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El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha firmado el decreto por el que ha aceptado iniciar en la Diócesis la apertura de la causa de beatificación del Hermano Bonifacio por vida y virtudes. Con este motivo, ha creado una comisión delegada que el próximo 18 de diciembre, a las 18:00, se reunirá bajo su presidencia en la capilla del Hospital San Juan de Dios de la capital.
Ese día tendrá lugar un acto jurídico en que se constituirá el tribunal formado por el obispo, su delegado, el sacerdote Carlos Morales Fernández, el promotor de justicia, el sacerdote Juan Laguna Navarro, y el notario, el sacerdote Miguel Varona Villar. Junto al postulador y al vicepostulador de la causa, que representa al actor de la causa, la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, se celebrará la Sesión de Apertura de la Investigación de la causa de beatificación y canonización del Hermano Bonifacio Bonilla.
A partir de esta sesión de apertura, comienza la recogida de las pruebas que avalen la veracidad en la existencia de la fama de vida y virtudes atribuida al siervo de Dios Hermano Bonifacio. Las pruebas comprenden los documentos, escritos, testimonios e interrogatorios a testigos.
El obispo de Córdoba ha nombrado, además, una comisión de historiadores que auxiliará al tribunal en la recogida y análisis de estos documentos. Durante la fase diocesana nunca se juzgará sobre la existencia de la fama de santidad, que competerá al Dicasterio de las Causas de los Santos en Roma; comenzará entonces la fase romana de una causa de beatificación y canonización.
El hermano Bonifacio Bonillo nació en Cañaveruelas (Cuenca), el 14 de mayo de 1899. Inició su camino en la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios en 1924, año en que ingresó como aspirante en el Sanatorio Psiquiátrico de Ciempozuelos. Dos años después emitió sus votos temporales y el 3 de junio de 1929 hizo la profesión solemne en la iglesia del Asilo San José de Carabanchel Alto (Madrid).
El 5 de mayo de 1935 fue destinado al Hogar y Clínica San Rafael de Córdoba (actual Hospital San Juan de Dios) con la tarea que desempeñó hasta su fallecimiento: ejercer de limosnero para sostener la atención y acogida de niños con polio y otras enfermedades óseas.
Esta labor, que realizó durante 43 años, lo convirtió en un personaje cercano y muy querido entre los cordobeses donde cariñosamente lo apodaban como Fray Garbanzo. El 10 de diciembre de 1972 le fue concedida la Gran Cruz de Beneficiencia. Falleció el 11 de septiembre de 1978 en Córdoba y sus restos fueron trasladados en 1999 a la Capilla del Hospital San Juan de Dios de esta ciudad, donde descansan en la actualidad.
Su labor sigue viva pues el Hospital cordobés continúa su misión solidaria a través de la Obra Social que lleva su nombre y que atiende cada mes a unas 500 familias en situación de vulnerabilidad.
Por su parte, los Hermanos de San Juan de Dios han expresado su alegría por la apertura de la causa de beatificación del hermano Bonifacio, “destacado Hermano limosnero y verdadero hombre de Dios, amor sin fronteras, servidor de los enfermos y de los niños desvalidos”, ha detallado el vicepostulador de la causa de beatificación, el hermano José Ramón Pérez Acosta.
Además la Orden Hospitalaria ha agradecido al Obispado de Córdoba la acogida de la causa de beatificación y a los cordobeses y amigos “que nos apoyan y siguen colaborando con nosotros, de manera especial con la Obra Social Hermano Bonifacio”.
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