El parqué
Álvaro Romero
Tono ligeramente alcista
Distrito Sur
Al sur de Córdoba hay tres barrios que son de los más pobres de España. Esta frase, que pudiera parecer un verso de alguna copla de Quintero, León y Quiroga, es una de las máximas que se extrae del último Urban Audit del Instituto Nacional de Estadística (INE); un informe que sitúa al Distrito Sur de Córdoba como el quinto más pobre de todo el país. Fue a finales de los años 50 cuando el por entonces alcalde Antonio Cruz Conde decide adquirir unos terrenos más allá del río para levantar viviendas sociales oues una población que no paraba de crecer. Será el cronista cordobés José María Rey Díaz quien decida nombrar las calles del nuevo barrio, que hace compañía al recién estrenado Fray Albino, con ciudades andaluzas. Como si esto marcara su destino, a día de hoy el Sector Sur, el Campo de la Verdad y el Guadalquivir forman un distrito donde residen más de 30.000 personas y que se antoja como una pequeña Andalucía. Con una renta anual media de 16.400 euros, 20.000 euros menos de los que se contabilizan en los barrios más ricos, el sur de Córdoba es una zona a la que se ha dotado históricamente de altas inversiones (como a Andalucía). Los fondos europeos han llegado a estos barrios tras pasar por administraciones como la Junta y han conseguido levantar proyectos como la Normal de Magisterio. Sin embargo, ese dinero no ha conseguido que la zona despegue en aspectos como el nivel cultural, el educativo o el laboral. ¿Cuál es la razón?
Vecinos de las asociaciones La Unidad, Puente Romano, Guadalquivir y Amargacena hablan de que esas inversiones no son tan grandes como parecen. Juan Perea, de la asociación de vecinos La Unidad, explica a el Día que "insistentemente" llevan "20 o 25 años" exigiendo una inversión mayor porque "mientras la situación se vuelve peor, más bajan las ayudas". Perea apunta además hacia el que él entiende es uno de los principales lastres de este distrito: "el nivel cultural", que desemboca en aspectos tan básicos como no conseguir un empleo por no tener los estudios más básicos.
Isabel Márquez y Juan Moreno, presidentes de Amargacena y Puente Romano, respectivamente, coinciden en una idea también bastante extendida: el poco apoyo de los gobiernos municipales. Por estar más cercano, ambos hablan del dirigido por Isabel Ambrosio. Márquez comenta, por ejemplo, que han intentado reunirse con ella para trasladarle la mala situación del barrio Guadalquivir y todavía no lo han conseguido. Mientras, Moreno denuncia las pocas actuaciones de la Policía Local en los puntos del distrito más conflictivo y habla de los problemas con el tráfico de drogas o la ocupación de viviendas, algo que debería añadirse al listado de problemáticas que sufre la población sureña cordobesa. Eso sí, el presidente de Puente Romano no echa toda la carga de la culpa sobre el actual gobierno local, sino que sostiene que es algo que viene de mucho antes.
Es esto precisamente a lo que se remite el presidente del Consejo del Distrito Sur y también responsable de la asociación vecinal Guadalquivir del Campo de la Verdad, Antonio de la Rosa, que dibuja el panorama de la zona como "un mal endémico". En esta idea reside gran parte del peso de las razones que explican por qué no despegan estos barrios. El fomento del empleo realizado a través de inversiones durante la crisis no tuvo el efecto deseado por el simple hecho de hacerse en una época donde lo malo estaba aún más acentuado. Por supuesto no escapa a nadie el programa Urban Sur, un proyecto millonario que, aún sin justificar, ha dejado hasta 12 millones de euros en la zona. Lo que los vecinos sí sacan como conclusión es que el Urban Sur no iba a la raíz del problema: el paro y la cobertura de necesidades básicas. Cuando este plan comenzó a ver la luz, Córdoba estaba dedicada en cuerpo y alma a conseguir la Capitalidad Cultural, lo que hizo que la cultura centrara casi todo lo que salía de las administraciones. De ahí derivaron proyectos como la Normal de Magisterio, que en su plan de usos ya sí incluye espacios de fomento empresarial. Eso sí, lo que los vecinos echan en falta es una inversión directa en este problema cuya principal solución debería ser, a su entender, que todos los residentes del sur tuvieran un plato de comida cada día. Este último hecho queda bien constatado cuando se habla con los vecinos. Está claro que la inversión en infraestructuras es importante, el arreglo de calles, el asfaltado de vías, el cambio de luminarias... Sí, todo esto es básico para el buen desarrollo de una comunidad, pero el primer problema de esta zona de la capital es el desempleo, que arroja unas cifras que no se ven en otras zonas y también un nivel de estudios por debajo de la media.
