Día de la Voz en Córdoba: la soprano Lucía Ruiz Tavira da las claves para no perderla

Sanidad

La Unidad de la Voz del Hospital Reina Sofía ofrece tratamientos quirúrgicos, farmacológicos y una escuela de pacientes para mejorar la calidad de vida de las personas con algún tipo de afectación

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La soprano Lucía Ruiz Tavira, en el Hospital Reina Sofía de Córdoba

La voz es la carta de presentación de cualquier persona y la herramienta de trabajo de numerosos profesionales. Entre ellos, la de la soprano cordobesa Lucía Ruiz Tavira, que ha dado las claves para no perder la voz y cuidarla con motivo de la celebración este martes 16 de abril del Día de la Voz en el Hospital Reina Sofía de Córdoba.

Es evidente que Lucía Ruiz Tavira tiene una relación personal con su voz, ya que es su arma de trabajo. Es por ello que la cuida de manera sistemática. No en vano, ha reconocido que dispone de todo tipo de aparatos para ello, como el socorrido humificador. Pero además de mantener de estas herramientas, la soprano también ha advertido la necesidad de llevar una alimentación adecuada, así como descansar y tener una hidratación constante, además de aprender a respirar.

La soprano, además, es catedrática de canto en el Conservatorio Superior de Música Rafael Orozco y es capaz de dar clases durante seis horas seguidas sin cansarse porque, según ha confesado, sabe respirar y "apoyar el sonido hablado sin necesidad de micrófono" gracias a la técnica vocal. No en vano, las sopranos no van microfonadas durante sus actuaciones y su voz es superior al de la música que interpreta cualquier orquesta.

Es por ello, que ha defendido la necesidad de aprender a respirar y seguir una serie de pautas para conservar la voz y que, esta, además no sufra. Ruiz Tavira, además, ha hecho hincapié en la necesidad de evitar el alcohol y el tabaco, ya que "son los peores enemigos para la voz", además de intentar no permanecer mucho tiempo en espacios cerrados. La soprano también ha destacado la importancia de la prevención: "Acudir al logopeda y al otorrino es importante para saber cómo están las cuerdas vocales".

Incidencia de los trastornos de la voz

El director gerente del Reina Sofía, Francisco Triviño, también ha señalado que es importante cuidar la voz en el día a día "para evitar la aparición de lesiones" y ha recordado que el complejo sanitario ha incorporado técnicas y tratamientos que la evidencia señala como "eficaces". La última de ellas, ha continuado, "ha sido el uso de la electromiografía para el tratamiento de la disfonía espasmódica con toxina botulínica (botox)".

En su intervención ha recordado que la incidencia de los trastornos de la voz es de un 5 y 10% de la población en países desarrollados y ha anotado que la mayor prevalencia ocurre entre los 25 y los 45 años.

La disfonía es la alteración más importante en el caso de las personas que utilizan la voz como herramienta de trabajo.

El especialista en Otorrinolaringología y responsable de la Unidad de la Voz del Reina Sofía, Leonardo Rodríguez, por su parte, ha detallado que la disfonía puede ser de dos tipos, funcional -cuando no se observan anomalías en las cuerdas vocales- u orgánica -en las que sí se pueden apreciar las anomalías en las cuerdas vocales-.

Tratamientos

Los especialistas del hospital han ido introduciendo las últimas técnicas de carácter terapéutico que mejoran la calidad de vida de los pacientes que sufren alguna de estas patologías. La más reciente ha sido la electromiografía para el tratamiento de la disfonía espasmódica con toxina botulínica (el año pasado comenzó a utilizarse), gracias a la colaboración entre Otorrinolaringología y Neurofisiología Clínica.

Además, en la cartera de servicios de esta unidad también se encuentra la realización de infiltraciones en las cuerdas vocales con fármacos que permiten modelar su estructura y funcionalidad, utilizando corticoides para las lesiones cicatriciales, toxina botulínica para los casos de disfonía espasmódica o, en el caso de que la patología sea la incompetencia glótica leve, se utiliza el ácido hialurónico.

Según explica el responsable de la Unidad de la Voz, Leonardo Rodríguez, "ambas son técnicas mínimamente invasivas, ya que las infiltraciones se realizan en la propia consulta, sin necesidad de pasar por quirófano y, en el caso de la electromiografía, es una prueba que indica qué cuerda vocal presenta el trastorno, de manera que permite infiltrar de forma segura y precisa sin anestesia, lo que se traduce en que el paciente no tenga que pasar por el quirófano y reciba su tratamiento en cinco minutos, en lugar de en 25 como sucedía antes”.

Esta última prueba está indicada para pacientes con disfonía espasmódica, un trastorno crónico de la voz, que cuando ocurre, provoca que el movimiento de las cuerdas vocales sea tenso y forzado, por lo que, como resultado, la voz suena quebrada, temblorosa, ronca, tensa o entrecortada. Las personas con este trastorno sufren espasmos o interrupciones vocales, periodos durante los cuales no se produce sonido alguno (afonía) y otros momentos en los que su voz suena casi normal.

Consejos

La logopeda Mónica Posadas ha explicado que "la capacidad fonatoria normal de una persona se sitúa en dos horas diarias para la voz cantada y cuatro para la voz hablada, si se sobrepasa este tiempo es recomendable tener una técnica depurada para no lesionar la voz".

No obstante, ha puntualizado que "la capacidad limitada del uso de la voz depende de cómo sepamos usarla y de las características de cada persona” y también ha señalado que “se puede mejorar con el entrenamiento vocal y con la rehabilitación".

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