Desescalada Córdoba: De compras en la temporada del coronavirus
Las prendas que se prueban y no se venden se mantienen 48 horas en cuarentena o se vaporizan a 90 grados hasta que vuelven a las perchas
Las tiendas cumplen con el protocolo de seguridad establecido para hacer frente al covid-19

Después de casi dos meses con las puertas cerradas por el coronavirus, las tiendas de ropa han comenzado a abrir sus puertas en Córdoba. Una apertura más que necesaria para este tipo de negocios –debido a las pérdidas acumuladas en todas estas semanas-, pero con cierta incertidumbre inicial por parte de la clientela. Dudas sobre la seguridad o limpieza de los probadores, dudas sobre qué pasa cuando alguien se prueba una prenda y no la compra finalmente, o ¿se puede devolver después de adquirirla? Una gran colección de inquietudes y preguntas en esta primera fase de la desescalada en Córdoba que el Día ha intentado resolver visitando algunas las tiendas de la zona Centro de la capital, y que siguen todos los protocolos sanitarios.
A la espera de que los establecimientos de la cadena que en su día creó Amancio Ortega y que ocupan buena parte de la superficie comercial de toda España y de que abran también los centros comerciales –una que vez que se supere esta primera fase- eso de irse de tiendas está acotado ahora mismo a establecimientos con menos de 400 metros cuadrados.
Una superficie que no rebasa gran parte de las tiendas del Centro y, aún menos, el de cercanía. Además, hay establecimientos que han decidido mantener el cierre hasta que avance un poco más la desescalada. A todo ello se suma el hecho de que toda la ropa que se pruebe una persona se tiene que desinfectar antes de volver a ponerla a la venta o guardarla durante, al menos, 48 horas.
Plancha a más de 90 grados
Eva Leiva tuvo que cerrar su tienda de ropa Ruval, ubicada en Cruz Conde, el pasado 13 de marzo con motivo de la declaración del estado de alarma y, por fin, esta semana ha levantado la persiana de su negocio. Cuenta que la clientela “llega sin miedo y disfrutando de la compra”. Algunas personas, anota, “no quieren probarse; se llevan la ropa a casa y ya está”.
En esta tienda los probadores están preparados para mantener la distancia social de seguridad y no hay ningún problema. Además, cuenta con gel hidroalcohólico para los clientes, un objeto que no falta en ninguna tienda. Pero, qué pasa si finalmente se descarta la compra, qué pasa con la ropa.
Pues Leiva cuenta que recibe las prendas y las somete a un proceso de plancha a vapor a más de 90 grados de temperatura, una medida que llevan a cabo numerosas tiendas y que está recomendado por la Organización Mundial de la Salud para eliminar todo rastro del covid-19 en la ropa. Es la misma operación que, por ejemplo, realiza cada vez que alguien toca alguna de las piezas que se pueden adquirir en su local.
Lo primero que puede encontrar nada más entrar en la entrada de Pink Zapo, una zapatería situada en la calle Morería, es una mesa con una caja de guantes y gel higienizante, imprescindible usarlo para acceder. Este establecimiento cuenta, además, con varios mullidos asientos para poder sentarse a la hora de probarse cualquier zapato y que, cada vez que se utilizan, se desinfectan, según cuenta Laura Cejudo, una de las empleadas.
Y, claro para comprar un par de zapatos hay que probárselos antes para comprobar que sientan bien y no nos hacen daño por ningún lado. Para ello, se ofrece el socorrido plástico para los pies –algo que ya se utilizaba antes del covid-19-. Hasta aquí todo correcto y si decidimos comprarlos, pues no hay problema alguno. Pero, ¿qué pasa si no nos gustan o no estamos del todo convencidos? Pues, antes de volver a ponerse a la venta, “se desinfecta con un spray para el calzado”, detalla Cejudo.
También en la calle Morería se encuentra El espejo te dice guapa, una tienda de ropa femenina casual, fiesta y accesorios. Las hermanas Aurora y María José López son las responsables de este coqueto establecimiento, que han vuelto a subir la persiana, aunque con horario reducido.
Nada más acceder, han dispuesto para sus clientes guantes, mascarilla y gel hidroalcohólico. “Es un ágape más para los clientes”, subrayan. De tres probadores con los que disponen solo uno de ellos está habilitado y, además, han dispuesto una mampara de seguridad en la mesa donde se pagan las compras. Y sí, la ropa se puede tocar y se puede probar. Ellas han optado por utilizar la plancha a más de 90 grados para desinfectar la ropa que se prueban en la tienda, aunque reconocen que, por el momento, “la gente tiene miedo”.
Además, estas hermanas han puesto en marcha una iniciativa solidaria con el diseño y venta de camisetas para recaudar fondos en la lucha contra el covid-19. El 20% de la cuantía de estas camisetas se destina a la adquisición de material sanitario por parte de la ONG Covid fighters.
A pocos metros de esta tienda se encuentro Puro Ego, de moda masculina. Raquel Baena es una de las trabajadoras de este local, en el que tampoco faltan mascarillas, guantes y el gel hidroalcohólico preceptivo que se ofrecen a cada persona que accede al interior del local sin ellos. Hasta el momento y, desde su reapertura han sido pocos los clientes que han acudido.
A pesar de ello, Baena cuenta que han adoptado “todas las medidas de seguridad” necesarias para que las compras sean seguras. Por ejemplo: la tienda cuenta ahora con dos probadores. Si uno se utiliza, “se cierra durante 48 horas” y se desinfecta, al igual que las ropas.
Ropa deportiva e interior
En la tienda de ropa deportiva JP Sport.es, en la calle Gondomar, también han establecido una serie de medidas para acceder a su interior, en el que se han dispuesto indicativos de seguridad, según cuenta una de sus empleadas, Teresa Herencia, quien añade que el aforo máximo permitido por ahora es de 26 personas. Nada más entrar hay que desinfectarse las manos con gel hidroalcohólico.
Por el momento, tampoco está permitido probarse la ropa y los trabajadores –pertrechados con mascarillas, guantes y gafas protectoras- evitan “el contacto con el cliente”, apunta. Las devoluciones están admitidas, pero la ropa o el material que se devuelve tiene que mantener su propia cuarentena de entre 48 y 72 horas hasta que se vuelve a exponer, para lo que se guarda en bolsas precintadas”.
La venta de ropa interior también está afectada por el covid-19, pero se puede comprar sin problema. Por ejemplo, en la tienda Intimissimi tampoco tienen contacto con el cliente y una de sus trabajadoras, Eva Navarro, reconoce que va detrás del cliente con el gel desinfectante. Pero, ¿qué pasa a la hora de probarse un sujetador o un pijama? Para ello, han limitado a uno sus probadores y en otro de ellos recogen la ropa que se prueba y no se vende durante 48 horas hasta que se puede volver a sacar a la tienda.
Con todo ello, salir de compras por Córdoba es posible, además, con total seguridad y con el respaldo, ahora más que nunca, de una atención en exclusiva. Eso si, también es cierto que ir de compras durante la desescalada no resulta igual como hasta hace un poco más de dos meses.
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