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El Centro Cívico Municipal de Lepanto acogerá un sismógrafo a petición de la dirección general del Instituto Geográfico Nacional (IGN) para la prevención y detección de terremotos en el municipio de Córdoba. La Junta de Gobierno Local ha dado el visto bueno este lunes para ello después de una propuesta firmada por la jefatura del Departamento de Protección Civil. De momento, el sismógrafo, el primero de la capital, permanecerá cuatro años en estas instalaciones municipales. En la provincia hay dos sismógrafos, uno en Adamuz, y otro en el cementerio nuclear de El Cabril.
El Departamento de Protección Civil del Ayuntamiento recibió el pasado 13 de octubre una solicitud de la dirección general del Instituto Geográfico Nacional relativa a la instalación de una nueva estación permanente de la llamada red Silex de aceleración perteneciente a la Red Sísmica Nacional en uno de los edificios municipales de la ciudad.
"Tras estudiar con distinto personal adscrito al Instituto Geográfico Nacional los posibles edificios municipales en los que instalar la estación, "resultó como lugar idóneo un despacho de la planta baja del Centro Cívico de Lepanto, en un espacio que no supone un obstáculo para el personal usuario del mismo", se detalla en la documentación que ha ido a la Junta de Gobierno Local.
Esta instalación, que iría anclada al suelo, precisa conexión a la acometida eléctrica y a la red de comunicaciones del Ayuntamiento para su funcionamiento y emisión de información de sensorización sísmica en tiempo real, "respectivamente, cuestiones ambas resueltas al contar la ubicación con ambas tomas", añade el documento. Se trata de un aparato de pequeñas dimensiones y en principio el acuerdo es por cuatro años.
El IGN cuenta con una red de sismómetros repartidos por todo el territorio nacional que miden la velocidad del suelo, con los que se obtienen los parámetros focales de un terremoto. También cuenta con una red de acelerógrafos instalados en las zonas de mayor peligrosidad sísmica, que miden la aceleración del suelo, registrando movimientos fuertes del suelo que se dan cerca de la falla causante. El cálculo de dicha aceleración también permite realizar estudios de ingeniería sísmica.
Se trata de instrumentos "más sencillos" que los acelerógrafos tradicionales -son más pequeños, menos pesados y más fáciles de manejar-, que ha desarrollado el Instituto Geográfico Nacional. Estos aparatos también se pueden ubicar en domicilios particulares si hay quien se ofrezca al IGN para ello.
Córdoba no es un municipio donde suelan ocurrir este tipo de fenómenos sísmicos, y cuando ocurren suelen ser débiles. El último gran terremoto que tuvo lugar en la ciudad fue el ocurrido el 24 de enero de 2003. Tuvo una intensidad de 4,6 grados en la escala Richter y afectó a varias provincias andaluzas, especialmente a Córdoba, y a Albacete. El seísmo se produjo a las 21:35 y el epicentro se localizó a 15 kilómetros al suroeste de la capital cordobesa, cerca de la localidad de Espejo. En Córdoba, salvo la alarma entre los vecinos, solo afectó a la estación del Higuerón, que tuvo que paralizar la actividad.
Según los datos del Instituto Geográfico Nacional, desde 1755 sólo se han producido dos terremotos en la provincia que superen los 5 grados Richter. El primero tuvo lugar en Benamejí el 14 de marzo de 1935 (5 puntos) y el segundo se localizó en Espejo el 26 de mayo de 1985 (5,1 puntos). Rozando los 5 grados (4,9) se tiene constancia de un seísmo en Montilla ocurrido el 5 de julio de 1930.
Según los últimos datos del ING al respecto y a la espera de los datos de 2023, durante 2022 la Red Sísmica Nacional captó 21 terremotos con epicentro en la provincia. La mayor parte de esta actividad, por su escasa potencia, fue imperceptible para el ser humano y se trató de microseísmos, es decir, con una intensidad inferior a los dos grados de magnitud en la escala Richter.
De este tipo, se contabilizan alrededor de 8.000 por día en todo el planeta producidos por el movimiento de las placas tectónicas, y no causan ningún tipo de daño, si bien la labor del Instituto Geográfico Nacional es monitorizar toda esta actividad, buscar patrones e intentar adelantarse a fenómenos que sí pueden ser extraordinarios.
Espejo, Fernán Núñez, Lucena y Cañete de las Torres fueron algunas de las 12 localidades que registraron seísmos a lo largo del pasado año. La mayoría de estos movimientos se localizan desde el Valle del Guadalquivir hacia el Sur, mientras que en el Norte se contabilizaron solo dos, cuyos epicentros se situaron en Fuente Obejuna y en Santa Eufemia.
La Red Sísmica Nacional posee una extensa red de 140 sensores instalados por toda España, normalmente en zonas muy apartadas de la población urbana y de instalaciones industriales, explica el director de este organismo, Juan Vicente Cantavella. Lo habitual es que se sitúen en cuevas profundas o minas abandonadas. De todos ellos, hay dos en Córdoba: uno se ubica en Adamuz y otro en el almacén de residuos radiactivos de El Cabril, en el término municipal de Hornachuelos, por obvias cuestiones de seguridad.
Los sensores llevan instalado un sistema de alimentación fotovoltaica y los datos que facilitan se conocen a tiempo real, en menos de dos minutos, gracias a los seis segmentos contratados en el satélite Hispasat por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.
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