Comienza la primavera en Córdoba con un 30% más de alérgicos al polen que el año pasado
Sanidad
El Hospital Reina Sofía estima que hay más de 100.000 personas afectadas por esta enfermedad en la provincia en un 2023 influenciado por la sequía y los cambios bruscos de temperaturas
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La primavera ya ha llegado y con ello comienza una de las épocas más esperadas en Córdoba, protagonizada por las buenas temperaturas y las fiestas. Sin embargo, a casi un tercio de la provincia le toca hacer frente a una de las etapas más difíciles del año: la alergia al polen. Según ha estimado la directora gerente del Hospital Reina Sofía, Valle García, hay más de 160.000 pacientes con algún tipo de alergia respiratoria.
De todas ellas, unas 100.000 pueden serlo al polen, es decir, el 62,5%. Del total de pacientes alérgicos al polen, el 80% lo son al olivo, el 70% a las gramíneas, seguidos del salsola, del plátano de sombra y del ciprés. En esta primavera de 2023, con respecto al año pasado, ha aumentado en un 30% la incidencia en la provincia de alérgicos al polen, tal y como ha asegurado la directora de la unidad de Inmunología y Alergia del Hospital Reina Sofía, Carmen Moreno.
Se trata de un problema exponencial que se ve reflejado a nivel mundial, ya que, como ha explicado Moreno, estas enfermedades están presentes en el 20% o 25% de la población general mundial y van en aumento: "Se espera que para mitad de este siglo, en países del primer mundo, haya un 50% de la población general que padezca esta enfermedad", ha señalado la doctora.
La provincia de Córdoba está registrando cada vez más casos de pacientes alérgicos al polen, especialmente este año a causa de la falta de lluvias y los bruscos cambios de temperatura. Así lo ha precisado la catedrática del departamento de Botánica, Ecología y Fisiología Vegetal de la Universidad de Córdoba, Carmen Galán, quien ha detallado que esa ausencia de precipitaciones ha provocado "un retraso en la floración" y, por tanto, un "aumento agresivo del polen".
El incremento de pacientes con síntomas de alergia al polen que según Galán "no se veía todos los años", ha coincidido con "la polinización del ciprés", que ha sido "una novedad y una relevancia grande" en esta primavera. A causa de "las bajadas bruscas de temperatura durante el mes de febrero, los cipreces han retrasado su floración y en un periodo corto han emitido mucho polen a la atmósfera", ha precisado la catedrática como una de las principales causas del aumento de las alergias.
Tras el ciprés, la segunda planta más preocupante por sus niveles de polen es el plátano de sombra. Aunque este árbol inicia su floración en marzo, también se ha retrasado y ha sido esta semana cuando la ha comenzado de manera explosiva. "Esta semana hay concentraciones muy altas, pero no durará mucho más allá en el mes de abril", ha señalado Galán, que ha puesto también el ejemplo de las urticáceas (frecuentes de ver en espacios urbanos muy comunes como el Casco Histórico de Córdoba) y que están desarrollando "una mayor concentración de polen".
Pese al aumento ya del 30% de alérgicos al polen, la gran duda está en "lo que pasará en plena primavera con el polen de las gramíneas, que va de abril a junio, y el del olivo, que abunda a finales de Mayo en plena Feria de Córdoba", como ha señalado la catedrática. "Las gramíneas responden a la cantidad de agua, por lo que su floración dependerá de la previsión meteorológica, mientras que la alergia al polen tiene su expresión más violenta y compacta con el olivo", ha añadido Galán, quien ha recordado que, "cuanto más corto sea el invierno, más tiempo pasarán todos al aire libre y más polen van a inhalar".
Eso sí, como ha explicado Galán, los cordobeses no están este año "expuestos a grandes concentraciones de polen" debido a la sequía, que provoca que haya poca disponibilidad de agua y eso hace que "la concentración de polen no llegue a valores tan altos como en otros años previos".
Seguimiento y consejos
La doctora Moreno ha señalado que en torno a un 30% de todos los pacientes con alergias respiratorias –en estadios leve, moderado o grave- de la provincia son atendidos en el Hospital Reina Sofía. Eso se debe a la efectividad de las vacunas, las cuales "han aumentado mucho en los últimos años gracias al mayor conocimiento de esta patología y de los pacientes".
"Un paciente que se vacune desarrollará probablemente menos síntomas cuando se enfrente al polen y tendrá mejor calidad de vida, ya que podrá permanecer más tiempo al aire libre, tolerará mejor el ejercicio físico, dormirá mejor o necesitará menos medicación. Además, la vacuna aporta otras ventajas como detener el curso progresivo de la enfermedad, que cuando evoluciona sin control puede llevar al paciente a padecer asma, a enfrentarse a crisis de gravedad o al desarrollo de reacciones alérgicas a alimentos vegetales, una consecuencia cada vez más frecuente", ha explicado Moreno.
Eso sí, antes de llegar a la vacuna, el paciente empieza por manifestar síntomas "muy fáciles" de detectar, pues "se repiten cada primavera y suelen ser leves", como ha indicado la doctora. El proceso posterior es sencillo: será el médico de familia quien aborde el tratamiento de los síntomas con comprimidos, colirios y etcétera, pero será tras un diagnóstico a nivel molecular como se haga el estudio y si es necesario optar por un tratamiento de vacunación.
Desde el Hospital Reina Sofía dan tres consejos fundamentales para quienes tienen alergia. "El primero es que todo el que tenga un informe médico, recurra a él, pues viene con todas las indicaciones a seguir. Además, no debe automedicarse y, en caso de que el problema vaya aumentando en intensidad o duración de un año para otro, el paciente deberá solicitar una derivación al alergólogo".
Factores de riesgo
La alergia al polen puede ir desde un síntoma leve que afecte a los ojos con lagrimeo y picores o molestias en la nariz, a progresar hasta producir asma y empezar a tener una enfermedad más seria. Uno de esos progresos es que alergia se pueda desarrollar también en alimentos vegetales como ensaladas y frutas debido a que hay proteínas parecidas a las del polen.
La alergia es una enfermedad de sociedades desarrolladas, en las que las comunicaciones han propiciado un mundo globalizado que se extrapola también al ámbito de las enfermedades. Como ejemplo, la doctora Moreno ha señalado que "hace 20 años en España no había alergia al sésamo, la quinoa u otros alimentos que ahora es habitual comer y aparecen las alergias a este alimento". Uno de los ejemplos es que los alérgicos al olivo están desarrollando alergia al melocotón porque comparte una proteína con su polen.
Otro de los grandes factores que impacta directamente en la incidencia de la alergia es el cambio climático. En este sentido, la doctora Galán ha precisado que "se están produciendo una serie de perversiones en la naturaleza que repercuten en los pacientes alérgicos". Ejemplo de ello es que los calendarios de polinización pueden llegar a ser imprevisibles porque las plantas pueden tener floraciones extemporáneas y esto provoca que los pacientes acusen los síntomas con una temporalidad no prevista.
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