El Consistorio mantiene su plan en Cosmos pese a la presión de la plantilla
Municipal
Los trabajadores piden a Pedro García, sin éxito, que paralice los trámites urbanísticos iniciados que afectan a la cementera. El gobierno municipal se queda sólo en el diálogo.
El gobierno municipal se enfrentó este martes a uno de los peores momentos desde su llegada a Capitulares y fue a cuenta del asunto que le está dando más quebraderos de cabeza: la declaración como fuera de ordenación urbanística de la cementera Cosmos. La plantilla se concentró a las puertas del Ayuntamiento coincidiendo con la celebración del Pleno de diciembre y acabó celebrando una reunión improvisada en el salón de Plenos con el presidente de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU), Pedro García. Pese a los tensos momentos que se vivieron en el encuentro, García no varió un ápice de lo que ya ha previsto el gobierno municipal. Así, aseguró que los acuerdos urbanísticos seguirán adelante y sólo se comprometió a crear una mesa de diálogo con todas las partes implicadas cuando pasen las elecciones, aunque esa medida ya se había anunciado. Hasta el momento, el consejo rector de la GMU ha acordado el inicio de la innovación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para modificar los usos industriales de Chinales Este -donde se ubica Cosmos- y otro proceso para delimitar una zona de la ciudad para albergar a las empresas que pretendan valorizar residuos. Mientras tanto, la Gerencia suspende la concesión de nuevas licencias para esta actividad.
El presidente de la GMU se vio prácticamente obligado a recibir a los trabajadores después de haber protagonizado una de las protestas más multitudinarias que se ha visto en el Pleno. No fueron los únicos, pues en el salón también se manifestaron los trabajadores de Aucorsa para lamentar la falta de seguridad, los integrantes de la bolsa de trabajo de Cecosam y la plataforma Metrotrén Ya. Los empleados de Cosmos, sin embargo, se mantuvieron en Capitulares y fueron recibidos por García, que fue el único representante del gobierno municipal que debatió con la plantilla de la cementera.
Los trabajadores exigieron una y otra vez al teniente de alcalde que paralizara los acuerdos del consejo de la GMU, pero García respondió que esa no era decisión que podía tomar él de manera unilateral. La plantilla intentó por todos los medios sacarle un compromiso y que se posicionara al menos como representante de IU, pero no hubo manera. Los afectados también pidieron un informe independiente para analizar las consecuencias de la valorización en el medio ambiente y la emisión de residuos que realiza la cementera. García sólo pudo mojarse con la promesa de que, después de las elecciones generales, convocaría una mesa de diálogo "con todas las partes implicadas" para debatir esta cuestión, pero sin parar el trámite urbanístico "que tiene un desarrollo muy largo y puede tardar años". La propuesta no convenció a la plantilla, que abandonó Capitulares visiblemente molesta por la falta de concreción del presidente de la GMU.
En la reunión se vivieron momentos muy intensos, sobre todo cuando algunos empleados lamentaron la posible pérdida de su puesto de trabajo y se preguntaron "cómo vamos a alimentar a nuestras familias". Otros confesaron incluso ser votantes de IU "de toda la vida" y mostraron su sorpresa por que su formación política de referencia "haya dado la espalda a los obreros". Los trabajadores defendieron que el compromiso electoral que los candidatos firmaron con la plataforma Aire Limpio "no tiene validez" porque la cementera no pretende incinerar sino "valorizar, algo que es distinto porque se trata de reciclar residuos". Además, instaron al gobierno municipal a que firmara otro compromiso pero de parte de los trabajadores. Ninguno de sus argumentos arrancó el compromiso que pretendían del presidente de la GMU, quien reconoció que se podía "estar equivocando" en esta cuestión. Los afectados también mostraron su "decepción" con el PSOE y Ganemos por haberse situado "contra los trabajadores" y exigieron una solución "si se cierra la fábrica".
García insistió en el diálogo y en la necesidad de que se sienten a la misma vez la empresa y los trabajadores para intentar llegar a una solución consensuada entre todas las partes.
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