Los vecinos de la zona tienen claro lo que hay que hacer. Las administraciones, a día de hoy, no se ponen de acuerdo. Consultados todos los grupos municipales por este asunto y preguntados por las razones que ellos entienden deberían llevarse a cabo, las conclusiones no van todas a una (pero se asemejan). Casi todos los partidos con representación en el Ayuntamiento reconocen la mala situación del Distrito Sur y la mayoría habla de desarrollar un plan que implique a todas las administraciones. Ésta es la idea de la alcaldesa, Isabel Ambrosio (PSOE), quien llama la atención a la Junta de Andalucía y al Gobierno central para que se pongan las pilas -porque las posibilidades del Ayuntamiento "son las que son"- dado que "los datos no vienen más que a confirmar una realidad de la que todos somos conscientes y viene de muy atrás". Ambrosio también aseguró esta semana que el cogobierno tiene previstas actuaciones para paliar el desempleo de la zona, sin embargo no habló de ninguna de ellas de forma concreta.
Desde IU, el socio de gobierno de los socialistas en Capitulares, habla Pedro García, primer teniente de alcalde. García, que en un primer momento se cuestiona "cómo se ha hecho ese estudio" -al entender que existen barrios de otros puntos del país más pobres que el Distrito Sur-, asegura que "este Ayuntamiento ha hecho muchas inversiones". Explica que esas inversiones millonarias aún no se podrán ver de manera tangible, sino que habrá que esperar varios años para ver los resultados y no ser "tan cortoplacistas". García entiende además que el sur de la ciudad, y a fin de cuentas el conjunto de la misma, precisa de "un cambio del modelo productivo" que tenga como objetivo último crear "empleo de calidad", y pone como ejemplo las plazas de Sadeco.
El principal partido de la oposición, el PP, por su parte, alude a "una falta evidente de dirección estratégica". El portavoz del PP en el Consistorio, José María Bellido, entiende que el Urban Audit evidencia "la falta de resultados de muchas administraciones", pero, eso sí, aclara que no se trata de "falta de atención". Por ello, los populares hablan de invertir gran parte de los Edusi en esta zona, además de en otros barrios deprimidos como Las Palmeras o Las Moreras, teniendo en cuenta que estos fondos están destinados en parte a luchar contra la desigualdad.
Desde Ganemos, la concejala Victoria López reconoce que los datos son "desoladores", pero sí entiende que la cultura es "un motor de desarrollo". López cree que las medidas a llevar a cabo en el sur deberían ejecutarse en dos sentidos: el primero a corto plazo, que suponga cubrir las necesidades básicas, y otro más a medio y largo plazo, donde los proyectos educativos sean la base.
En el mismo sentido se pronuncia el portavoz de Ciudadanos (C's), David Dorado, quien habla de ejecutar con la máxima celeridad "medidas urgentes" y, con la vista larga, destinar todas las inversiones al fomento del empleo. En el tema del Urban Sur y su base en la cultura Dorado sí tiene otra opinión, y es que para el portavoz de C's no se pueden ceñir los proyectos a un único aspecto: "No se pueden limitar a la cultura porque antes que eso está tener la nevera llena".
Por su parte, el portavoz de Unión Cordobesa (UCOR), Rafael Serrano, incide en otro aspecto y es que no se conseguirá nada si todo se basa "en la cultura del subsidio". A Serrano le da la sensación de que "siempre hemos pensado que la ciudad vive de espaldas al río y parece que están abandonados" por lo que pide un "plan integral" que también tenga en cuenta al Urban Sur siempre y cuando "genere puestos de trabajo".
Opiniones aparte, lo cierto es que el Distrito Sur necesita medidas que lo saquen de un ranking tan triste como el que ha protagonizado. Este quinto puesto de un listado no es más que una cifra, pero detrás de ésta se esconde una de las poblaciones más grandes de Córdoba que, históricamente, han estado relegadas a un segundo plano. El objetivo no es otro que mejorar las condiciones de vida de tres barrios que a día de hoy soportan el peso de un estigma que aún no se supera.
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