que en el resultado, de forma que los procesos se alargan bastante. En este momento concreto, me he tomado un descanso que creo que será largo hasta el próximo espectáculo. Estoy mucho más centrado en mi faceta como gestor y, en ese sentido, ha sido providencial que apareciera esta oportunidad porque mis energías y mis capacidades están más enfocadas en este ámbito y el IMAE es un proyecto ideal para mi momento vital.

-¿Cómo le ha ayudado su experiencia como actor y director para desarrollar su trabajo en la gestión?

-Yo venía de ciencias, estudié Agrónomos tres o cuatro años, luego di un vuelco, me pasé a las Humanidades y a la interpretación y dirección de escena. Ha habido un trasvase con lo que fue mi formación más científica con lo que luego ha sido mi formación humanística y artística. Cuando apareció la gestión, me parecía natural trabajar con números, de manera cartesiana, al mismo tiempo que había aprendido a trabajar de una manera digamos más caótica, intuitiva o creativa. Se ha ido produciendo una síntesis y no digo que tenga una metodología muy elaborada, pero sí he encontrado una manera de entenderme conmigo mismo a la hora de trabajar en la gestión que tiene una estructura creativa. Me preguntas: "¿Te has empapado ya?" No, me estoy empapando, es como si estuviera en las primeras lecturas de un texto que voy a contar. No sé de qué va todavía la obra ni sé cómo se va a montar. Solo sé que tengo esa obra y que la voy a montar. Pues esto es igual: solo sé que estoy aquí en el IMAE y para mí es como un texto, un proyecto que estoy leyendo y me estoy dejando empapar, absorber. Todo eso de una manera consciente, pero también inconsciente y subjetiva, va a ir creando un proceso. Cuando todo eso vaya tomando forma, lo podré articular en equipo porque lo imprescindible del teatro es que es un arte colectivo. Es decir, mi proyecto de gestión del IMAE es equivalente a un proyecto de creación en proceso que ya iremos viendo qué pasa con él.

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