Editorial
Una legislatura fallida
Infraestructuras La reurbanización de la 'zona noble' del Centro
Después de meses de debate y de desencuentros entre el Ayuntamiento y los comerciantes, la reforma para restringir el tráfico rodado en la calle Cruz Conde, uno de los proyectos más emblemáticos del equipo de gobierno, comenzará finalmente a mediados del mes de octubre. Así lo avanzó ayer el presidente de la Gerencia de Urbanismo, Francisco Tejada (IU), después de que la junta de gobierno local aprobara solicitar el coste de la intervención -valorada en 1,7 millones- al Programa de Transición al Empleo de la Junta de Andalucía (Proteja).
La intervención en la céntrica arteria se realizará por fases y tendrá un plazo de ejecución de siete meses, por lo que finalizará a un mes de las elecciones municipales. El proyecto definitivo que ayer recibió el visto bueno sigue las líneas ya adelantadas por el Consistorio, con un carril central que permitirá el paso del transporte público y de vehículos de residentes desde la plaza de Las Tendillas hasta la avenida Ronda de los Tejares. Esta idea choca frontalmente con la propuesta del comercio, que siempre ha defendido una peatonalización total del entorno.
Fuera de polémicas, la iniciativa "satisface la necesidad de definir un nuevo espacio público, accesible y con una mayor calidad ambiental y supondrá un incentivo para el uso comercial de la calle y el fomento de los desplazamientos a pie", defendió Tejada. La previsión del Consistorio es que la circulación se reduzca en un 80%, al pasar de los 6.000 vehículos que en la actualidad atraviesan Cruz Conde cada día a apenas 700 cuando finalicen las obras. Sólo los residentes de las calles Málaga y Sevilla y los usuarios de los aparcamientos públicos de la zona tendrán acceso a Cruz Conde, lo que significará "reducir el tráfico de una manera muy considerable".
El proyecto técnico plantea una pavimentación tradicional de calles comerciales en plataforma única -es decir, al mismo nivel para peatones y coches-, similar al tratamiento realizado en la calle Jesús y María. Tejada avanzó que esto permitirá "tomar otras decisiones en el futuro" distintas a la semipeatonalización que ahora se plantea debido a que "en este momento no es factible cerrar el tráfico totalmente".
Como curiosidad, para la pavimentación se emplearán losas de granito de diferentes colores y texturas, que dibujarán la huella de la antigua trama urbana previa a la alineación que supuso el trazado de esta vía. De esta manera se logrará "un diseño contemporáneo con un profundo significado histórico", dijo el concejal. Para enriquecer aún más esta idea, se recuperará la huella de las galerías del foro romano, una a la altura de la calle Pastores y otra entre Góngora y San Álvaro. Los accesos quedarán impresos en una solería de latón.
Aparte de la reducción del tráfico rodado, una de las novedades más significadas que plantea el proyecto técnico de la intervención es la colocación de árboles a lo largo de toda la sección de la vía, lo que supondrá una "considerable mejora ambiental". Esto permitirá, además, crear "dos amplios paseos peatonales y dos zonas de estancia", ubicadas en las intersección con San Álvaro y con la calle Góngora. En cuanto al mobiliario urbano, seguirá las características del colocado en el resto del conjunto histórico de Córdoba, "moderno y de calidad". También se incorporarán elementos singulares, algunos con juegos de agua, para refrescar el ambiente e "informar acerca del carácter histórico y cultural de la intervención", describió el responsable municipal de Urbanismo.
La calle José Cruz Conde completa la remodelación de uno de los ejes peatonales más amplios del conjunto histórico por su carácter comercial, cultural y turística. Este eje, que se inició con la restricción al tráfico en la calle Jesús y María, recorre la zona monumental de la ciudad de norte a sur y facilita la conexión del centro comercial con la nueva dotación de equipamientos que se están realizarán en la margen izquierda del río Guadalquivir, como el centro de creación contemporánea o el palacio de congresos. Tejada indicó que la reforma también pretende ampliar los flujos turísticos hasta la avenida Ronda de los Tejares, pues el paso de los visitantes se corta en la actualidad en Las Tendillas.
La reforma de José Cruz Conde es una de las obras más ambiciosas planteadas en la ciudad y, como tal, el Ayuntamiento está preparado para recibir todo tipo de críticas. Y, más aún, teniendo en cuenta que el nacimiento del proyecto no ha sido un camino de rosas por la oposición frontal de los comerciantes. Para paliar posibles inconvenientes, Tejada avanzó que se constituirá una comisión de seguimiento de las obras en el que participarán los minoristas con el objetivo de que "la reforma afecte lo menos posible al ámbito comercial".
El responsable municipal de Urbanismo reconoció que "cuando se realiza una obra afecta sin duda a la zona, pero cuando finaliza todo mejora considerablemente". Los comerciantes de la zona ya sufrieron hace un año las consecuencias de las obras para renovar la red de saneamiento, una intervención que coincidió con el periodo de rebajas de verano y suscitó numerosas críticas. Según la memoria del proyecto, la calle plantea un "conflicto funcional" entre la "potente actividad comercial y pública" y el "intenso tráfico rodado que soporta".
También te puede interesar
Lo último
Editorial
Una legislatura fallida
Brindis al sol
Alberto González Troyano
Razones de las lenguas
La tribuna
Infancia y emergencias
7 Comentarios