Daniel García-Pita Pemán en Córdoba: "Juzgar la historia 50 o 60 años después es muy complicado y, sobre todo, si se hace de mala fe"
Entrevista
El nieto de José María Pemán reivindica la figura su abuelo en el libro 'El caso Pemán, la condenación del recuerdo'
"Estaba escribiendo sobre Galicia, pero de repente apareció la Ley de Memoria Histórica de José Luis Rodríguez Zapatero y me sentó como un tiro". Así fue cómo a Daniel García-Pita, nieto de José María Pemán , le surgió la idea de escribir el libro El caso Pemán, la condenación del recuerdo, y del que ha conversado con el Día, tras su visita a Córdoba, en concreto al congreso internacional del San Ignacio de Loyola, en el que se ha representado la obra El Divino Impaciente, que escribió su abuelo.
Un texto, que por cierto, es "un símbolo", según ha expuesto porque nació "en una época en la que había una ola de anticlericalismo feroz en España, habían asesinado a monjas y a curas y habían quemado iglesias, la ley de congregaciones había privado a la Iglesia de sus escuelas, habían disuelto la Compañía de Jesús.. y todo esto tenía a los católicos asustados y necesitaba un símbolo".
Así, ha recordado que el Papa Pío XI dictó una encíclica "muy dura" y el que fuera luego el cardenal Herrera Oria, fundador del periódico El Debate en 1911, entendió que para ponerla en marcha era necesario un símbolo y se le ocurrió hablar con José María Pemán -su abuelo-, quien colaboraba en ese periódico con cuentos cortos,y comprendió que era la persona adecuada.
"El centro de la obra tenía que ser una manifestación de la iglesia militante, pero no pasiva, sino activa, la gente y eligió la Compañía de Jesús y a San Francisco Javier", ha indicado. Pues su abuelo, se encerró durante 22 días en el campo y escribió la obra. Nada más leerlo, en viaje de tren de vuelta a Sevilla desde Cádiz, el futuro cardenal Herrera Oria "le dijo que quería una exclusiva" de la misma.
El Divino Impaciente se estrenó en el Teatro Infanta Beatriz de Madrid en septiembre de 1933 y "fue un éxito impresionante porque era un símbolo y la gente no iba tanto a ver la obra, sino a manifestar, en el caso de los católicos que no estaban muertos; ese era el valor fundamental de la obra".
El caso Pemán, la condenación del recuerdo es su la última obra de García-Pita Pemán, en la que reivindica la figura de su abuelo y en la que intenta poner en evidencia la falsedad de las "acusaciones" de la ley de Memoria Histórica. "Me cabreó profundamente y me puso a analizar las acusaciones, y había algunas tan insólitas como que -su abuelo- había mandado matar a 400 jornaleros andaluces".
El libro tiene tres partes. En una de ellas explica quién era su abuelo en la literatura, "que era un orador muy brillante" y también en el ámbito político: "el fue siempre un monárquico acérrimo". Su nieto, insiste en que "no quiso ser ministro del gobierno de Franco; estuvo en una primera comisión de enseñanza pero en el año 1938 no quiso entrar porque no se fiaba mucho de Franco, como prometía, de que iba a traer al rey. Lo dejó y nunca más volvió a política".
En la segunda parte del libro, García-Pita Pemán explica lo que es la memoria histórica, "que tiene la definición de la damnatio memoriae, que es la condenación del recuerdo, es algo primitivo y que comienza en la Biblia".
"Zapatero sacó su ley llena de primitivismo porque hay cosas que no tienen el menor sentido", afirma contundente, al tiempo que se pregunta las razones por las que se tiene "quitar la placa de una casa donde nació un poeta, eso no tiene el menor sentido o cree que el pueblo es tonto?". Hace referencia, en este caso, a la retirada por parte un grupo de operarios municipales del busto su abuelo que, durante décadas, ha presidido el patio de entrada de la que fue su casa natal, en la calle Isabel la Católica en Cádiz, entre otros, en cumplimiento de la normativa.
La última y tercera parte de la obra del primer nieto de Pemán se centra en acusaciones concretas que se le hicieron del prolijo autor gaditano, "como homófobo, cuando serlo en Cádiz es imposible y es un sitio liberal por antonomasia". Otra de las acusaciones, sostiene, es que era "misógino, cuando abuelo fue el fundador de una de las primeras revistas femeninas de España, Ellas. Toda una serie de acusaciones que va desmontando una a una. "La ley de Zapatero es muy mala y la de Andalucía es más radical, sostiene.
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