Daniel Broncano: "La Orquesta de Córdoba está en proceso de búsqueda de director y esperemos que se contrate para 2024-2025"
Entrevista al gerente de la Orquesta
El gestor cultural hace un balance muy positivo de esta temporada en la que la formación musical ha batido su récord histórico de actividades y ha recuperado público
"Hay que seguir demostrando el valor de la Orquesta de Córdoba para pedir más financiación"
Daniel Broncano (Orcera, Jaén, 1986) tomó las riendas de la Gerencia de la Orquesta de Córdoba hace un año tras una trayectoria de una década como gestor cultural y toda su vida dedicado a la música. Una vez finalizada la temporada de abono y a falta de varios conciertos extraordinarios, el gerente hace un balance muy positivo en un año en el que la formación musical ha batido su récord histórico de actividades y ha recuperado público. Ahora el principal reto es encontrar un nuevo director titular tras la salida de Carlos Domínguez-Nieto, un proceso que podría durar varias temporadas.
-¿Qué balance hace de la temporada a falta de los últimos conciertos que quedan fuera de abono?
-Este año se han hecho 12 conciertos de abono más cinco extraordinarios. En lo cuantitavo ha sido el año con más actividad de la historia de la Orquesta, con un total de 105 conciertos y actividades. Es el récord histórico en sus 30 años. Esto tiene que ver con que, además de los conciertos regulares, hemos hecho más salidas, una grabación con Fernando Velázquez, una recuperación histórica de una ópera... Y en cuanto al público, vamos a llegar a 54.474 espectadores. Esto es el récord de los últimos cinco años y el cuarto año con más público desde su creación. Después de haber pasado por una pandemia, esto es una buena señal de que la música tiene un papel relevante en el mundo. Como principal compañía de Córdoba de las artes escénicas y la música, porque lo somos, nuestro rol es ser prescriptores de los espectáculos en directo y de una música que no es mainstream. El hecho de que en la temporada 2022-2023 hayamos tenido un número de público muy alto viene a cumplir nuestra misión, que es hacer con la música que las personas se sientan mejor.
-Uno de los hitos de la Orquesta va a ser tocar con el famoso pianista chino Lang Lang en Madrid.
-Esta temporada quedaban tres conciertos: Uno de ellos con un grupo mexicano mariachi con el que hemos actuado este domingo en el Festival Icónica en Sevilla. Ese concierto se repetirá en el Teatro Monumental de Madrid y este lunes 3 de julio tocamos con Lang Lang en el Auditorio Nacional de Madrid. Creo que es el concierto con más relevancia de todo el año en cuanto a que es con un artista mundial que tiene una base de seguidores por todo el mundo. Es un concierto familiar porque es de canciones de Disney arregladas para piano y orquesta y cuenta con invitados como Sebastián Yatra. Ha sido bonito poder situar a la Orquesta en un evento musical nacional de primera. Es una música diferente a un concierto de los más convencionales o académicos, pero es que una orquesta es un instrumento súper versátil; es decir, que igual puede hacer las sinfonías de Beethoven, una gala con un grupo mariachi o este evento con Lang Lang. Va a ser un final de temporada muy bueno. Además, hacemos dos conciertos en el Festival de la Guitarra, uno de ellos homenaje a Manolo Sanlúcar en la Axerquía, y tenemos otras dos actuaciones por la provincia.
-El concierto con Lan Lang es un bombazo, ¿cómo se ha gestado?
-Por contactos. Yo conocía al mánager de Lang Lang en España y en cierto momento me consultó por la Orquesta. Originalmente iba a ser para un concierto en Sevilla y otro en Madrid, pero el de Sevilla no salió. Se trata de estar ojo avizor. La Orquesta tiene una función social que es contribuir al bienestar de las personas en Córdoba y Andalucía, y esto es desde tocar conciertos en el Gran Teatro a ir al hospital o hacer conciertos escolares. De igual forma, la Orquesta tiene que proyectar Córdoba fuera de Córdoba. El hecho de estar en el Auditorio Nacional en un evento con mucho destello y mucha influencia es otra función. Me refiero con esto a que los bombazos son importantes y los conciertos en una residencia para 30 personas también son un bombazo.
