Una ruta por la Córdoba oculta
Patrimonio
Restaurantes, hoteles, tiendas, edificios, todos ellos conservan en la actualidad ruinas que narran la huella de épocas pasadas
La Mezquita-Catedral, la ciudad califal de Medina Azahara, la Torre de la Calahorra o el Templo Romano son algunos de los ejemplos más conocidos que narran la historia de la antigua Córdoba. Emblemas de la ciudad que están a la vista de todos. No obstante, Córdoba esconde mucho más. Estos monumentos se encuentran en la lista del patrimonio que visitar cuando uno llega a la ciudad. Sin embargo, hay otros que están más escondidos y, algunos, a pesar de estar al paso de cualquiera, nadie los ve.
Hoteles, restaurantes, aparcamientos o tiendas, en este reportaje se hace un recorrido por algunas de las ruinas escondidas de la ciudad, muchas de acceso libre, aunque también existen los privilegiados que en su vivienda o bloque de vecinos conviven con una pieza de siglos atrás. En total, existen 129 restos arqueológicos conservados, de los cuales entre 60 y 70 son visitables, según explica la profesora de historia del arte de la Universidad de Córdoba e investigadora del grupo Sísifo y coordinadora de Arqueo Córdoba, Ana Ruiz.
La mayoría de las ubicaciones se pueden visitar. Además, existen rutas que buscan divulgar todo este patrimonio oculto entre la ciudad. No obstante, tal y como asegura la experta, “hay que trabajar un poco en toda esa información para que cordobeses y no cordobeses pueden conocer todos estos sitio y se descongestione un poco el Casco Histórico llevándolos a otros puntos de la ciudad”.
Empezamos la ruta en el supermercado Aldi en El Brillante. Allí, en el aparcamiento, se encuentra un antiguo alfar romano compuesto por dos hornos, una pileta y una canalización que data entre el siglo I y el II después de Cristo.
Según se lee en su descripción, se trata de un conjunto de producción alfarera, que por aquel entonces se ubicaban en el exterior de la ciudad. La composición se divide en dos hornos, uno de ellos destinado a la fabricación de ladrillos. Al realizar su excavación se comprobó como el horno aún conservaba la última carga, que en la actualidad se puede contemplar.
Este primer horno tiene planta circular con 4,5 metros de diámetro. El acceso al interior para cargarlo se realizaba a través de una gran boca de 2,8 metros de longitud en forma de embudo, que favorece la circulación del aire necesaria para la cocción de las piezas. El calor se generaba a través de un fuego que se encendería junto a la entrada de la cámara. Destaca el uso de la sillería para los muros de la boca y la utilización de grandes losas para pavimentar el suelo hasta el interior de la cámara, algo muy poco frecuente para este tipo de estructuras.
El segundo horno también es circular, aunque de menor tamaño (2,50 metros). Actualmente se encuentra más arrasado por las edificaciones posteriores y no se excavó al no estar afectado por la nueva construcción, por lo que actualmente permanece protegido bajo el supermercado. Lo mismo ocurre con la canalización, parte de las infraestructuras hidráulicas propias de las áreas alfareras.
Por último, la pileta es fabricada con hormigón y se revista al interior con mortero hidráulico. Se trata de un elemento auxiliar para la elaboración y tratamiento de la arcilla con las que se realizarán las piezas a cocer.
La avenida Santa María de Trassierra es una de las más transitadas diariamente por los cordobeses. Por esta arteria de la ciudad cruzaba la primera canalización de abastecimiento de agua que ha tenido Córdoba. Se trata del acueducto de Valdepuentes, realizado en época romana, entre los años 19 y 14 antes de Cristo. Hoy en día, al pasear por esta avenida, a la altura del número 39 se pueden observar en la acera un pavimento distinto que indica el trazado que seguía la estructura hidráulica.
