Córdoba tiene activos 2.700 vetos de acceso a bingos, casinos y salas de juego

La pandemia del covid y todas las restricciones de aforos y horarios –y hasta confinamiento domiciliario– ha provocado una fuerte caída en el volumen de negocio del sector de los juegos de azar. Así lo constata la Estadística de Juego Privado de Andalucía, elaborado por la Consejería de Hacienda y Financiación Europea de la Junta de Andalucía, realizada con datos del pasado 2020 y que evidencia algún que otro cambio significativo: el bingo tradicional ha desaparecido ante la consolidación del electrónico, “que ya se encuentra totalmente implantado en casi todas las salas de Andalucía”, indica el documento.

Pero no solo eso. Una primera mirada a los datos evidencia un brusco descenso en el volumen total del juego, que en Andalucía se cifra en “más del 42%” y en Córdoba roza el 50%. De esta manera, si en 2019 –el mejor año en cuanto a negocio desde que comenzó la serie en 2011– en la provincia el sector del azar movió 176,3 millones de euros, en el pasado ejercicio apenas fueron 91,9, lo que se traduce en 84,4 millones menos.

Pero no todo es negocio, también hay una problemática detrás de la que el informe da algunos detalles importantes. El más llamativo es que en Córdoba hay contabilizados casi 2.700 vetos de acceso a salas de juego, dentro del registro que tiene la Junta de Andalucía. El motivo suele ser la adicción, que lleva a estos jugadores a solicitar la prohibición de entrada a estos establecimientos para evitar recaídas en el tratamiento. En la provincia, según los datos de la última estadística y referidos al año 2020, eran 2.691 las prohibiciones para acceder a casinos, bingos y salas de juego.

La mayoría de quienes solicitan que no se les permita entrar son hombres. En el caso de Córdoba, 1.682 solicitudes corresponden a varones, mientras que el resto de las peticiones de jugadores que intentan superar la adicción mediante la imposibilidad de acceder son mujeres (1.009). Los bingos (en la provincia se indica que hay tres de estos establecimientos) suman la mayoría de peticiones, con 1.605 vetos. Los prohibidos en salones de juego con 364, mientras que en los casinos se registran 722, a pesar de la ausencia de este tipo de locales en Córdoba. Esto se explica por el hecho de que, según se indica en el informe, una misma persona puede tener prohibición de entrar en más de un tipo de local.

En toda la comunidad autónoma son 40.605 las peticiones de prohibición de acceso a los recintos en los que se juega, con 24.690 formuladas por varones y otras 15.915 de mujeres. Estas algo más de 40.000 prohibiciones se reparten entre casinos (14.107), bingos (20.054) y salones de juego (6.444).

Además, el informe ofrece también información sobre las inspecciones. En 2020 se realizaron 1.288 en toda la provincia –solo en Jaén hubo más–, fundamentalmente relacionadas con máquinas tragaperras (1.231). Los salones de juego sumaron 48, completándose la serie con siete en sorteos y otros juegos, y apenas dos en bingos. En Córdoba se resolvieron el pasado año hasta diez expedientes sancionadores (tres en máquinas, cinco en salones y dos en sorteos y otros juegos), mientras que siguen abiertos otro tres (uno en bingo y dos en sorteos y otros juegos).

En cuanto a las cifras de negocio, el pasado año, marcado por el covid, tuvo un volumen de 91,9 en la provincia, ofreciendo el dato más bajo de la década y el único por debajo de los 100 millones, lo que supone un frenazo en la tendencia al alza que el sector de los juegos de azar experimentaba, año tras año, desde 2014. En ese ejercicio finalizó la racha de tres consecutivos con caída de negocio, coincidiendo con la salida de la anterior crisis económica provocada por el crack del ladrillo de 2008-2010, que en el mundo del juego se tradujo también en la irrupción de las plataformas online. En Andalucía, la contracción del sector es igualmente notable, al pasar de 2.226,6 millones de euros de 2019 a los 1.280,5 del pasado año.