-¿Qué retos hay para la siguiente temporada?
-Después de la salida de quien era nuestro director musical y artístico, Carlos Domínguez-Nieto, ahora mismo hay una etapa nueva donde hay un proceso de búsqueda de nuevo director y esperemos que se contrate a alguien para 2024-2025. Es un proceso normal en todas las orquestas, que tienen periodos sin director o directora titular. Esto supone que aparecen más directores invitados. Cuando hay un director artístico, este dirige una parte de los conciertos y además interviene en el rumbo artístico y en programar. Cuando no lo hay, el resto de la organización asume ese rol. Es un periodo nuevo en el que hay que redefinir la misión de la Orquesta hacia un repertorio adaptado a nuestra plantilla -porque nosotros somos una orquesta sinfónica pequeña- y ser capaces de combinar el repertorio de Mozart, Beethoven, Schubert... con un repertorio innovador. Volver a encontrar nuestro ADN es muy importante, una línea de programación que se adapte a la configuración de la Orquesta sin por ello ser conservadora. Esto es un objetivo de la temporada que viene, que se va a presentar la semana del 18 de julio. Va a haber una artista residente, que es una instrumentista que va a venir varias veces al año y a la gente le va a encantar. Estoy muy ilusionado porque creo que va a ser una temporada maravillosa.
-Entonces, la próxima temporada 2023-2024 no va a haber director titular.
-No, pero como decía antes, esto es un proceso normal. Hay orquestas que se tiran uno, dos, tres o cuatro años sin director titular. Es algo habitual, pero creo que aquí no ha pasado y es la excepción. Por eso aquí hay esa percepción de que es falaz, mientras que es lo más normal en una orquesta. El ADN del grupo se mantiene en la orquesta. Quien gana los partidos no es el director, aunque sí contribuye y tiene un rol destacadísimo. Por eso, esa sensación de que la Orquesta está desmembrada no es así. La Orquesta puede tocar hasta sin director.
-¿Qué perfil de director se busca?
-Alguien que haga sonar a la Orquesta muy bien. Se busca a alguien que pueda sacar el máximo de la Orquesta, que pueda exprimir el potencial que tenemos de muchas maneras. Una en cuanto a sacar el mejor sonido posible, otra es conseguir propuestas artísticas disfrutables por muchos y, además, en este proceso es fundamental que haya un input directo. Esto quiere decir que quien contrata es el Consejo Rector teniendo en cuenta cuál ha sido la opinión de la Orquesta. Esta es una cuestión importante que va a cambiar. En el pasado se ha hecho simplemente sobre el papel, pero ahora se tendrá en cuenta cuál es la experiencia real de trabajo de un director o directora con la Orquesta. Esta es la forma en la que operan todas las orquestas. Si hace falta se invitará a más gente. Un director no deja de ser un artista que está en el escenario con otros artistas y ahí tienen que darse una serie de sinergias positivas. Y esas sinergias hay que comprobarlas. Esta es una primera fase, luego el Consejo Rector escogerá en base a otras muchas cuestiones estratégicas. El rol de director es súper complejo porque significa que tienes que ser un líder natural de muchas personas que tienen que coordinarse en directo ante el público. Es un liderazgo artístico porque tiene que tener una visión clara de cómo va a sonar la obra, planificación de los ensayos y el trabajo, liderazgo social porque la parte humana es importantísima, y luego tener una implicación del rumbo estratégico de la orquesta en su conjunto: qué hace falta hacer, para quien hace falta tocar, qué tipo de actividades se hacen...
-Los directores invitados que están viniendo son bastante jóvenes.
-Sí, hay una generación buenísima en España de directores que tienen entre 30 y 45 años. Ahora mismo hay un capital humano espectacular. Yo lo llamo la batuta millenial.
-La salida de Domínguez-Nieto ha sido muy áspera...
-Ha sido personalmente dura para todos e institucionalmente supone un reto, pero retos hay muchos y yo estoy aquí para trabajar en ellos.
-Ha habido cruce de acusaciones. ¿Ha afectado de alguna forma a la imagen de la Orquesta de Córdoba?
