Corrales de vecinos en Córdoba: los hermanos de los Patios

Patrimonio

El Casco Histórico aún atesora verdaderas joyas arquitectónicas en forma de corrales de vecinos, a pesar de que muchos se han ido perdiendo con los años y otros son ya casas-patio

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La Posada del Potro, ejemplo de corral de vecinos cordobés.
La Posada del Potro, ejemplo de corral de vecinos cordobés. / Juan Ayala

Sentencia el profesor universitario Guillermo Luis López Merino, en su obra La arquitectura vernácula en el sur peninsular español: el caso de Córdoba y sus olvidados corrales de vecinos que "el modelo arquitectónico del corral de vecinos -corrala si se tratara de Madrid- se basa en las denominadas casas-corredor: bloque residencial en el que existen viviendas interiores de pequeñas dimensiones cuyo acceso e iluminación se realiza desde un patio interior a través de corredores perimetrales. El corral de vecinos, cuya máxima representación en Córdoba la tiene la Posada del Potro, es algo así como el más afamado representante de estos los hermanos de los Patios.

Igualmente, López Merino, detalla que el modelo arquitectónico de las casas-corredor "proviene de la fusión de dos líneas evolutivas: la casa-patio romana, a la que debe su organización formal y funcional; y el adarve musulmán, del que toma el modo de vida comunitario".

Con el paso del tiempo, la mayor parte de las casas de vecinos y corrales han sido destruidos o se han convertido en viviendas unifamiliares. El profesor insiste en que, sin duda, son la casa-patio y la casa de vecinos los tipos de vivienda con patio más reconocibles y reconocidos en el conjunto histórico de Córdoba. "Este hecho se debe probablemente a su presencia habitual en el Concurso de Patios celebrado cada año el mes de mayo, que permite visitarlos libremente. No obstante, el urbanismo de la ciudad también se ha visto enriquecido por la casa-corredor, no siendo pocos los ejemplos que podemos encontrar hoy día repartidos por todo el conjunto histórico", matiza.

Barrio de San Francisco-San Nicolás de la Axerquía

López Merino insiste en que a pesar de que la mayor parte de las casas-corredor conservadas en la ciudad son posteriores al siglo XVIII, existen algunos ejemplos anteriores a estas fechas. "El paradigma en Córdoba de este tipo de arquitectura es la conocida Posada del Potro, antiguo Mesón del Potro, cuyo origen remonta a los siglos XIV o XV, y que tuvo una enorme popularidad durante el XVI", relata.

Este corral de vecinos se localiza en la antigua collación o barrio de San Nicolás de la Axerquía, siendo de los más viejos de Andalucía, pues conserva casi intacta la morfología de su parcela, con tan sólo la pérdida de dos o tres habitaciones englobadas por casas adyacentes. El inmueble reproduce una estructura típica de corral: patio rectangular empedrado con guijarro cordobés y una escalera para subir a un corredor voladizo compuesto por maderos horizontales sobre los que se sitúan otros verticales de forma irregular, así como una baranda. En la planta alta se disponen las antiguas habitaciones, y en la baja las cuadras.

"Fue salvado de la piqueta por el Ayuntamiento en 1972, pero en las inmediaciones de la calle del Potro se situaron otras casas-corredor que no corrieron la misma suerte, como el antiguo mesón de la Paja, cuyo origen es anterior al siglo XIV", anota.

San Juan de Palomares, 11.
San Juan de Palomares, 11. / Juan Ayala

Barrio de Santiago

De época moderna es la interesante casa-corredor que actualmente forma parte del convento de Santa Cruz (Agustín Moreno, 6), en el barrio de Santiago. Este edificio fue fundado hacia el siglo XV por Pedro de los Ríos (señor de Fernán Núñez) y su esposa Teresa Zurita mediante la progresiva anexión de diversas

edificaciones. Durante este proceso quedó integrado en la parte este del mismo un antiguo corral de vecinos conocido como la casa del Patio de Triana. Gracias a la lectura paramental realizada por el arqueólogo Giuseppe Palmieri se pudo fechar la estructura en torno al siglo XVI. A pocos metros, en la calle Barrionuevo, 10 se encuentra de los corrales más peculiares estructuralmente, construido en 1908.

Barrio de San Pedro

En este barrio se localiza un interesante conjunto formado por tres corrales de finales del XIX y principios del XX, situados entre la calle Isabel II y la plaza San Eloy. El más sobresaliente es el del número 7 de la plaza San Eloy, organizado en dos plantas cuyas viviendas se disponen en torno a un patio-calle con galerías

laterales, escaleras recayentes a estas y patinillos de luces.

Barrio de San Andrés-San Pablo

En la calle Diego Méndez, 11, entre el barrio de San Andrés y el de La Magdalena, se sitúa otro corral de finales del XVIII y principios del XIX, que cumple morfológicamente las características de una casa-corredor. Su aspecto actual es consecuencia de una reforma llevada a cabo en pleno siglo XX por la empresa municipal Vimcorsa. Durante la rehabilitación se conservó la estructura original del siglo XIX, destacando la galería volada dispuesta en dos frentes del patio, cuyo enfoscado blanco contrasta con las puertas, canalones y otros elementos pintados en verde y rojo inglés.

En la calle Pedro Verdugo, 8, lindando con el barrio de San Lorenzo, se emplaza otra antigua casa-corredor del siglo XIX, actual vivienda unifamiliar, que ha sufrido varias reformas a lo largo de su historia: fue orfanato de monjas clarisas, y hasta los años 70 llegaron a residir siete familias. Conserva la estructura original con vigas de madera en los forjados, que apoyan sobre soportes de hierro fundido y galería a modo de corral en planta alta. Se accede al patio a través de un zaguán con techos de bóvedas encaladas, tras sobrepasar una antigua reja de hierro forjado del XIX. El patio, de reducidas dimensiones, alberga un pozo encalado y repite el característico pavimento a base de chino cordobés.

