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En Córdoba, el #QuédateEnCasa se cumple, o al menos así parece ser si se observan las calles vacías de la ciudad. La ciudadanía cordobesa está siendo responsable durante el estado de alarma, aunque para algunas personas las ganas de salir vayan más allá y se conviertan, en muchos casos, en una necesidad. Así ocurre en las familias de menores con autismo, síndrome de Asperger y otros trastornos del neurodesarrollo o la conducta, para quienes dar un paseo es todo un alivio.
Ante este panorama, los menores con trastornos de la conducta diagnosticados médicamente podrán salir a la calle acompañados de algún familiar mientras transcurre el estado de alarma generado por la pandemia de coronavirus en España. La instrucción ya está en manos de los subdelegados del Gobierno en Andalucía y los responsables de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Para ello, los familiares deberán llevar consigo la tarjeta de discapacidad y seguir las instrucciones y recomendaciones sanitarias, sin que con ello puedan permanecer en parques y zonas de juegos infantiles que, además, en su mayoría se encuentran cerrados.
El presidente de Autismo Córdoba, Antonio Ruiz, aconseja que las salidas se realicen con prudencia y solo en los casos que realmente lo requieran, pues asegura que "puede ser peor" tener que afrontar un contagio. Aún así, Ruiz expresa que la noticia ha sido bien acogida por las familias, ya que "hay niños que necesitan físicamente desahogarse, moverse e ir al exterior y no poder hacerlo les genera un estrés que puede desencadenar en una crisis, que en algunos casos llega con agresividad", explica.
En Córdoba hay aproximadamente 250 familias en la asociación y, hasta ahora, la mayoría se mantiene realizando sus terapias a través de asistencia telemática, una iniciativa que, aunque forzada por la situación, está resultando ser una buena experiencia para los menores.
Todas las terapeutas, desde casa, se ponen en contacto con las familias, hacen seguimiento de los niños, resuelven problemas y proponen actividades personalizadas para mantenerse ocupados. "Estamos teniendo una buena aceptación, a los niños les está gustando mucho poder ver a su terapeuta de siempre por videoconferencia y la experiencia está siendo positiva", afirma Ruiz.
Esta situación sobrevenida ha pillado a Autismo Córdoba, como a otros muchos, sin una preparación. Sin embargo, desde la asociación han ido buscando remedios. Algunos terapeutas no tenían acceso a un ordenador y han tenido que adaptar los recursos para lograr que todos tengan correo electrónico para enviar material a las familias. De esto, Ruiz destaca la comprensión y colaboración de los trabajadores, incluso haciendo uso de sus propios medios para ayudar a las familias.
Las recomendaciones de la asociación durante el aislamiento social es que los padres mantengan a los niños ocupados, en la medida de lo posible, con su propia rutina para que no cojan malos hábitos. Además, Autismo Córdoba pide que colaboren en las labores del hogar, una actividad que está resultando ser todo un descubrimiento de nuevas habilidades para estos menores.
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