Coronavirus en Córdoba: Los municipios con casos aislados empiezan a vencer el covid-19
Localidades que registraron contagios como Villanueva de Córdoba, Espejo, Villa del Río o Cañete de las Torres están ahora 'limpios'
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Una sensación de esperanza empieza a recorrer la provincia. El coronavirus, que ha segado 70 vidas, recluido a decenas de miles de personas en casa, paralizado negocios, suspendido clases y aniquilado la vida social y civil de todos, empieza a replegarse. Y, después de semanas en que los titulares eran los contagios que atemorizaban a los pueblos, ha llegado el momento de dar la noticia contraria: la de las curaciones. Y Villanueva de Córdoba, Espejo, Villa del Río o Cañete de las Torres, que entraron en la lista de municipios contagiados con casos activos aislados, ya han salido de este registro.
Así que cunde el optimismo aunque, como advierte la alcaldesa jarota, Dolores Sánchez (PP), "hay que llevarlo con calma, no se puede bajar la guardia". En Villanueva de Córdoba llegó a haber dos contagios, uno de ellos una enfermera del Hospital Valle de Los Pedroches de Pozoblanco. Las puertas de las casas se cerraron, los bares bajaron las persianas y salir a la calle se convirtió en una anomalía. Sanados los dos vecinos, hace días que los jarotes respiran con un poco de alivio, más aún después de que todos los mayores de las dos residencias de la localidad y los usuarios de los tres centros que gestiona Promi hayan dado negativo en los test masivos realizados en las últimas horas. "Llegamos a tener una docena de casos sospechosos, y todos han quedado descartados", se reafirma Sánchez con algo de tranquilidad.
Los estragos del SARS-Cov-2, sin embargo, continúan en la localidad de Los Pedroches, de 8.700 habitantes, que acaba de suspender la romería de la Virgen de Luna y la llamada Feria Chica. El traslado de la Virgen se realizará de manera discreta y privará a los devotos de la experiencia única de atravesar la dehesa en primavera, que ahora se ha vuelto lejana, casi inalcanzable, parapetada tras los tradicionales muros de piedra que ahora parecen murallas. "Es el lunes de Pentecostés y coincide con El Rocío, que lleva muchos días cancelado, así que los vecinos se habían hecho a la idea", asume Sánchez. Villanueva pone ahora todo su esfuerzo en una reconstrucción que será dura: "Algunos de los negocios que cerraron hace un mes no van a poder remontar, y ahí se va a centrar todo nuestro esfuerzo", intenta calmar. El Ayuntamiento jarote, por lo pronto, plantea una modificación presupuestaria que incluirá ayudas a los más damnificados.
En Villa del Río, de 7.200 habitantes, hace más de una semana que se dio por superado el único caso de coronavirus detectado. Es, por tanto, otro municipio curado. En los polígonos industriales vuelve a haber actividad desde el pasado lunes, sobre todo en aquellas fábricas de mobiliario y tapicería que ofrecen venta por internet. "En la anterior crisis económica lo pasamos muy mal, pero confío en la fuerza de mis vecinos para salir adelante", afirma con rotundidad el alcalde, Emilio Monterroso (PSOE).
La localidad ya anunció la cancelación de la bajada extraordinaria de la Virgen de la Estrella, la patrona, y tampoco celebrará Cruces de Mayo ni las fiestas de San Isidro. Y no ha habido lamentos por parte de los villarrenses, agradece el primer edil. "Todo el mundo se está portando divinamente bien, salvo los cuatro bandidos de siempre que han sido denunciados", avisa el regidor con rectitud. El Ayuntamiento plantea también planes de apoyo a los autónomos, que constituyen el principal motor económico de esta localidad limítrofe con Jaén que ha sabido plantar cara al covid-19. Su último mensaje es de aliento: "Paciencia y fuerza".
En Espejo, el único vecino diagnosticado de coronavirus se encuentra plenamente recuperado e, incluso, se ha reincorporado a su puesto de trabajo, explica el alcalde, Florentino Santos (PSOE), quien insiste en la "normalidad" con la que todo este proceso se está viviendo en el municipio de la Campiña Este, de 3.400 habitantes. Los agricultores, motor económico de la localidad, han seguido en el tajo con normalidad, con una "entrega admirable" para ayudar a superar la situación, y se han reinventado ofreciendo un rostro inédito a los mandos de los tractores solidarios. Serán sin duda uno de los símbolos de esta crisis sanitaria, económica y social que ha confinado la primavera de 2020 en los hogares.
También Cañete de las Torre, de unos 3.000 habitantes, es un municipio curado. Llegó a tener un caso activo de SARS-Cov-2, ya superado. "Esto no quiere decir que hayamos relajado las medidas, sino todo lo contrario", advierte el alcalde, Félix Romero (PP). "Nos enfrentamos a un problema para el que no se puede tener una visión localista", reflexiona el primer edil.
Su última medida es de sobra conocida: la adquisición de termómetros láser para medir la temperatura de los vecinos en los espacios públicos, una labor que desde hace varias jornadas desarrollan voluntarios de Protección Civil a demanda de los propios cañeteros. El Ayuntamiento también ha comprometido medidas para los autónomos y, para animar el confinamiento de los mayores que viven solos, está entregando kits de entretenimiento, con pasatiempos, crucigramas o puzzles.
Algo de luz en Belmez
Belmez, de 2.900 habitantes, ha sido un municipio duramente golpeado por la pandemia. Llegó a tener seis casos y sufrió la primera muerte en Córdoba, la de Antonio Murillo, de 87 años, un minero retirado que cayó enfermo junto a su mujer, ya recuperada después de días de durísima soledad en el Hospital de Los Pedroches. La historia estremeció a la provincia el 20 de marzo. Ha sido un mes de puertas cerradas en la localidad del Alto Guadiato, que contuvo la respiración y ahora empieza a recuperar el ritmo con algo de alivio, aunque todavía no le ha ganado la batalla al virus. Los test rápidos masivos han permitido que aflore un caso que permanecía oculto en la residencia, como ha comunicado la propia parroquia de Nuestra Señora de la Anunciación.
La mejoría -solo hay este caso activo- ha llevado a cierta relajación entre parte del vecindario, una minoría, y a principios de semana la Policía Local emitió un comunicado en Facebook advirtiendo de que las visitas a familiares y conocidos siguen completamente prohibidas, como insiste el alcalde, José Porras, aunque aclara que se trata de casos aislados. Por la mañana abren los comercios de alimentación y los establecimientos de servicios esenciales, como las farmacias. Pero, al llegar la tarde, las calles son "un desierto", sin más vida que la de los tractores que desinfectan las calles.
La Guardia Civi está al acecho y ha puesto seis denuncias por desobediencia a la autoridad e incumplimiento de las normas de aislamiento obligatorias por el estado de alarma. El caso más grave es el de un vecino de unos 60 años que ha sido interceptado tres veces seguidos por salir a la calle "sin motivo alguno". "Anda como le da la gana y ha sido advertido de que, la próxima vez, será detenido", avisa con dureza el regidor mientras la primavera avanza inalcanzable, con sus lluvias de abril que humedecen los balcones y sus campos de flores inalcanzables.
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