Tal y como aparece explicado a esta altura de la avenida, gracias a los testimonios epigráficos se conoce que se denominó Aqua Augusta. La conducción transportaba a la ciudad entre 20.000 y 35.000 litros cúbicos de agua al día. Este caudal permite plantear la existencia de un centenar de fuentes públicas en la Córdoba del siglo I después de Cristo, así como el abastecimiento simultáneo de unas 200 casas y otros edificios públicos. El punto de inicio de la conducción se encuentra en la Sierra de Córdoba, a unos 18,6 kilómetros al noroeste. En el siglo X, el canal fue rehabilitado parcialmente para el abastecimiento a Madinat al-Zahra. Las formas y técnicas hidráulicas usadas en época romana sirvieron de base y modelo para las conducciones cordobesas de épocas posteriores.
Siguiendo con la ruta nos acercamos al centro de la ciudad, en concreto al Palacio de la Merced. En el sótano del edificio de la Diputación provincial se encuentran conservados varios restos arqueológicos.
Según explica la profesora de Historia del Arte Ana Ruiz, existen unas tumbas romanas de cámara con cubierta de bóveda con planta de cruz latina que estaría dentro de un pequeño recinto de piedra que acotaba una tumba y la separaba de las demás. También había unas escaleras que están talladas en la roca que permitirían subir desde arriba de la cámara funeraria.
Este monumento, que era semisubterráneo, data del siglo I después de Cristo, tenía en la parte de arriba una estructura que se veía desde fuera y, a veces, los romanos lo utilizaban para hacer banquetes y ceremonias. De hecho, se conserva el conducto que comunicaba dicha habitación superior con la propia tumba, de tal manera que los romanos durante esas celebraciones vertían por dicho conducto bebidas y comidas, ya que pensaban que el difunto seguía viviendo en la tumba y lo alimentaban durante determinadas festividades. En el Palacio de la Merced también hay otros restos arqueológicos de más difícil interpretación que se fechan en época romana, posteriores al primer monumento. Corresponderían al siglo III o IV. Al no existir documentación, ni material gráfico para determinar de qué se trataría, según la experta, se han interpretado dos vertientes.
Por un lado, hay quien asegura que es una estructura hidráulica perteneciente a algún tipo de fuente monumental o algunas termas. Pero también hay quien piensa que se trataría de un baptisterio que surge en época cristiana y estaría vinculada a diferentes centros religiosos donde se llevaba a cabo el bautismo, un sacramento que se realizaba de forma distinta al actual. Entonces, el bautizado realizaba una inmersión completa en el agua.
En la calle Concepción, una de las tiendas más populares y longevas del Grupo Inditex, Bershka, atesora unas termas romanas. Estas eran unos baños públicos a las que los romanos acudían prácticamente a diario. En Córdoba hay constancia de varias termas públicas, pero la de este comercio de ropa estarían en un lugar privilegiado, junto al decumano de la ciudad, cerca de uno de los foros y de una puerta de entrada (Puerta Gallegos).
Actualmente se conserva parte de esa piscina natatoria hallada tras unas excavaciones arqueológicas en el año 2002. Tal y como asegura Ruiz, se conservan incluso las escaleras para bajar. “Suponemos que la parte de vestuario y las zonas de agua fría o caliente estarían en el interior de la manzana que no se excavó”, incide. El acceso a estas ruinas está abierto para los ciudadanos. El agente de seguridad de la puerta del comercio indica a los visitantes el acceso a las termas.
Para aquellos que busquen un emplazamiento donde alojarse durante su estancia en Córdoba, podrán acudir a varios hoteles que guardan yacimientos. Es el caso del Hotel Eurostars Conquistador. En este hospedaje se encuentran fragmentos de un mosaico romano policromado datado en la segunda mitad del siglo II o comienzos del siglo III, que corresponden a la orla y parte del campo, formando parte de una domus.
Además, los vestigios arqueológicos integrados en el Salón Almanzor del hotel fueron excavados en 1998 y corresponden a uno de los tres lavatorios o pabellones de abluciones pertenecientes a la mezquita aljama de Córdoba. Así se explica desde la información que figura junto a las ruinas. El lavatorio está destinado en la religión islámica a la realización de la ablución menor que suprime el estado de impureza ritual leve. Esta permite al musulmán alcanzar el estado de pureza ritual necesario para la oración en la Mezquita. Fue construido por Almanzor, inaugurándose en 999-1000 de la era cristiana (siglo X).