-Su salida se produjo por una pérdida de confianza del Consejo Rector, que es quien contrata, y nuestro rol es trabajar en restaurar la confianza del público en la Orquesta. Pero eso es lo que estamos consiguiendo desde hace 30 años y sigue manteniéndose ahora: agradecemos al público que siga con nosotros. La misión de la orquesta no es emplear a un gerente, a un director titular o a un oboísta. Las instituciones públicas y los patrocinadores ponen dinero para hacer música y que la disfrute el público. Esta misión está por encima de todos los que trabajamos para la Orquesta. No hay una cosa más grande que emocionar a la gente con los conciertos, por encima de todos los líos que haya o que deje de haber.
-Según las críticas, con Domínguez-Nieto la Orquesta de Córdoba había alcanzado un nivel muy bueno.
-Totalmente. Carlos, al que yo he mostrado mi agradecimiento en repetidas ocasiones y lo haré siempre en nombre del Consorcio Orquesta de Córdoba y personalmente porque lo he visto trabajar, ha sido un director extremadamente laborioso, extremadamente implicado y comprometido con su trabajo. Esto ha hecho implicarse a otros en esa medida y es una herencia muy positiva. En el pasado, la Orquesta también ha tenido otros directores muy buenos. Hay que destacar una cosa importante: un director es responsable de parte del éxito o del fracaso, pero no está solo; me refiero a que cuando una orquesta toca bien, quien toca bien es la orquesta.
-De todo lo que la Orquesta ha programado esta temporada, ¿qué ha sido lo más especial para usted?
-Un momento especial fue la actuación que hicieron como teloneros alumnos de sexto del colegio Los Califas el 13 y 14 de abril a través de un proyecto educativo de la música de Debussy. Varios instrumentistas de la Orquesta fueron al aula de música del centro para hacer un proceso de creación con ellos paralelo al que hizo Debussy con El Mar. Hay otro proyecto importante que saldrá a la luz en breve y es la grabación de música de John Barry con el compositor y director Fernando Velázquez. Y también ha sido muy bonita la recuperación de la ópera Gonzalo di Córdoba.
-Ahora que lleva un año en Córdoba, ¿cómo ha sido su acogida?
-Para mí Córdoba fue un descubrimiento. Yo la conocía de haber venido con la típica excursión de Segundo de ESO a ver la Mezquita y en esa época estás imbuido en un cóctel de hormonas que no ves nada. También vine a tocar al Gran Teatro con la Orquesta del Conservatorio Superior de Música de Madrid, pero fue una visita súper rápida. En el plano humano y social, para mí, viniendo de un pueblo pequeñito de Jaén, Córdoba es una ciudad súper abierta. La gente es muy afectuosa, cálida, cariñosa... Parece un tópico, pero cuando se viene de fuera llama mucho la atención. Hay una cuestión de fluidez social que para mí facilita el trabajo. La ciudad tiene un montón de posibilidades y para la Orquesta supone que nos queda mucho público al que llegar, muchísimos más jóvenes a los que llegar. Esto es una asignatura pendiente.
-¿Qué momento vive la Orquesta?
-Es la orquesta más eficiente de toda Andalucía con datos contrastados. Para el apoyo institucional que tiene es la que más rinde. El siguiente reto es tener un perfil artístico todavía más alto dentro y fuera de Córdoba. Creo que esta legislatura tendremos una sede de trabajo propia como es el Centro Osio, lo cual nos va a dar más libertad para ampliar nuestro proyecto socioeducativo y hacer otro tipo de actividades. Será una casa de ensayo y oficina, aunque se podrán dar pequeños eventos. A la vez, está habiendo audiciones, lo que quiere decir que justo en este momento empiezan a entrar instrumentistas jóvenes. Es un relevo que se da en una plantilla que está muy estable y acoplados unos a otros, como un banco de peces. El siguiente reto es que entren nuevos peces en el banco. No se trata solo de conseguir una persona que toque muy bien, sino de cómo se va a acoplar. Este año, por ejemplo, pueden llegar a entrar cinco personas nuevas en la sección de cuerda.
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