Condenado a tres meses de prisión por falsificar un tique de la zona azul

El Juzgado de lo Penal número 3 ha condenado a tres meses de prisión y al pago de una multa de 540 euros a un conductor que utilizó un tique falso para eludir el pago de 1,60 euros en la zona azul de la plaza de Colón. La estafa se produjo el 17 de enero del año pasado. La sentencia considera probado que, sobre las 18:30, el encartado estacionó en el centro y "colocó de forma visible en el salpicadero un documento elaborado informáticamente que simulaba un tique original para dar la apariencia de haber abonado la tasa hasta las 18:49 de ese día".

El engaño fue descubierto por los controladores de la zona azul, que avisaron a una dotación de la Policía Local. Los agentes extendieron el correspondiente boletín de denuncia por aparcamiento sin abono, así como el atestado correspondiente, que fue enviado al juzgado de guardia.

La resolución considera probado que los hechos constituyen un delito de uso de documento oficial falso, en concurso medial con una falta de estafa en grado de tentativa. Para el juez, "no cabe duda" de que el acusado actuó con "ánimo de lucro", si bien la estafa no llegó a consumarse, "pues el empleado municipal se percató de la falsedad del tique". De ahí que la resolución deje la infracción en grado de tentativa.

Durante el juicio, el procesado negó haber falseado el recibo. El imputado narró que aparcó, que tenía prisa y que "un señor le ofreció en venta el documento justificativo del pago de la tasa porque le quedaban unas dos horas de aparcamiento y se marchaba del lugar". El procesado asumió que le pagó un euro y puso el papel en el salpicadero del coche. Las declaraciones de los policías locales y de los controladores fueron muy diferentes. La sentencia recuerda que el encargado de mantenimiento de las máquinas expendedoras afirmó que el tique era falso y aseguró que en al menos otras dos ocasiones en ese mismo vehículo habían detectado otros recibos falsos, pero en las ocasiones anteriores no pudieron hacer nada debido a que, en el momento de actuar, el coche ya se había marchado del lugar. El policía ratificó su atestado.

El juez subraya que, al comparar el tique falso con el original, "se observa a simple vista la falsedad", pues el que el conductor utilizó era "un poco más estrecho y la tinta de impresión, ligeramente diferente". Colocado en el salpicadero del vehículo, sin embargo, la identificación "ya no es tan fácil, lo que puede inducir a error al vigilante".

"Sufrí un engaño", declaró tajante el procesado durante la vista oral. El encartado, un vecino de Fernán Núñez, insistió en que desconocía que se trataba de una falsificación: "Vengo muy poco a Córdoba y no soy un técnico en esta materia para saber si es tal y como el que expenden las máquinas o no". También narró la escena cuando regresó al coche: "Cuando llegué, me encontré todo el jaleo que se había formado y le conté a los agentes de la Policía Local que el tique me lo había vendido una persona desconocida de unos 30 años, pues yo no era consciente de que era falso". La resolución judicial no es firme y puede ser recurrida ante la Audiencia.