Otro ejemplo llamativo es el Hospes Palacio del Bailío. Ubicado en pleno corazón histórico de la ciudad califal, el establecimiento está declarado Bien de Interés Cultural en la categoría Monumento en el año 1982.
Desde el hotel detallan la historia de varias de sus dependencias. En época romana la casa estaba situada en la zona más alta de la Córdoba antigua, cerca del foro romano. De aquellos tiempos se conservan restos que evocan a pobladores distinguidos y a una villa romana de postín. Estas ruinas se pueden contemplar desde su restaurante Arbequina.
Numerosas viviendas por la zona de Santa Rosa cobijan restos romanos pertenecientes a la antigua Villa Suburbana romana de Huerta de San Rafael, datada en los siglos II-III después de Cristo.
Entre 2003 y 2004, unos trabajos arqueológicos realizados en el número cuatro de la calle Algarrobo exhumaron parte de una gran villa suburbana. Excavaciones posteriores permitieron documentar otro sector septentrional del mismo conjunto con diversas dependencias distribuidas alrededor de un peristilo pavimentado con mosaicos decorados con motivos geométricos, y presidido por un estanque octogonal, tal y como figura en la explicación de algunos edificios de la barriada.
La investigadora también menciona unas cloacas romanas con una monumentalidad poco frecuente para ese tipo de infraestructuras que se encuentran ubicadas en las cocheras de un bloque de vecinos de Ciudad Jardín, por lo que el acceso es más complicado.
Rodeada de una muralla
Tal y como ha informado la investigadora Ana Ruiz, Córdoba cuenta con una muralla romana de época republicana datada en el tiempo en el que se funda la ciudad, a mediados del siglo II antes de Cristo Esta estructura circundaba unas 40 hectáreas. Realizada en piedra con grandes sillares de gran tamaño, la muralla cuenta con reformas posteriores, dado que se mantuvieron durante varios siglos después.
En la actualidad, varios tramos de esta muralla recorren el Centro y el Casco Histórico de Córdoba. Así lo explica Ruiz, quien asegura que muchos interiores de la avenida de Ronda de los Tejares y Plaza de Colón, “en prácticamente todos los edificios, en el sótano o el parking de cocheras, hay conservado lienzo de la muralla norte de Córdoba”.
Quien decida ir a tomarse un café sobre restos de estas antiguas ruinas romanas, lo podrá hacer en la cafetería Roldán de Puerta Gallegos. Fue en junio del 2000 cuando se descubre el tramo de la muralla a esta altura del Paseo de la Victoria. Los restos puestos al descubierto fechan del siglo II a. C., momento de la fundación de la ciudad por el gobernador Claudio Marcelo, según la explicación que cuelga en una esquina del local.
La cafetería se sitúa en lo que sería el sector noroccidental de la ciudad romana amurallada, muy próximo a uno de los principales ingresos de esta muralla, la actual Puerta Gallegos. De ella partiría uno de los ejes principales del trazado ortogonal romano, el eje este-oeste que enlazaría con la parte oriental de la muralla, entorno a la actual Plaza del Salvador, próximo al Ayuntamiento de Córdoba.
La sede de Cajasur en Gran Capitán también conserva restos de esta estructura. Parte de la muralla occidental sigue en el Parking Mezquita y la profesora Ruiz comenta que en este emplazamiento hay ruinas que reproducen las “raíces de Córdoba”, ya que tienen restos de época tardoromana, islámica, medieval cristiana y moderna. Además, en el interior del parking se conservan restos del Alcázar Andalusí que ocuparían emires y califas por su cercanía a la Mezquita.
En la calle Alfaros, en el estudio de arquitectura e interiorismo Gómez y Rivero, una de sus propietarias, Adriana Rivero muestra parte de la antigua muralla que conserva en su interior. Los restos acogen distintas épocas, de manera que “la parte baja, la que tiene los sillares más grandes, es del época romana del siglo II antes de Cristo y poco a poco hacia arriba, va entrando piedra más pequeña y ladrillo, mezclado en la época árabe y del siglo XIX y XX”.
Este espacio, además de estudio de arquitectura, también acogen apartamentos turísticos y algunas de las habitaciones incluso tienen parte de la muralla en su interior, pudiendo convivir al lado de un elemento con siglos de historia.
También te puede interesar