Pedro Verdugo, 8.
Pedro Verdugo, 8. / Juan Ayala

Barrio de Santa Marina-San Agustín

A escasos metros del antiguo convento de San Agustín, en la calle Ocaña, 4, se sitúa la actual Taberna Rincón de las Beatillas. Si bien su origen remonta al siglo XVIII. Su aspecto actual se debe a profundas reformas acometidas a partir de 1930. A principios del siglo XX fue una piconería donde se vendía carbón vegetal para los braseros, después bodega, y más tarde taberna, con distintas denominaciones.

En pleno siglo XIX se erige el corral de la calle Moriscos, 5. Este edificio ofrece enormes interrogantes, pues su estado actual difiere completamente del aspecto con el que se concibió. En 1940, cuando ya era vivienda unifamiliar, fue reformada de forma integral por su propietario, que era arquitecto, quien adecuó la antigua “casa de vecinos” originaria, a su gusto personal, añadiendo elementos que le confirieron un aspecto similar al Corral de las Beatillas.

A pocos metros, en la calle Valencia, 6, se encuentra otro antiguo corral, actual vivienda unifamiliar, construido durante el siglo XIX. Su elemento más característico es la galería volada de la planta alta, realizada en madera, a la que se accedía a través de una escalera descubierta adosada a medianera. Y ya de principios del siglo XX es la actual casa-patio de Juan Rufo, 23, antes casa de vecinos, que conserva la estructura de corral, compuesta por una galería perimetral de pilares de fundición en planta baja y acristalada en planta alta.

Barrio de San Lorenzo

En la calle Humosa y lindando con el barrio de San Agustín, se conservan dos interesantes corrales construidos entre los siglos XVIII y XIX. El situado en el número 9 continúa siendo plurifamiliar (seis viviendas), y se estructura en dos plantas en torno a un patio central, con galería porticada de madera en tan sólo uno de sus frentes. El ubicado en el número 5 es también una casa de vecinos (cinco viviendas), aunque con origen en una casa-patio unifamiliar.

Del siglo XIX es otro corral situado en la calle San Juan de Palomares, 11 donde antaño vivían tres familias. En el año 2010 fue rehabilitado por la empresa municipal Vimcorsa. Posee dos plantas con escalera exterior que da acceso a una galería de reducido recorrido desde la que se accede a las habitaciones superiores. En el centro destaca un patio que comunica directamente con la calle, donde se sitúa un antiguo lavadero con pila y pozo. La sencilla fachada actúa como casa-tapón; la cubierta es inclinada de teja cerámica árabe y el pavimento, de chino cordobés.

Postrera, 28.
Postrera, 28. / Juan Ayala

Barrio de San Basilio

El barrio de San Basilio, poseedor de algunos de los patios más célebres del concurso celebrado en mayo, también conserva algún interesante corral de vecinos. Del siglo XIX es la actual casa-patio situada en la calle Postrera, 28, donde antaño vivieron tres familias. Posee muros de ladrillo y tapial organizados en torno a un patio con acceso desde la calle a través de zaguán. En la segunda planta se observa una galería de madera reducida a su mínima expresión. En la fachada domina el macizo sobre el hueco, destacando una sencilla portada de ladrillo adintelada. La cubierta repite la estructura inclinada a base de teja cerámica árabe, así como la solería con chino.

Corrales de nueva construcción

La tipología de casa-corredor aún se sigue desarrollando en proyectos de nueva construcción. Por ejemplo, el corral de vecinos de la calle Rivas y Palma, 8 (1970) (en el barrio de San Lorenzo); la vivienda de la calle Postrera, 47 (1991) (en el barrio de San Basilio) el corral de la calle La Palma, 13 (1995) (en el barrio de San Pedro); los complejos de apartamentos de plaza de la Magdalena, 13 (en el barrio de La Magdalena)

o María Auxiliadora, 17 (2013) (en el barrio de San Lorenzo).

Entre los últimos proyectos destaca el de plaza de San Nicolás, 2 (en el barrio de La Trinidad), antigua casa solariega transformada durante el siglo XIX para su adaptación a sede de una compañía minera. Se distribuye en torno a cuatro patios entre los que destaca el principal, cuyo aspecto se debe a una profunda reforma llevada a cabo en el año 2012, con galerías en todo su perímetro a base de columnas de fundición que dan acceso a las distintas viviendas.

Además, en la primera mitad del siglo XX edificaron corrales mucho más complejos (Barrionuevo,10 y en la avenida de Cádiz), que reinterpretan la estructura más clásica de la casa-corredor . En los albores del siglo XXI se acude de nuevo a esta tipología para la construcción de viviendas colectivas (Postrera, 47; Plaza de la Magdalena, 13; Plaza de San Nicolás, 2; y María Auxiliadora, 17) rescatando la galería como elemento vertebrador del espacio, pero utilizando nuevos materiales que permiten adecuar el modo de vida comunitario a los nuevos tiempos. Curiosamente, estos nuevos “corrales” se sitúan también en su mayoría en los barrios de la Axerquía.

"En las últimas décadas estamos asistiendo a un cambio de propiedad en muchas de las antiguas casas de vecinos y corrales, los cuales son ahora viviendas unifamiliares, o bien se encuentran ocupadas por varias

familias en régimen de alquiler. No obstante, la pervivencia de esta tipología edilicia demuestra la importancia de la casa-corredor en la configuración urbanística de Córdoba, al igual que en el resto de España", sentencia López Merino.

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