Un jolgorio por nuestro día
Loco por la música
Onomástica. Feliz día de Santa Cecilia a todos los músicos. Estemos donde estemos y tengamos el nivel que tengamos, formamos parte de una gran familia y entregamos nuestra vida a un arte noble
Hoy es un día especial pese a todas la penurias que nos afectan por la consabida pandemia, que ha demostrado, como suele ocurrir en momentos de crisis, lo indispensable que es la cultura para los individuos y las comunidades pese a que algunos aún no se hayan percatado o no deseen darse por enterados. Hoy es Santa Cecilia y para los músicos de todo el mundo, pese a todo, es un día de alegría y celebración.
Es sabido que una de las santas más conocidas y veneradas a lo largo de la historia cristiana ha sido Cecilia de Roma. Sobre esta santa, universalmente reconocida como patrona de la música, se sabe que ya tenía una amplia veneración y reconocimiento por parte de la comunidad cristiana en el siglo IV de nuestra era y posteriormente se le ha conmemorado y venerado tanto en Oriente como en Occidente. Su nombre también es de los que figuran entre las santas mujeres mártires conmemoradas en el Canon de la Misa.
Como es de todos conocido, lo concerniente a los santos y patronos proviene de la Iglesia Católica, la cual conmemora cada 22 de noviembre la muerte de Santa Cecilia de Roma, una mujer descendiente de una familia noble romana que vivió en el siglo II y falleció en un año impreciso entre el 180 y el 230 de nuestra era luego de ser torturada por su conversión a la fe cristiana, sufriendo una lenta agonía de tres días hasta perecer por la heridas infringidas.
Tal vez por ello, su representación en las diversas obras de arte en su honor realizadas, la muestren ya fallecida con una supuesta herida profunda en el cuello. Un ejemplo de ello lo podemos apreciar en la escultura de mármol realizada por Stéfano Maderno en el barrio de Trastévere en Roma, donde se encuentra la basílica de Santa Cecilia, lugar donde se supone reposan los restos de la santa venerada.
En cambio, existen lienzos donde su imagen es alegre y casi siempre simulando tocar un instrumento para regocijo de los músicos. Su historia ha llegado a nuestros días gracias unos textos incunables titulados Actas del Martirio de Santa Cecilia, aparecidos aproximadamente a mediados del siglo V d.c.
En dichos escritos también se hace constar, para enaltecer la figura de Cecilia, que en el día su enlace nupcial, el cual ella rechazaba, le dijo a su reciente esposo que ella se debía a Dios y que a pesar de que no hay datos que lo certifiquen, tenía una vida poco relacionada con la música pero demostraba una atracción irresistible hacia este arte. Lo cual hace suponer que tocaba alguno de los instrumentos más conocidos y utilizados por las doncellas de la sociedad romana de la época, como la lira, la citara o el arpa.
No es hasta el papado de Gregorio XIII cuando se canoniza –en 1594– a Cecilia de Roma. Según este pontífice, ella había demostrado con creces junto a su martirio y fe una atracción irresistible hacia los acordes melodiosos de los instrumentos y un espíritu sensible y apasionado por este arte que convirtió su nombre en símbolo de la música.
Es a partir de esta fecha que se le nombra patrona de la música y desde entonces cada año se celebra esta festividad, que mas allá de las connotaciones religiosas, es utilizada por todos los músicos del mundo, sean próximos o no la fe cristiana, para celebrar un merecido día de reconocimiento social a nuestra labor ingente en dar felicidad, paz y diversión a nuestros congéneres.
A ella han sido dedicadas obras pictóricas, escultóricas, arquitectónicas y litúrgicas, pero sobre todo musicales, realizadas por compositores reconocidos en la historia como Henry Purcell y su Laudate Ceciliam para el primer festival anual de santa Cecilia en 1683 y más tarde Welcome to all the Pleasures, Raise, raise the voice y Hail, bright Cecilia!. G. F. Haendel compuso La Oda para el Día de Santa Cecilia, Benjamin Britten Himno a santa Cecilia, Alessandro Scarlatti Misa a Santa Cecilia, Charles Gounod Messe Solennelle de Sainte Cécile e Hymne à Sainte Cécile y la Franz Joseph Haydn Missa Cellensis in honorem Beatissimae Virginis Mariae, Cäcilienmesse, entre otras.
Qué duda cabe a esta alturas de que, aunque exista en el calendario un día especifico y señalado para celebrar nuestra festividad, es irrefutable que la música forma parte de nuestra vida. Es un excelente vehículo para nuestras emociones, nos transporta a lugares mejores, modifica nuestro estado de ánimo y nos ayuda a entender y a conocer nuestro entorno. La música nos rodea y nos acompaña a todas partes, en nuestros dispositivos móviles, en la televisión, en el cine y, cómo no, en los conciertos de nuestros artistas o grupos favoritos.
En fin, es la medicina favorita para nuestra alma como seres humanos y, por tanto, hemos de celebrar con jolgorio y felicitar a todos los que cada día nos ayudan tanto. Feliz día de Santa Cecilia a todos los músicos. Estemos donde estemos y tengamos el nivel que tengamos, formamos parte de una gran familia y entregamos nuestra vida a un arte noble y rico en sentimientos y emociones invaluables. ¡Brindo por todos!
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