Cosas de la música
Loco por la música
España es un país rico culturalmente hablando, pero sin embargo no los es en instituciones que aborden y valoren en su justa medida el desarrollo cultural y artístico

Expresiones como “nunca hemos estado a un nivel tan alto: músicos y directores españoles en las mejores orquestas del mundo”, “ahora nos encontramos ante la mejor generación de músicos de la historia” o “es fantástico. Si observas la escena de la música internacional encuentras músicos españoles en las mejores posiciones”. Son enunciados que se escuchan con frecuencia cada vez más tanto en España como en el mundo aludiendo a la cantidad y relevancia de intérpretes españoles.
Pero nada de esto es gratuito, ni casual. Pese a los inconvenientes, las críticas, las malas artes, la desidia de algunos y la incomprensión de otros, los músicos españoles y los que han sido educados aquí, llevan muy en alto su arte donde quiera que se presentan. Uno de los problemas que con mayor acritud enfrentan en España los estudiantes de música cuando terminan sus estudios es cuál va a ser su futuro profesional.
Para nadie es un secreto que España es un país rico culturalmente hablando, pero sin embargo, no lo es en instituciones que aborden y valoren en su justa medida el desarrollo cultural y artístico.
Como se ha comprobado en muchos casos, muchos de los alumnos que tienen un interés en hacer su vida musical de forma activa al terminar sus estudios superiores, emigran a países de nuestro entorno como Alemania, Francia o Reino Unido y a otros no tan cercanos como EEUU, México, China o Sudáfrica, pues es allí donde encuentran con mucha más facilidad los puestos de trabajo que les pueden hacer vivir de su instrumento y disfrutar los réditos de la carrera que con tanto ahínco y esfuerzo han terminado, y a la que tanto tiempo han dedicado.
Nuestro país tiene el orgullo de que músicos, educados musicalmente hablando en gran parte de su carrera en centros españoles, hoy estén o hayan estado en orquestas como la Ópera de Sofía en Bulgaria, la Filarmónica de Berlín, la Concertgebouw de Ámsterdam, la Orquesta de Lieja en Bélgica, la Orquesta de Marsella, la Orquesta del Teatro Lírico de Cagliari, la Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera, la Sinfónica de Londres, la Filarmónica de Nueva York, entre muchas otras de otras latitudes donde su nivel como intérpretes y docentes es reconocido y bien valorado.
Por suerte, no solo relumbran nuestros músicos dentro de las agrupaciones, también en el papel de solistas. Nombres como los de los violonchelistas Asier Polo y Pablo Fernández, los cantantes líricos Carmen Solís (soprano), Celso Albelo (tenor), Juan Jesús Rodríguez (barítono) y Xavier Sabata y Carlos Mena (contratenores), el clarinetista Pablo Barragán, el guitarrista Pablo Villegas, la violinista Leticia Moreno, los pianistas Javier Perianes, Judith Jáuregui y Antonio Méndez y, por último, los directores de orquesta Pablo Heras-Casado y Juanjo Mena, son algunos de los nombres algo menos conocidos, junto a agrupaciones como La Ritirata o Forma Antiqva, que tienen un altísimo reconocimiento internacional y son digno del orgullo y ejemplo para los recién graduados y aspirantes a vivir de su carrera musical.
Volviendo a las agrupaciones, es incuestionable que existen orquestas de primer nivel internacional aquí en España como la Nacional de España, la Orquesta de Radio Televisión Española, la de la Comunidad de Madrid y del Teatro Real, la Orquesta de Barcelona y Cataluña o la del Palau de L’Arts en Valencia, entre otras.
Innegable es también que existen agrupaciones bandísticas de primer nivel como la Banda Municipal de Madrid, la de Barcelona, Valencia, Santander, Bilbao, etc., pero también es incontestable que existen otras agrupaciones a las cuales no se les presta la atención debida, a pesar del reconocimiento internacional que tienen, o no tienen el cuidado y el mantenimiento que la cultura más autóctona requiere.
Es curiosa y específicamente en las bandas de música, la agrupación musical más cercana al pueblo por sus características y repertorio, donde encontramos algunas con nombres rimbombantes y sonoros que en realidad tienen muy pocos músicos y sus posibilidades de hacer un repertorio acorde al nombre que llevan es casi imposible.
Como ya hemos visto, España tiene instrumentistas de toda índole, de todas las familias, de cuerda, de viento, de percusión, cantantes y directores que hoy se encuentran ocupando plazas en agrupaciones de primerísimo nivel y presentándose en los mejores escenarios y más reconocidos del mundo y que solo vienen de cuando en cuando a España. La mayoría de las veces por una invitación de algún centro de enseñanza o profesor amigo, y constatan que su decisión de emigrar fue la más correcta pues las ofertas de puestos en agrupaciones es cada vez menor y las posibilidades de compaginar la docencia con la interpretación de forma activa están castradas por el sistema que no comprende que “hacer es la mejor manera de decir”.
Un músico en activo es una herramienta muy eficaz para engrosar y aumentar el nivel de las enseñanzas musicales, como sucede en otras carreras o especialidades donde se permite que personas en activo ejerzan de docentes aprovechando su actividad práctica diaria.
Somos conscientes de que la situación actual no es la más idónea para pedir o reclamar una mayor atención a estos temas, pero creemos a conciencia que es necesario que, quien corresponda, comprenda y asimile que la música y el arte en general son unos medios de entendimiento y de interrelación social muy fuertes si reconocemos sus condiciones, capacidades, idiosincrasia y riqueza vital.
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