Estos datos proceden del Sistema de Información del Juego y de Espectáculos Públicos, de la información que deben dar las empresas titulares de los casinos y de los servidores centrales de los proveedores a las salas de bingo. También deben aportar información las plataformas autorizadas que operan presencialmente las apuestas deportivas en Andalucía. Con todas esas fuentes se constata que las máquinas tragaperras han sido las peor paradas de la crisis del covid-19 y las restricciones amparadas bajo el estado de alarma y la desescalada.

Así, el número de máquinas tipo B fue en 2020 en Córdoba de 2.654, y el volumen de juego que generaron se estima en 79,6 millones de euros. En 2019, el año prepandemia, esta cifra llegó a los 148,4 millones de euros. Con todo, las tragaperras se mantienen a la cabeza dentro de los distintos sectores que se analizan en la estadística. Le sigue el bingo electrónico con 6,4 millones de euros de negocio en 2020, mientras que el tradicional se quedó a cero. Sin casinos registrados, las apuestas cierran la estadística por sectores con un volumen de juego de 5,8 millones.

Por sectores, en lo que se refiere a las tragaperras, en Córdoba se cifra en 19,9 millones el gasto real en las casi 2.700 máquinas que están registradas. Por gasto real se entiende el resultado de detraer a lo jugado la cantidad que es devuelta a los jugadores en forma de premios. El gasto aparente –que se define como el resultado del gasto real dividido entre la población de la provincia– es de 25,5 euros. Este dato está muy próximo a la media andaluza (26,2), y muy lejos de la cifra de Almería (33) y Huelva (31).

Las tres salas de bingo de Córdoba se quedaron el pasado ejercicio a cero, según la estadística, tras ofrecer un volumen de juego cifrado en 9,8 millones de euros en 2019. La tendencia es general a toda la comunidad autónoma. Si en 2019 se estimó que los bingos movieron unos 187,2 millones de euros, el pasado 2020 apenas fue 1,1 millón, sustentado por los 657.000 euros de Cádiz, los 373.000 de Huelva, y los 140.000 de Sevilla. Toma el relevo el bingo electrónico, que tuvo un gasto bruto por cordobés de 8 euros en el pasado año y que sumó 6,4 millones de euros en volumen de juego, casi un tercio más que en 2019 (4,2).

En cuanto a las terminales de apuestas, los 413 puntos en los que se puede jugar en la provincia movieron 5,8 millones de euros en sorteos. A su vez repartieron 4,6 millones entre los jugadores. El gasto real se estimó en 1,1 millones, mientras que el aparente se quedó en 1,5 euros, casi la mitad de los 2,9 del promedio andaluz y menos de un tercio de los 4,9 que marca Almería. El informe apunta a una reducción en la red de terminales y que sitúan el total cerca de los números de 2018, que se ha visto aún más reflejado en el notable descenso del volumen de juego. Así, en 2018 eran 405 los establecimientos contabilizados, que movieron 10,6 millones de euros en aquel ejercicio, casi el doble que ahora; en el año prepandémico, 2019, la cifra de terminales marcó un tope de 447 que disparó el gasto hasta los 13,7 millones.

Stop Casas de Apuestas, contra nuevas licencias

El Grupo de Trabajo Contra las Casas de Apuestas (GT-CCA) de Córdoba se concentró el pasado jueves en las puertas del Ayuntamiento, coincidiendo con la finalización de la moratoria para la concesión de nuevas licencias para la apertura de este tipo de locales, que se produjo el viernes. Es decir, desde este momento no media suspensión alguna para dar permisos, por lo que el Consistorio, a través de Urbanismo, se verá obligado a dar los que le sean solicitados. Con todo, el gobierno municipal ha mostrado su intención de ampliar la moratoria, si bien este problema no es exclusivo de la administración local, sino que también depende del Gobierno de la Nación y de la Junta de Andalucía. De este modo, el colectivo ha comenzado una campaña de recogida de firmas, con la intención de hacérselas llegar a todas las instituciones que tienen competencias en la materia. Del mismo modo, abren una nueva línea de concienciación por lo que consideran “la heroína del siglo XXI” e insisten en la necesidad de establecer vías de trabajo comunes para acabar con las casas de apuestas en los barrios. También piden que desde las administraciones se promuevan programas de sensibilización y prevención de la ludopatía” y que se prohiba su publicidad para intentar frenar su expansión.