Córdoba homenajea a José Rebollo

El arquitecto José Rebollo Dicenta cuenta desde ayer con una placa conmemorativa en el Teatro de la Axerquía, una de sus obras principales que diseñó y puso en marcha en el año 1969. Nacido en Madrid y fallecido en Córdoba en 2012, llegó a ser arquitecto jefe del Ayuntamiento.

Al acto, que se celebra cuando se cumple el centenario de su nacimiento, acudieron algunos de sus familiares y precisamente su hijo mayor, Gabriel Rebollo, leyó unas entrañables palabras para recordar a su padre al tiempo que agradeció al Ayuntamiento y sus representantes la colocación de esta placa. "Mi padre era arquitecto a tiempo completo", declaró. Asimismo, habló sobre la pasión de su progenitor por la ciudad y subrayó que "trabajó por una Córdoba mejor a través de la arquitectura".

El acto también contó con la presencia de distintos concejales de la Corporación Municipal y el alcalde, José Antonio Nieto, quien dedicó unas palabras a Rebollo e insistió en que con esa placa se destaca "su figura, su obra y su impronta en el Ayuntamiento".

El regidor también aludió a la faceta más personal del arquitecto y señaló que Rebollo destacó como "un hombre que además de ser un gran profesional, fue una gran persona y se ve en la huella que dejó en su familia y todos los que lo conocieron", todo ello en "una profesión y una función tan compleja". Además, el alcalde declaró que "no siempre se reconoce la trayectoria a alguien que decide no ser un arquitecto estrella, sino ser un funcionario municipal, ni a una persona que sacrifica su prestigio personal en pos de una administración", de manera que se salda "esa deuda" que tenía el Consistorio ante el legado que ha recibido la ciudad del arquitecto José Rebollo.

En este sentido, José Antonio Nieto aludió al Teatro de la Axerquía, el equipamiento "más audaz y que se sigue se sigue aprovechando en un espacio privilegiado de la ciudad", resaltó. Entre otros de sus trabajos, se encuentra la mayor parte de la remodelación de Córdoba tras la postguerra, los ejes de Carlos III, la terminal del aeropuerto, los Jardines del Alcázar, la plaza de Séneca y otras obras que cuentan con su inconfundible sello.